RESEÑA sobre el poemario LECHE de Madeline Millán.



Editorial Godot/Bilingua. Argentina. Año 2008
 
Madeline Millán, poeta puertorriqueña radicada en Nueva York, escribe este poemario Leche, en español, que cuenta además con la traducción al inglés de Irma Blanco Casey. Son dos libros en uno, si se considera que la traducción es una versión que procrea otro original.
 El subtítulo de este poemario también nos ofrece una revelación: Nanas por la Ciudad Letrada o Lullabies by Alphabet City / (Lower East Side, NYC).
Desde la portada llama la atención su minimalista gota color leche, de una sencillez atractiva.
 Un texto epigráfico de Gabriela Mistral: “Sigo escribiendo arrullos con largas pausas; tal vez me moriré haciéndome dormir, vuelta madre de mí misma…” abre este libro para indicarnos el campo afectivo, con poemas que rescatan la pureza que necesitamos volver a transpirar.
Leche es un poemario notablemente enternecedor. Cuando se leen las primeras páginas, casi instantáneamente se sobrepone la imagen del infante labio superior mojado de leche.
El epicentro del poemario lo hallamos desde el primer poema Canción de las primeras horas, una alegoría que nos remite a los años-bebé, cuando nos cantaban nanas para tener dulces sueños y dormir con los ángeles. “No canto nanas / A mí misma invento estas canciones / umbilicalmente a ti debida / me abrazo como puedo a tu distancia. / Cántame ahora que no puedo cantar / Cántame hondo”. A la par, la traducción al inglés, presenta una nota a pie de página, que dice: “Cante Hondo is a type of Flamenco Chant”. La traducción lo resuelve así: “Sing to me deeply / Cántame hondo”. La versión en inglés sugiere la resonancia profunda de la palabra “hondo”.
Le siguen poemas que centran su génesis en la leche, el líquido que engendra, dador de vida: “…cosita cómo agarras camino, cómo buscas en el olor / de mis pezones a sabiendas de que allí hay un río”.
La autora poetiza lo vivencial en cada verso-flash que resuena como eco, como voz mental que desde adentro es escuchada en efecto umbilical: “¿Sabes cuándo mi corazón late por pena o por aburrimiento? / ¿A qué animal húmedo imitas? / ¿A qué distancia conoces mi voz cuando me voy?”.
Madeline Millán, con éste su tercer poemario, abre nuevas puertas a un género de poesía de nanas, extendiendo la tradición de las nanas de Gabriela Mistral: “No soy Gabriela, en nanas de sangre / con temas, rondas y aleluyas. / Soy la que era en fuga”. También versa más adelante: “Madres iletradas y analfabetas que todo lo conocen / ¿qué hacemos además de hablar y cantar nanas?
Este libro se revela como un poemario temático, que adentra en el ser femenino, en el que la maternidad está tratada como exploración de la existencia, del origen, del uno mismo: “Tú configuras mi biografía entera”; “a saber qué del ser y no ser”; “Tomas principio de una cosa a otra te originas / en lo físico y lo invisible”.
 Otro de los temas subyace: la madre a solas, inmigrante en Nueva York, en un barrio bohemio, llamado: Alphabet City, que está ubicado desde las avenidas A a la D, en el East Side de Manhattan, donde conviven boricuas loisaidanos (Lower East side): “Tú y yo contra la humanidad entera / nos sentaremos afuera en pleno sol de agosto / tú en mi bolsa azul y yo allí viendo pasar / todos los colores de la vida por la Avenida B”.
El poemario culmina con un epílogo titulado: “La derramada”. Registra además la traducción al inglés: “The milky way”. Sabemos que es menester que la obra literaria baste y se explique por sí misma en el texto. Este epílogo, más que explicación de la obra fuera del texto, dicta una bella historia, a manera de compaginación con la poesía: “Leche recorrió una historia parecida a la del patito feo”. Y si bien el poemario cumple su cometido en el parámetro de la poesía, el epílogo en prosa, como ars poética, permite liberar y narrar en detalle lo que la poesía sintetiza y simboliza.
Celebramos la puesta en circulación de este libro, que, por justicia poética, ha ganado el primer Premio de Poesía Pen Club de Puerto Rico, como un libro sólido, concentrado y sostenido en una unidad de voz, tanto en el tema, como en cada uno de los poemas independientes, que en un lenguaje limpio y sobrio, nos sensibiliza y nos examina lo que del pasado somos, allí donde llegamos al íntimo Ser.

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