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GERENCIA CULTURAL CONTEMPORANEA
Por: Inés Muñoz Aguirre



Desde una pequeña pero muy acogedora oficina ubicada en Los Palos Grandes, se gerencia la cultura del municipio Chacao. Colorido, obras de arte y la acogedora Sala Cabrujas sirven de marco a Diana López, quien gobierno tras gobierno municipal ve compensados sus esfuerzos una vez que se ha logrado alcanzar lo que a veces parece inalcanzable: la continuidad de una gestión; independientemente de quien sea el gobernante. Hoy, con un trabajo que pudiéramos calificar de en vías de consolidación, nos acercamos a través de su principal gestora Diana López, a lo que ha sido un trabajo en crecimiento continuo
- Qué es para ti la gerencia cultural?
- Es el espacio entre la creación y el público. Desde la gerencia cultural se establecen unas líneas y unas prioridades que colaboran con desarrollar ciertas áreas de la cultura. Como sabemos es algo con lo cual se abarcan tantas áreas que lo importante es definir unas metas específicas con el fin de obtener logros para la comunidad. Una gestión cultural municipal tiene que impactar definitivamente a la comunidad, al municipio.
- ¿Qué se debe hacer para ello?
- Primero, conocer muy bien cuál es el entorno, sus fortalezas, debilidades, anhelos y a partir de allí definir unas líneas estratégicas.
- ¿Cuándo llegaste al municipio, cómo estableciste esa relación con la comunidad?
- Fue poco a poco. Yo tuve una muy buena oportunidad que fue iniciarme en la Casa de la Cultura que queda en el casco de Chacao, que es quizá el programa más cercano a la comunidad, en el área de formación y uso del tiempo libre, trabajando directamente con las urbanizaciones y los sectores populares. En ese momento se enfocaba principalmente en los niños y en el adulto mayor. Nos dimos cuenta en ese momento que no habían programas para los jóvenes, para los adolescentes. Había un vacio allí. Esa oportunidad de trabajar para la casa de la Cultura fue importante para mí, para entender el municipio, para entender como estaba estructurado, como eran sus tradiciones, como era la diversidad que existe en este municipio que es bien amplia, distintas culturas, todo lo europeo que está presente y el arraigo del venezolano, cómo se mezclan. Las potencialidades que habían. En ese momento el presidente de la Fundación era Alejandro Blanco Uribe, quien tiene mucha experiencia en el área del espectáculo. En ese momento nos dimos cuenta que ya que no había una infraestructura cultural importante en el municipio, teníamos las plazas y un escenario natural y es allí, cuando creamos el programa “Arte en la calle”
- Cual fue la reacción de la comunidad y qué obstáculos encontraste?
- Al principio la reacción era incluso de desconfianza, porque lo primero que hicimos fue salir con el programa “Arte en la calle” y la gente no tenía el hábito, música, poesía, danza en una plaza. A veces pensaban que eso era ruidoso, que les estábamos quitando espacio. Así que lo primero que hicimos fue ganarnos la confianza de la comunidad. Eso se ha logrado es con el paso del tiempo porque te estoy hablando de que comenzamos en el 2002. Han sido muchos años donde lo importante ha sido la continuidad en los programas, hemos crecido con ellos. Nos dimos cuenta que era muy importante oír a la comunidad. ¿Cómo los oímos? A través de las asociaciones de vecinos, de los consejos comunales, de ver cuáles son los líderes comunitarios que conocen cuales son las necesidades, las agrupaciones y definir las líneas de acción con ellos mismos, porque la gestión cultural no se hace aislada, desde un grupo de personas que tengan la responsabilidad. Es directamente con la comunidad. Eso es lo que asegura que la gestión sea exitosa, eficiente.
- En un país dónde la cultura es la Cenicienta, como sucede en muchos países, cómo se plantearon esto?
- Bueno, lo primero es que yo soy artista plástico y estoy convencida que desde las artes, desde la cultura se impulsan muchísimos cambios en la sociedad, eso ha sido así a través de la historia. Es donde se manejan los sentimientos pero también las ideas, es donde hay posibilidades de encuentros y dialogo y convencidos de eso es que en la Alcaldía de Chacao desde hace muchos años se le ha dado una importancia estratégica a la cultura, no se ve para nada como una Cenicienta, sino que es un área prioritaria y tan importante como puede ser la seguridad, el desarrollo urbano o el área social. Yo creo que eso es un elemento diferenciador de Chacao con respecto a otros municipios.
- Cómo has equilibrado tu posición cómo artista ante tu participación y desempeño como gerente?
- Creo que tener una formación artística y conocer el medio ha sido definitivamente algo importante para desarrollar mi gestión, desde que era recién graduada de artes plásticas me di cuenta que había que innovar en la gestión y en ese momento junto con otras artistas y arquitectos diseñamos un espacio que se llamaba “Espacio local” que era para presentar alternativas en las artes plásticas y esa fue una primera experiencia gerencial, así que desde que tenía diez y seis años empecé en la gerencia, por lo que las dos áreas me han interesado siempre. Es complicado, por supuesto, pero siempre he mantenido mi carrera artística y eso alimenta la visión particular que tengo de la gerencia.
- ¿Cómo recibe la gente de Chacao, cuando ven a su gerente cultural sobre un escenario tal como ocurrió en el trabajo que presentaste en Los Chorros?
- Fue muy divertido porque hacía muchos años que no tenía una exposición individual, había participado en colectivas, pero exactamente desde el 2004, no presentaba una obra. Había gente que me preguntaba que si yo era la misma Diana López, pues si, soy la misma, artista y gerente. Había gente que no sabía que yo tenía esos dos roles aunque debería parecer natural, porque mi área es la cultura, pero creo que mi gente, mi equipo de trabajo tanto como la gente del municipio les gustó mucho. Para mi en lo personal era un reto demostrar que se pueden hacer ambas cosas.
- En el momento en que asumes el reto qué fue para ti lo más difícil?
- El tiempo, es lo más difícil de todo esto. A mi me encantaría que el día tuviera más de 24 horas, porque tengo muchísimas ideas tanto desde la gestión como en mis propuestas artísticas. Quizá definitivamente le robo horas de lo personal y se lo doy a la gerencia.
- ¿Cómo se logra el planteamiento de que exista una continuidad de gestión en el momento en que cambia el alcalde? Este es un aspecto y un logro muy importante de tu gerencia, porque realmente debería ser un planteamiento que debería ser exigencia de todas las comunidades…
- Definitivamente, durante la campaña de Emilio Grateron, el ofreció continuidad y la cumplió en muchas áreas importantes de lo que es la gestión de la Alcaldía de Chacao, en Salud hay una continuidad el director es Manuel Garrido, hay muchísimas áreas como la de urbanismo, en la seguridad y no tenía por qué ser distinto en el área de cultural. Creo que la comunidad también lo quería, estaba satisfecha con lo que había sido la gestión cultural en tiempos de Leopoldo López. Además de la continuación creo que este año y medio con Emilio Grateron ha sido una consolidación. Este año significa la inauguración de una biblioteca, de un teatro, desde que está este nuevo alcalde tenemos el Festival de La Lectura por segundo año consecutivo.
- Otro aspecto diferenciador es que en esta gestión cultural hay un trabajo de paciencia, lo cual es contrario a una característica que identifica al venezolano, que es el deseo de que todo ocurra de inmediato, de la inmediatez.
- Sí, estamos hablando del tiempo y eso se asocia a la paciencia. Uno quisiera las cosas para ya, pero no es así. Hoy, vengo de una reunión con los ingenieros que han construido el teatro y estamos hablando que estoy trabajando con ellos desde el 2006, con Juan Machado el arquitecto, desde el 2004 y vamos a inaugurar en el 2010. Entonces, te das cuenta que son seis años para inaugurar un proyecto de esa envergadura. Claro que a veces uno se plantea que tiene las posibilidades de hacerlo más inmediato, pero que es necesario un crecimiento paulatino. Por ejemplo, el Festival de la Lectura tuvo un impacto importante a nivel metropolitano, no sólo en el municipio. Eso surgió en el 2008 con un pequeño evento por el día de San Giordi en la que participaron ocho editoriales. Allí nos dimos cuenta que podíamos hacer el Festival de la Lectura, el alcalde estuvo de acuerdo y desde el año pasado en que logramos cuarenta editoriales, nos dimos cuenta que podíamos crecer más y nos planteamos un Festival de doce días, con doscientas actividades, cincuenta mil personas. Eso es crecimiento, entonces, definitivamente la paciencia es importante, aunque también hay que entender que cuando trabajas en el sector público, tienes tiempos específicos. La gestión de un alcalde dura cuatro años y puedes ser re-electo cuatro años más y hay que trabajar dentro de esos marcos, con metas muy claras, objetivos muy claros para ver metas y logros.
- ¿Cómo crees que estos logros se puedan proyectar hacia los demás municipios?
- Creo que ya se está logrando, tenemos muchísima relación con las gestiones culturales de Sucre, Baruta, El Hatillo y en la misma Alcaldía Metropolitana. Tenemos mesas de trabajo, compartimos mucho cómo se diseñan las políticas públicas, los objetivos y creo que finalmente si está obteniendo un impacto hacia otros municipios y hacia otras partes del país. Nuestro Festival “Por el medio de la calle” que es un festival urbano de arte emergente ha agarrado una gran fuerza en la ciudad. Empezamos con tres mil personas y el año pasado fueron veinte mil. En Mérida lo estaban observando y ya tuvieron su primera experiencia que se llama “Mérida andando” un Festival que se inspira en lo que hacemos y creo que eso es muy importante.
- Al igual que llamó la atención que el stand más grande del Festival de la Lectura fuera el de la editorial del Estado.
- Si, hay que recordar que los organizadores son la Cámara Venezolana del Libro y ellos tienen mucha relación con el Centro Nacional del Libro del Estado. Ellos estuvieron muy pendientes del Festival del 2009 y se dieron cuenta de la seriedad con que tratábamos el tema de la lectura y a ellos les interesó participar. Nosotros creemos que sumaron mucho a la posibilidad de pluralidad y de diversidad que tanto nos interesa lograr y tuvieron una gran participación muy seria y muy relevante. Ese ejemplo nos muestra que podemos convivir todos, el país posible. En este país pueden convivir las ideas de uno con las ideas de otro, siempre bajo un esquema de respeto y nosotros somos respetuosos
- Eso confirma el tema de la cultura como transformadora de las ideas, de las sociedades, obviamente este proyecto que encabezas debe tener unos objetivos a futuro. ¿Cuáles son?
- Transformar la ciudad a través de la cultura. Como bien decimos hay que crear espacios de encuentro, intercambio de ideas, de diálogo. Nuestra ciudad necesita, requiere, urge de sus espacios. Nosotros hemos construido una infraestructura cultural que apunta hacia eso. El Centro Cultural Chacao es un espacio de intercambio de ideas, la Biblioteca y el teatro lo serán, además de todo el calendario de actividades que hacemos durante el año, así como los distintos festivales. Apuntamos hacia una ciudad plural a través de la cultura.
- Otro logro es la inauguración de nuevos espacios públicos integrados a ese concepto cultural…
- Si. El 19 de abril se inauguró la Plaza de los Palos Grandes. Esa fue una lucha vecinal muy importante. Los vecinos hace años luchaban por un espacio público en esta urbanización que es muy poblada y se logró finalmente construir este hermosísimo espacio del cual los vecinos ya se han apropiado que es lo más importante, ya formaron su comité de usuarios que va a definir como son los usos de esa plaza. En esa plaza la cultura, por supuesto, va a tener una presencia muy importante a través de la poesía, el cine y las actividades infantiles. Será otro escenario de arte en la calle, sumándose así a ese circuito integrado por la Plaza Altamira, la Plaza La Castellana, La plaza Brion, la plaza Bolívar de Chacao, el anfiteatro donde se presentan actividades gratuitas, que apuntan hacia la pluralidad, el uso del tiempo libre y la recreación. En esa plaza se encuentra la biblioteca que va a tener varios espacios, salas de encuentro porque para nosotros es muy importante estos espacios para intercambio de ideas, donde se puedan dictar talleres, dar charlas. Una de estas salas lleva el nombre de Eugenio Montejo, dedicada por supuesto a la poesía pero también con un fuerte componente de bibliotecas virtuales donde todos podremos navegar por otras bibliotecas a nivel mundial y obtener conocimientos. También está la Biblioteca Herrera Luque que viene trabajando desde hace tres años en el municipio y que atesora la colección de este escritor y donde también se dedican charlas. Este es un espacio dedicado a la historia de Venezuela, sobre todo a la historia contemporánea. Además tendremos una ludoteca para niños en la cual fomentaremos la lectura a través del juego.
- Cuando se propician espacios como estos, uno de los aspectos más importantes es el de la integración de los vecinos, porque se requiere una disposición de ellos. ¿Cómo reciben ellos que frente a su casa habrá un espacio con una programación continúa?
- La programación se va a hacer en conjunto con ellos y dependiendo de lo que ellos quieran es que nosotros vamos a programar. Ellos por ejemplo no quieren una plaza ruidosa, estamos de acuerdo por eso hemos hablado mucho de la poesía, de actividades familiares. La Plaza Los Palos Grandes es el ejemplo del concepto de ciudadanía que estamos construyendo en Chacao para el resto de la ciudad.
- ¿Cómo es esa nueva ciudadanía?
- Es buscar la participación de la gente. A mí me entusiasma que tantos vecinos quieran formar parte del Comité de Usuarios. Eso hace algunos años nadie se lo imaginaba, un comité de usuarios para una plaza. ¿Qué es eso? Estamos construyendo esa ciudadanía a través del ejercicio frente al uso del espacio público. Eso es lo que está sucediendo
- ¿Se han descubierto artistas en los edificios aledaños?
- Si, se que viven algunos. Quizá los conocía pero no sabía que vivían allí. Eso genera un intercambio que va sumando. Los Palos Grandes es una zona creativa porque aquí viven escritores, actores, diseñadores, gente relacionada a la gastronomía, periodistas, hay mucha sensibilidad urbana. Por ello creo que esta experiencia es tan importante. En la biblioteca estamos planteando tener un observatorio de ciudadanía.
- ¿Cuál es el cambio esencial bajo ese concepto?
- Que antes pensábamos que en manos de la autoridad está todo y no es así. Para lograr un espacio de convivencia tenemos que participar todos
- En cuanto a los espacios que pudiéramos calificar como tradicionales, el municipio ha contado con un espacio muy importante como lo es la Sala Cabrujas…
- Si esta sala tiene su tiempo y el 2004 le dimos este nombre porque nos parecía importante que un espacio de nuestro ciudad le reconociéramos al gran dramaturgo venezolano, su obra. Este espacio es un teatro de bolsillo, muy enfocado a la experimentación, a los nuevos talentos. Tenemos a su vez espacios, está el de mercado de Chacao, que responde a conceptos mundiales que van de la mano al turismo cultural. Estas son tendencias, por ejemplo en España, muy exitosas. Nosotros hemos desarrollado un trabajo de turismo que da información de cómo disfrutar de nuestro municipio y qué mejor que trabajarlo con la misma comunidad.
- En cuanto al teatro…
- Esa es la segunda etapa del Centro cultural Chacao. Es un teatro para 600 personas con una gran tramoya, escenario y sobre todo como un gran espacio de encuentro metropolitano, donde se podrán presentar las distintas manifestaciones de artes escénicas y musicales. Está muy bien acondicionado y esperamos que sea un gran espacio de encuentro en este lado de la ciudad, porque no hay nada de esa magnitud. Es un espacio atrevido; de vanguardia. La arquitectura de Juan Machado es arte y nos pareció importante que la experiencia espacial fuera tan artística como la experiencia del contenido de lo que se va a ver allí. Los hemos cuidado mucho. El escenario es de doce por catorce metros. Con una tramoya muy completa, todo un sistema de iluminación.
- ¿En cuanto a la programación que han pensado?
- Es un espacio público y municipal, por lo tanto tendrá una programación muy diversa. Tenemos que darle difusión a lo que sucede en toda la ciudad, pero también a los nuevos talentos. Tenemos con ellos un compromiso importante y con todo nuestro talento venezolano. Además debemos tomar en cuenta el intercambio internacional que tanto enriquece. Tenemos para ello un equipo fabuloso, muy bien formado. Con coordinadores en el área audiovisual, artes visuales, danza, artes escénicas y musicales. Estamos ya formando el equipo.
- ¿Después que se inaugure esta sala, que bien podríamos calificar como una sala del siglo XXI, a dónde va Diana López con su actividad?
- Yo creo que a consolidar cada uno de estos espacios. El equipo de Cultura Chacao está dedicado a eso. Mantenernos en formación, en comunicación con la comunidad y poner a funcionar toda la infraestructura. Deseamos también trabajar en red con otros espacios, a nivel metropolitano y a nivel nacional. Hay que ir fomentando ese intercambio.
- ¿Has mencionado al equipo de Cultura Chacao, cómo definirías a ese equipo?
- Eso es vital. Ellos son los pilares de todo lo que hemos construido. Es un equipo muy comprometido, con mucha mística. Convencidos de lo que estamos haciendo, que es transformar la ciudad en positivo. Contamos con un equipo diverso, hay mucha gente que viene de las artes, pero también desde la administración pública. Ha sido muy interesante durante estos años, ha sido muy importante la capacidad de trabajo en equipo. Un aspecto muy importante es la continua formación, porque vivimos en un mundo muy dinámico donde hay que estar en contacto con las nuevas ideas. En este momento por ejemplo, estamos desarrollando un programa con la UCAB que se llama “Valores y cultura ciudadana”; este es un tema que nos da unas bases desde donde trabajar.





HACER CINE ES COMO UNA BATALLA
Por: Inés Muñoz Aguirre

Habana Eva es la película estrella de la cinematografía venezolana para este mes de julio. Mes de su estreno, en el que nos acerca a entender que nuestro cine, porque aunque se haya filmado en Cuba con la participación de excelentes actores cubanos, es nuestra porque la produce La Villa del Cine, cuenta con la participación de dos de nuestros jóvenes talentos como lo son Prakriti Maduro y Juan Carlos García y es una creación como autora y directora de nuestra cineasta más internacional FINA TORRES. Habana Eva la trae de nuevo a nuestras pantallas, después de que sus películas Oriana, Mecánicas Celestes y Woman on top hayan definido una línea en su trabajo que tiene que ver con los temas abordados, la calidad, la fotografía y el uso de imágenes y símbolos que hablan no solo de una cineasta exigente, sino de una mujer preparada que afronta el cine como un reto permanente.

-Una de las preguntas casi obligatoria al hablar de esta película porque para un director de cine es siempre muy importante su relación con el entorno en el cual trabaja, es ¿Cómo definirías tu relación con La Habana?
-Desde que fui a Cuba por primera vez en el año 85 con Oriana para el Festival de Cine quedé absolutamente impactada por lo visual de La Habana y de la isla en general. En ese momento me dije yo tengo que filmar una película aquí. Estuve a punto de filmar en el 86 una película que desgraciadamente no se hizo por cuestiones económicas. Todo era tan espectacular, realmente, porque era como la Caracas de mi infancia.  Yo nací en los años 50; Caracas era otra ciudad. Después de los 70 como consecuencia del  gran boom económico hubo una transformación y se perdió mucho de esa cosa de la Venezuela de antes, que es lo que yo hice con Oriana fijar con desesperación un mundo que se fue.
-¿Cómo aparece Habana Eva en tu vida?
-Habana Eva llega a mis manos a través de unos franceses.  A mí me contactan unos productores diciéndome que tienen ese guión, que tienen  todo el dinero del mundo para hacer la película, que tienen todo el financiamiento y me preguntan que si la quiero dirigir. Cuando leo el guión les digo que yo tengo que re-escribirlo porque aunque hay cosas que me gustan hay cosas que son explotables, yo necesito darle mi vuelta. Empiezo a trabajar el guión con muy poquito dinero, con nada.  Consigo un guionista en Cuba, cuando por fin tenemos el guión listo y decimos bueno vamos a darle, entonces no había financiamiento
- ¿Cómo eliges a un guionista cubano?
- Porque como la película pasa en Cuba y yo siempre quiero ir con lo autentico, no voy a trabajar con un guionista de otro país que no conoce la situación cubana y todos los intríngulis. Era necesario un cubano que es quien le va a dar toda la sazón y no hacerlo desde afuera que queda artificial y ridículo, fue así como empecé a trabajar con Julio.  Cuando descubrimos que el tema del financiamiento no era serio, yo ya tenía dos años trabajando el guión, entonces, esas son las cosas que tú dices, no lo voy a soltar porque yo he invertido dos años en esta cosa y estoy mordida por el tema. Empezó entonces un proceso de negociación con los franceses para que nos dieran los derechos y  la búsqueda de financiamiento. Todo un trabajo que fue bien complicado. Fue como un karma.
-Fíjate que mucha gente podría pensar que La Villa del Cine te llamó para que hicieras esta película y resulta que es lo contrario, fuiste tú quien trabajó duramente para conseguir un productor…
-Si. Después de mucha vuelta logramos hacer una co-producción entre Venezuela y Cuba. Metí el guión en el CENAC y no gustó, lo metí en La Villa del Cine que estaba empezando y como La Villa tenía una gran conexión con Cuba y yo conocía contactos con el ICAE, conseguí hacer una co-producción entre ambos y finalmente la película tomó vida. Desde el primer momento fue un proyecto que caminó contra viento y marea, yo me empeciné con ese guión por Cuba, porque la llama la tenía como dije,  desde el 85 y yo soy muy consecuente con las cosas que me fascinan. Tarde o temprano termino haciendo lo que quiero y yo creo que por eso insistí tanto en ese proyecto, porque a su vez siempre tuvo el viento en contra. Creo que es un milagro que vayamos a estrenarla.


UNA HISTORIA SOBRE OTRA.
La historia refleja la vida cotidiana de una pareja que trabaja a diario para subsistir en un modo de vida que los ha atrapado en la rutina. Ella trabaja todo el día en una línea de producción de trajes de novia, unos trajes que dan poca alternativa a los sueños y él, sabemos que tiene mucho tiempo construyendo ladrillo a ladrillo, la casa que algún día no se sabe cuándo, los albergará como pareja. Lo cotidiano de la historia llega a su fin cuando aparece un apuesto fotógrafo que crea expectativas, que le imprime al día a día de la protagonista un ritmo diferente. De Habana Eva podríamos decir muchas cosas porque es una película cargada de tantos símbolos como de colores, de tantas nostalgias como de la búsqueda de un mejor futuro, de detalles que sobresaltan si se sabe leer entre líneas.
-¿Si te pidiera sintetizar la historia, qué nos dirías?
-Bueno, como siempre en mis películas, esta es la historia de una mujer que pasa de ser una persona, sin rumbo fijo, sin horizonte, entregada a una realidad, con el techo bajo, a de pronto romper con todo y convertirse en una mujer emprendedora que rompe una cantidad de barreras y convenciones
-Creo que en esta película hay una historia, y otra y otra, así que encuentro que hay un tema que tiene mucho que ver con nuestra realidad actual. Enfrentas al personaje femenino a tener que elegir y a veces el elegir se te vuelve una tragedia. Allí vas a confrontar al venezolano actual porque nos encontramos en una situación en la que pareciera que para estar bien hay que elegir; hacia  un lado o hacia el otro. ¿Cómo percibes que los giros de la vida te pongan con una película como esta en un momento tan particular?
-Yo me siento como Eva y reivindico su derecho a aspirar a un mundo mejor. ¿Cómo haces si te fuerzan a elegir blanco o negro  y tu quieres un mundo mejor. Un mundo que lo ves quizá en otro tono, que lo ves en un tono de gris…
- Exactamente eso te iba a decir, porque la realidad a lo mejor, no está ni en el blanco, ni en el negro. ¿Crees entonces, que tu película puede llevarnos a reflexionar sobre eso?
-Yo espero. Claro, yo espero, aunque esta es una película muy light.
-Tocas el tema de la propiedad, para mi ese es el tema más álgido en este momento en el país, es un tema muy delicado
-Que interesante porque ese es el tema que más nos interesaba en el momento en que estábamos escribiendo el guión. Escribíamos justo en el momento en que Fidel se enfermó y se creó una gran expectativa de un cambio, tanto fuera como dentro de la isla. Eso generó que los cubanos que se exilaron hace mucho tiempo y que dejaron sus propiedades se plantearan la expectativa de recuperarlas, entonces el gran tema era de quien es la propiedad, del qué se fue hace 50 años y la tuvo que dejar o del que está 50 años en ella, viviendo. En realidad, los dos tienen derecho moral sobre ella, entonces, cómo resuelves esa ecuación. Hay otros países que han pasado por eso y hay documentos muy interesantes de cómo, por ejemplo, resolvieron eso. Se buscan arreglos, al antiguo dueño se le da una compensación porque es muy difícil arrancar a una persona que tienes varias generaciones viviendo en una casa y el problema no es culpa de ellos, porque se la asignaron, se la dieron… Es un caso moral, porque el que la abandonó también te dice que no lo hizo porque quiso, sino porque la situación no le permitía permanecer, pero el hecho de que yo me vaya, no quiere decir que el castigo sea que yo pierda mi propiedad. Es muy complicado. Después las cosas fueron cambiando en el guión, porque un guión es algo muy vivo que responde a cómo van pasando cosas, a una dinámica y al final llegamos al planteamiento de lo que vive una persona cuando tiene que escoger, que puede ser entre el quedarte o irte, entre el blanco o el negro, en dos situaciones extremas y casi opuestas, lo cual quiere decir que porque sean opuestas no son totalmente negativas. Eso es muy importante saberlo, los dos extremos tienen cosas buenas y cosas malas, lo que no es justo es que yo tenga que tragarme el paquete de malo que lleva esto o aquello. ¿Por qué me tienen que obligar a aceptar, uno o lo otro?
-Allí está implícito el tema de la libertad cuando está planteado el trabajo de ella, el cómo tiene que trabajar en una línea de producción donde todo es igual, pero ella sueña con otra cosa lo cual también lleva al planteamiento de qué gracias al pensamiento el ser humano siempre va a ser libre, lo sujetes como lo sujetes, porque la mente del ser humano, sus deseos y sus sueños, nunca los puedes amarrar.
-Exactamente, eso y el riesgo que se corre en cualquier parte del mundo y en cualquier sistema, cuando tu quieres ser diferente y original. Siempre se paga un precio.
-Después de 15 años regresas al país, con Habana Eva. ¿qué esperas del público venezolano?
-No sé, porque todo cambia, el público, el país, los tiempos. Cuando yo hago películas lo hago porque trato de comunicar algo que me es importante y puede ser en forma de comedia, en forma de drama, de lo que sea, pero son cosas que me conciernen directamente. Esta película tiene un mensaje y el será captando como lo quiera cada persona. Yo siempre dejo unos finales abiertos como en Oriana, que el final es abierto, en Mecánicas también, en Woman on Top el final no era mío, yo lo hubiera dejado abierto y ahora tengo un final controversial, así que yo no sé como lo van a recibir porque además estamos en un periodo en el que estamos muy polarizados por la política. Es una película filmada en Cuba y aunque esta película no es política, no maneja un tema de denuncia, en toda acción siempre hay una cosa que tu puedes interpretar como política, depende de cada cual. Yo defiendo los valores que yo considero importantes. Ahí están, los ves o no los ves, les das la vuelta que quieras porque eso es apreciación de cada cual.
- ¿Cada tema que abordas es un nuevo empezar?
- Totalmente. Eso tiene esta profesión. En eso es muy ingrata, porque pareciera que no importa lo que hayas hecho, siempre tienes que empezar de cero.


DE LO QUE VEMOS A LO QUE HAY DETRAS
Sin duda Habana Eva es una película que genera expectativas, no sólo por el tema su dirección está a cargo de quien se atrevió a romper varios esquemas en el cine venezolano y nos permitió entender que somos capaces de generar trabajos de gran calidad. Fina Torres saborea el té que se toma cuando ya tenemos más de una hora conversando y nos permite acercarnos a través de su experiencia y conocimiento a ese otro lado que como espectadores, a veces, no somos capaces de imaginar.

- Podríamos decir que Habana Eva, es una película esperada…
-Hay muchas películas venezolanas que se han estado estrenando permanentemente y hay un acuerdo de que no se pueden estrenar dos películas venezolanas a la vez, porque en realidad el cine venezolano está considerado un género en sí mismo, no importa que sea comedia o tragedia, es un genero. Hay que tener entre una y otra un espacio de dos semanas. Ibamos a estrenar en mayo, pero obviamente tenía que estar listo el proceso de las copias, después venía el mundial de futbol y estreno de películas como Sex and the city II, y películas como “Hermanos” de Marcel Rasquin y finalmente llegamos al 23 de julio, aunque una semana antes se estrena otra película que es Sheila
-¿Cómo fue tu vivencia como directora en esta película?
-La verdad es que yo no me puedo quejar. Un trabajo de filmación es un trabajo muy duro en cualquier parte, tengas el equipo que tengas. Es como un maratón, es una batalla, tienes que ir contra el tiempo, contra la realidad económica. Tienes que trabajar 15 horas diarias, no tienes descanso y cómo director es muy fuerte porque tienes que estar coordinando y respondiendo a las necesidades de mucha gente a la vez. Es agotador. Que en Cuba pueda ser un poco más complicado por la situación económica de Cuba, exactamente, pero por otra parte la gente es maravillosa, los quiero mucho. El equipo me dio mucho apoyo, aunque en un equipo siempre hay de todo porque es una muestra pequeña de la humanidad. Una cosa compensa a la otra, filmamos en una época de muchísimo calor,  es más lento todo, son equipos mucho más grandes, pero si veo en retrospectiva, con la filmación en Cuba, la filmación en Brasil, en Estados unidos, en Francia y Venezuela; te juro que me parecen todas iguales. Donde quiera que haya filmado siempre ha sido duro, porque es ir contra una realidad, es una batalla.
- ¿Cuántas veces hiciste la cámara?
-Creo que la hice como en un 75%. Bastante la verdad, yo empecé como camarógrafa y en esta película hay momentos en los que necesité tener un poquito más de control de la imagen. No sé cómo explicar eso. Yo soy muy maniática; soy muy perfeccionista en ciertas cosas. Toda la educación que he tenido en fotografía me lleva a ser súper exigente con el encuadre, pero de milímetros. Trabajamos con dos cámaras, lo que te hace todo más complicado porque estás pendiente de dos encuadres, dos tomas, de los actores, todo dos veces. Por eso también se me hizo más fácil tener yo una de las cámaras, no tenía que estar explicando y fue una necesidad. Casi el 60% de la película tuvimos dos cámaras.
-¿Tengo entendido que esta es tu primera película en HD, cómo fue esta experiencia técnica, que además es un área que influye de forma definitiva en la calidad final?
-Bueno, fue muy interesante. Por supuesto, yo en principio estaba negada. Eso fue un gran conflicto para mi, con mis productores. Pero tuve que entender que todo lo que han hecho para La Villa ha sido en HD. Razoné y me dije que tenía que tomarlo como una lección y que en lugar de quedarme en el pasado, en el 35mm, me debía lanzar. Por supuesto, cuando no eres tan experimentado con algo te pasan pequeños problemas, como un fuera de foco porque la cámara 900 en situaciones de mucho calor o de humedad se le va lo que llaman el back focus. Hay que estar permanentemente controlándola y como las pantallas de control son pequeñas no lo ves, porque es algo muy ligero, solo lo ves cuando amplías. Yo al principio vi imágenes soft o blandas, pero me decían que se debía al monitor que era análogo. Incluso hubo un momento en que paré una filmación, revisaron y me dijeron que estaba perfecto. Yo asumí, bueno seré yo que estoy vieja, que tengo presbicia y dije sigamos. Resulta que si estaba fuera de foco  y que no era presbicia, pero bueno son gajes del oficio
-¿Y qué sacas de positivo del HD?
-Bueno, es una realidad impostergable. ¿Qué vamos a hacer? El cine está, va hacia eso. Están haciendo mejores cámaras, nosotros trabajamos con la 900, ahora vino la F26 y ya la Sony trajo otra con mejor sensibilidad, mejor definición, mejor todo. Hay cámaras con una sensibilidad cada vez más cercana al 35.
- ¿Y cómo crees que influye el trabajo en este formato a nivel de los costos?
- Hay quienes dicen que es más barato. Yo creo que es relativo; porque sí, es más barato a la hora de filmar pero la 35 es autónoma, la montas, la quitas, la ruedas y no tienes que estarla cableando. Con el HD, hay toda una puesta en marcha que quita tiempo.  Es cierto que tienes un negativo digital que después lo conviertes, y por supuesto la corrección de colores, todo lo haces directo. Claro, yo prefiero el 35 porque soy de la vieja escuela, me gusta la textura, la sensibilidad, el olor.
-¿Cómo definirías la experiencia de trabajar con la producción de La Villa del Cine?
-La villa se ha portado conmigo super bien. Me permitió hacer mi película con toda la libertad del mundo para hacerla como yo quería. Nunca me impidieron nada, ni me censuraron nada. Los problemas de producción que he tenido, son los problemas típicos de cualquier producción.
- ¿Cual debe ser el compromiso del cine con su país?
-Yo creo que el cine de un país es como el reflejo del alma de ese país. El compromiso de los cineastas con el país debe ser el darnos a nosotros mismos una imagen más universal de lo que somos y no encajonarnos en un cierto tipo de imagen.  Aquí hay muchas historias, muchos mundos y todos ameritan ser contados. Creo que hay un gran reto porque el cine latinoamericano se ha ido desarrollando a pasos de gigante, el cine argentino; el mexicano, peruano, colombiano, brasilero, incluso el cubano. Nosotros teniendo una economía un poquito más fuerte que los demás, creo que nos toca también dejar una huella en el mundo. Creo que la producción ha mejorado muchísimo. Hay muchas más películas. Hay un movimiento pero como se decía en el 68 en el mayo francés,  seamos exigentes; exijamos lo imposible. Vamos a hacer más. Creemos verdaderamente un movimiento de cine venezolano con todas sus complejidades y con todos sus colores.



UNA TRAYECTORIA MARCADA POR UNA HOJA
Por: Inés Muñoz Aguirre
Ella va por allí moviendo su melena crespa de un lado para otro, con cuerpo de mujer y gestos de niña, como quien juega con lo que la rodea pero sin duda a pesar de la miopía, viendo más allá de  donde vemos el común de los mortales. Se trata del oficio además de la humanidad, porque cuando se es artista plástico como Estrella Benmaman, todo alrededor adquiere otra dimensión. Y esa visión distinta de las cosas se encuentra en plena muestra en el Café Buomo en Altamira. Allí las paredes fueron recubiertas de unas obras donde la tierra, el metal, la madera forman una mezcla que habla por si sola. Una exposición que tiene vida por sí sola y a la que su creadora denominó “Como el que juega”
-                     ¿Por qué la pintura?
-                     Bueno, la pintura es como el medio más rápido y yo soy muy impaciente. También me gustan otras cosas, me gusta la escultura, el grabado, me gustan todos los medios de expresión. Cuando descubrí la pintura no sólo me resultó el medio más rápido, sino el más cercano.
-                     ¿Cómo se produjo ese descubrimiento?
-                     Empecé con artes más pesadas, luego me fui a México a estudiar grabado sobre metal y me encantó. Encontré un medio maravilloso porque cazaba el dibujo con la escultura y con cosas así como alquímicas. Entonces me encontraba con que tenía un taller chiquito y dibujaba mucho. Entonces descubrí que era mucho más inmediata y se convirtió en lo que hago en mayor cantidad.
-                     ¿Cómo llevas adelante tu carrera?
-                     Bueno, hay varias corrientes porque también depende del espacio, a veces le piden a uno un proyecto para un espacio determinado o trabajas algo muy especifíco. En este momento estoy trabajando con Zoe Bolívar en un proyecto de una instalación que vamos a llevar a Margarita, que incluye sonoro, video, dibujo, lo cual lo hace integral. En la intimidad de mi proceso es que me quedo con el dibujo, el trazado, la pintura.
-                     ¿Cuál es la temática especial y recurrente de tu trabajo?
-                      La hoja como elemento de contacto con la naturaleza, pero a la vez como símbolo de una cosa muy femenina. He trabajado con esta temática durante diez y ocho años.
-                     ¿Y en esos diez y ocho años, qué sucede, la hoja evoluciona?
-                     Si y además cuando crees que ya está vencido como tema, y que ya le sacaste todo lo que podías, te das cuenta que no, que todavía puedes seguir. Es como un lenguaje que he encontrado a través de la hoja, pero donde la hoja también aporta.
-                     ¿Será cómo qué te habla?
-                     Es como un medio, un universo. Yo he tenido períodos distintos, más fértiles, más oscuros, más tristes, menos atormentados, más atormentados y es increíble ver cómo me aparece ella como símbolo sobre todo. No es una cosa nada más de retratar las hojas del medio ambiente. En estos días iba subiendo al Avila y veía las hojas en el piso a pesar de que soy miope y le comenté a las personas que me acompañaban, que yo veía esas hojas en el piso y pensaba esto es lo que yo quiero dibujar. Eso es como un detonante y dejan de ser como una contemplación nada más. Es algo que sale de adentro, como el trampolín para decir muchas cosas y las uso a ellas como un medio, como un comodín.
-                     ¿Qué cosas buscas decir a través de ellas?
-                     Ah, por eso es que yo no soy escritora. Porque si lo fuera sería mucho más valiente y diría todo de una manera que la gente lo pudiera leer. No, yo soy cobarde, misteriosa. Digo cosas que yo estoy pensando y se transforman en esos dibujos y los entiendo yo y alguien que de repente esté muy cerca y sea perspicaz
-                     ¿Cómo crees que la gente asume el mensaje de un artista plástico a través de su obra?
-                     Eso varía muchísimo. Me doy cuenta que hay artistas que debes conocer todo el cuento y la literalidad, el concepto, para entonces conectarte con su obra. Ver lo que se pretende. Yo creo que lo que varía del arte hoy en día es la relación del público con la obra. Es mucho más libre, variado, amplio. No hay una sola forma de relacionarse con el tema. A lo mejor yo estaba pensando en una cosa y lo plasmé allí, pero vas a agarrar algo de lo mío y vas a construir tu propio rollo cuando veas mi trabajo. Creo que eso pasa  con el arte, con lo musical. Esa es la suerte, que no necesitas percibir el trabajo de una sola manera. Está ahí para que la gente se relaciones como pueda y como le parezca.
-                     El arte era más de contemplación, pero obviamente parte de ese cambio está impulsado por el artista. En tu exposición Como el qué juega, hay una obra que llama mucho la atención que es la de los imanes que está llamando a jugar, a interrelacionarse con ella, a intervenir en la pieza…
-                     Si, pero esa es una intervención real en la que estás moviendo cosas, yo me refiero a lo que pasa cuando tu entras a un salón y hay una cosa minimal y cada quien va a tener una percepción propia que se daba nada más en ese espacio. En una cosa muy alternativa y contemporánea. Lo que pasa con la pintura no pasaba antes cuando sólo era mira qué bonita, la composición, la técnica,. Ahora trae un concepto aparte, complemento y la relación es nueva, ante la pintura,  la fotografía.
-                     Cómo se llega a una obra como la que hacíamos referencia de tu exposición?
-                     Esa obra fue para mí, la que hizo que toda la obra que estaba allí tuviera un sentido más completo, más redondo, porque fue la última pieza que hice para esa exposición. Antes,  “ Como el que juega”  era egoísta, era mío, mi parte lúdica, mi cosa del humor, mi trabajo y un poco como a la ligera, porque también vengo de periodos muchísimo más atormentados, entonces estuve paralizada varios años,  que no terminaba de decir, bueno qué es lo que va a pasar ahora, cómo va a evolucionar esa hoja, será que la tengo que abandonar y hacer algo nuevo. ¿Será que me tengo que meter en las corrientes tecnológicas, y las cosas que está haciendo la gente que es más joven que yo y que ha tenido una formación distinta? Eso se convirtió en un tormento y dejé de trabajar. Hace tres años hice una pieza que se llamó El último, porque me plantee que era el último cuadro que hacía así. De hecho me dio una cosa en el brazo y todo. Entonces mi expresión se canalizó por otro lado, me dediqué a sembrar , a cocinar,  a bordar. Y bueno,  a veces escribo pero no puedo con la escritura, todo lo que escribo lo boto porque tiene muchísimo peso. Yo soy muy voluble y muy variable entonces eso de dejar algo tan fuerte como lo escrito, no.
-                     Pero la pintura tiene esa misma forma, tal vez lo que te sucede es que tu como creadora te interrelacionas de una forma distinta.
-                     Claro, porque la pintura para mí entra como en un plano más onírico, soñoliento, íntimo, privado, entonces creo que la gente no está leyendo todo. Sin embargo me ha pasado que una vez con un desconocido, me leyó clarito y de hecho esa obra la destruí.
-                     ¿Te viste cómo desnuda?
-                      Bueno, esa fue la sensación que tuve en mi primera exposición individual y la odié.  Yo tengo una cosa que es que aunque no parezca soy tímida. Cuando tuve todo  mi trabajo en una sala y la gente comenzó a llegar, la imagen que vino a mi mente es que yo estaba clavada en la pared, desnuda, y que todo el mundo me veía por dentro y por fuera. Eso no me gustó y me lleva a no entender cómo es que la gente persigue la fama y el estrellato. A mí me cuesta mucho mostrar mi trabajo como lo hice, por ejemplo ahora,  también fue un poco bajo perfil, en un lugar que no es exactamente una  galería  y  con los amigos, porque me da un poco  de vergüenza.
-                     ¿Cómo  estableces la relación con la gente que adquiere tus cuadros, que significa que alguien se lleve algo que hiciste, que es tuyo?
-                     Hasta ahora he tenido la suerte que toda la gente que se ha llevado mi trabajo me cae bien y los conozco. Eso me da como confianza de entregarle una parte mía, porque sé que la van a custodiar con cariño.
-                     ¿Tu lo ves como dicen muchos que para el artista el resultado final de su trabajo es como un hijo?
-                     Es como yo misma, más que un hijo, porque un hijo no es tan tuyo como la gente cree. Yo no lo veo así, lo veo más bien como una parte de mi misma.
-                     ¿Cómo se inicia en ti el proceso creativo?
-                     Esa es una pregunta excelente, porque no sé cómo se inicia. Es como un trance creador y estás en  esa especie, que es como estar entre un exorcismo y un orgasmo. Además no siempre me acuerdo como fue el proceso. Hay trabajos en que yo empiezo a trabajar, porque lo dibujo y luego lo recreo o lo que sea. En cambio, hay otros que no es así, que es a la inversa, que empiezo a descargar allí una gran masa de color y eso me empieza a hablar de lo que va saliendo, la figura, las letras. Hay como dos formas de hacerlo…
-                     ¿Es decir qué puede suceder que la obra te sorprenda?
-                     Siempre, porque aunque lo tenga muy claro y sepa por dónde va la cosa, es como que si tuviera su propia vida. Es como que si el consciente no domina todo, hay una conexión como entre el corazón, la mente y el brazo y la parte racional no tiene poder sobre todo eso.  El proceso finalmente lo concreto, en que primero tengo la idea, luego tengo la urgencia, esta inquietud interna de que salga una cosa y luego hay que resolver  los problemas prácticos para llevarlo a cabo. Es maravilloso porque entras en una sintonía perfecta. Una vez estaba haciendo un trabajo con un tema que era el diluvio universal. Vi claramente lo que yo iba a hacer, pero salía en busca de unas piecitas de metal de un centímetro por tres, no sabía dónde encontrarlas. Después de tanto buscar un día entré en un taller y el señor que atendía me mostró una pieza, me dijo será algo así y él, tenía un pote lleno esas piezas que yo necesitaba. Después me fui a la playa, le dije a mi familia que necesitaba  un palo que hubiera sido acariciado por el mar, nos fuimos y sentados en la orilla preparándonos para desayunar vimos como en el mar vino flotando aquel pedazo de tronco, casi perfecto. Es decir que se integra lo que quieres, lo que encuentras y lo que se te aparece.
-                     ¿Los pintores ven distinto a los demás?
-                     Una vez tuve un descubrimiento muy interesante porque yo pensaba que todo el mundo veía como yo y le dije a mi mamá: “bueno tu sabes , así como cuando tú ves todas las luces como estrellas”, entonces ella me dijo que ella no veía así.  Ese descubrimiento lo podemos trasladar a esa otra forma que tengo yo de ver las cosas, porque antes yo pensaba que todo el mundo veía la vida como yo y resulta que no, pero yo tampoco sé cómo ven la vida los demás.
-                     ¿Cómo llegas al color? Me di cuenta que en las obras que forman parte de tu exposición las tonalidades están llamando hacia la tierra.
-                     Naturalmente.  Siempre fue así mis colores favoritos los que me llaman son los colores naturales, no fabricados. Aunque todos los colores están en la naturaleza, encuentras los fosforescentes, los fucsias.  Yo siempre hecho broma y digo que yo hago pintura rupestre. Es como lo más básico con lo que yo más me identifico. De hecho cuando estudié en México tenía unos amigos con quien compartía el taller y uno de ellos usaba rojos y morados. Yo soy más bestia, ruda, rústica con los colores

EL PROCESO MÁS ÍNTIMO

-                     ¿Cuándo trabajas como lo haces?
-                     No me molesta ni la compañía porque puedo estar aquí y de repente me entra la musa. A veces claro es muy delicioso estar allí en el taller, donde todo es silencio, no suena el  teléfono, no tengo que salir buscando a nadie.  Siempre cada cosa tiene alguna influencia. A veces me detengo y me da mucha rabia porque me entretengo pero después pienso, oye pero que chévere que corté, porque entonces miro de afuera lo que estaba haciendo. Yo tengo una relación muy libre con lo que hago, a veces digo que a lo mejor no estoy pintando pero todo lo hago artísticamente, siempre tengo la misma disposición creativa con cualquier cosa que esté haciendo.
-                     Mencionaste la familia en una parte de tu proceso…
-                     Si, tan bellas. Tengo dos hijas y ellas me comprenden y un ex esposo que en ese momento me acompañó a buscar el palo. Ellas son increíbles porque yo soy una excelente mamá pero no soy una mamá convencional y creo que todo lo que hago es un buen ejemplo para ellas. Yo quiero que si ellas quieren realizarse en algo por más fuera de lo convencional que sea, pues tienen que seguir esa inquietud. Una vez que fui a Israel a hacer una instalación bellísima que se llamaba Suvenir Tropical, llevé como 50 dibujitos de hojas, las llevé para un desierto, entonces la gente iba y hacía un dibujito que dejaba allí y se llevaba uno de mis dibujitos. Antes de yo irme a ese lugar tan lejano me daba mucho pesar dejar a mis hijas atrás y eso me generó mucha angustia. Luego conversando, con ayuda y todo me di cuenta que lo mejor que yo podía hacer era que si mis hijas se daban cuenta que yo había sido invitada para aquello y voy, yo iba a ser mejor ejemplo que si declinaba aquella invitación y me quedaba en mi casa. Tengo la suerte que ellas me entienden.
-                     ¿Cómo se relacionan con el hecho creativo?
-                     Es automático, cuando me meto a trabajar, ellas se meten conmigo en el taller y empiezan a trabajar ellas también. Eso me enseña a conocerlas con otros ojos.
-                     ¿De dónde te viene a ti, esa relación con el arte?
-                     Yo recuerdo un parquecito infantil cuando era muy chiquita y alguien me preguntó lo típico que se le pregunta a los niñitos ¿Qué vas a hacer cuando seas grande? Y yo dije artista, con la convicción de que ese era el camino, aunque en el momento me pareció una palabra muy grande. Después recuerdo que mi papá tenía un chorro de sensibilidad y un talento enorme para dibujar pero no se lo permitió. Yo tengo una colección de dibujos del, de los años 56 y 57 y son bellísimos, en lápiz, el no luchó por aquella pasión pero si lo disfrutó, yo vi a mi papá dibujando. En mis trabajos para el colegio era él quien me ayuda. Fuera de eso yo no tuve contacto con artistas ni con gente bohemia sino como hasta los 15 años que ya comienzas como a despegarte de tu casa y los amigos que más me llamaban la atención eran los que habían estudiado en Londres o el que su papá era un escultor. Esa gente me encantaba y yo me metía a estudiar teatro, expresión corporal para estar en contacto con aquella gente que no era del mismo círculo en el que yo estaba acostumbrada. Finalmente tuve la suerte de estudiar en un colegio muy grande donde conocí gente maravillosa y eso fue una gran influencia.
-                     ¿Finalmente como canalizas aquellas inquietudes?  
-                     Buen cuando ya tenía como 24 años que ya era una mujer hecha y derecha, que había estudiado en la universidad educación preescolar porque me gustaban los niños y no había podido entrar en Arte en la Central, vino una amiga a mi casa a enseñarme sus dibujos y le pregunto dónde estaba haciendo eso. Ella me habla del Instituto Federico Brandt en San Bernardino donde se hacía un taller libre y es allí donde empecé formalmente mi trabajo como artista, me metía en todas las clases. Conocí a gente maravillosa como María Eugenia Manrique, Guillermo Abdala, Samuel Baroni, tuve muy buenos profesores. Cada vez que podía viajar era a ver  exposiciones a hacer cosas. Me lo tomé muy en serio
-                     ¿Piensas que en ese momento elegiste una carrera a la que le diste continuidad?
-                     Si creo, porque  también habían señoras que eran amas de casa y que tomaban un cursillo de dibujo, pero yo no, yo dije esta es mi forma de educarme para algo que yo quiero hacer en serio, y comencé a buscar bibliografía, a solicitar recomendaciones. Luego tuve un maestro maravilloso como Luis Panier que me abrió como los horizontes, por otra parte mi hermano que ha sido un grandísimo apoyo me decía tú tienes un lenguaje, yo te admiro porque no vendiste tu alma como hay gente que por ejemplo diseña un calendario para vivir, yo si he aceptado a veces no tener tantos recursos económicos pero a cambio de que me dedico al arte exclusivamente.
-                     En medio de todo esto pasas tres años sin trabajar, ¿Cómo te enfrentas a esos años de parálisis?
-                     Con grandísimo remordimiento. Mi psiquiatra dice que lo último que se restaura después de una crisis es la creatividad. A veces sentía culpas, pero también me dije no me voy a forzar, aquí hay una gestación, algo va a salir porque siempre estoy trabajando en mi cabeza, tengo muchísimos proyectos que no han dejado de ser ideas y no por eso tienen menos valor. Hay una corriente filosófica que te dice que todo proyecto que no se lleva a cabo no existe. Yo no creo eso, yo creo que hay muchas ideas maravillosas que ya el solo hecho de que se te haya ocurrido es una obra estupenda. También hay corrientes importantísimas que te dicen que el arte no existe sin la confrontación, yo no me puedo pelear con esa postura, pero yo creo que no siempre hace falta la confrontación.  Afortunadamente después de esperar ahora no me alcanza el tiempo para hacer todo lo que estoy haciendo.
-                     ¿Y ahora hacia dónde vas?
-                     Voy a hacer un trabajo sobre el amor, enlazado con los amuletos, los altares. Estoy trabajando sobre eso. Voy a Shangai  a la expo mundial porque uno tiene que ver lo que está haciendo la gente en el mundo, porque a veces uno se encierra para ver su proceso interno y no hay que perder las influencias externos. 





CUANDO UNO ENTRA DE LLENO AL PROCESO DE LA CREACIÓN SE ASUSTA,


ES VIDA TRADUCIDA EN OBRA.




Por: Inés Muñoz Aguirre

En medio de una tarde lluviosa hacemos camino bordeando El Avila, para llegar al taller de uno de los más importantes artistas plásticos de nuestro país. Buscamos a Alirio Rodríguez, el mismo Premio Nacional de Pintura, con representación en el Museo de Arte Contemporáneo, Museo de Bellas Artes, Galería de Arte Nacional, Museo Alejandro Otero y Fundación Celarg. Responde a nuestro llamado de inmediato, esperándonos allí en la puerta del viejo edificio que lo ha visto año tras año sujetarse al pincel; con la fuerza que sólo tiene en sus manos un hombre convencido y firme ante sus ideas. Ese mismo hombre que Presentó recientemente una exposición en la galería D´Museo, muy ligada a una serie del año 76, que se llama Ante el abismo.

• De allí el título de la razón suspendida. Para mí el hombre es la razón, el todo. Cuando al hombre se le priva o se le intenta agredir su razón, su pensamiento, su libertad, el hombre flota en una especie de abismo donde no le cabe más que la congelación y allí permanece.

• Efectivamente, ese hombre desarraigado de la razón se coloca al borde del abismo…

• Por supuesto, pero tomando en cuenta que no es un desarraigo volitivo, no parte de él, muchas veces es una sensación a donde lo llevan y él se encuentra en eso.

• Hay una posición política, como siempre la hay en toda creación…

• Evidentemente. El arte como social es un problema que nace con el hombre, no podemos desligar el arte en el sentido antropocéntrico del nexo político. El arte y la cultura es un todo. Nunca una cosa marcha divorciada de la otra, a menos que uno sea un artista sin compromiso, con el hombre y con la humanidad

• ¿Cuál es la diferencia entre el 76 y el 2010?

• No hay diferencia realmente, hay una evolución de un campo a otro. En la década de los sesenta es cuando se revela en mi pintura el planteamiento que ha sido eje y centro, columna vertebral de todo mi trabajo. Ese eje ha ido siempre enhebrándose, como una suerte de discurso en el que el hombre va identificándose y poniendo su propia imagen, hasta hacer de sí mismo una suerte de iconografía de la humanidad. De tal manera que las diferencias no pueden haberlas porque el discurso sigue siendo el mismo, que se va re-encontrando en diferentes tiempos. Yo creo en la evolución desde el punto de vista de lo que puede ser permanente no lo contingencial. La contingencia está presente como lo está en toda nuestra vida, pero creo en la representación, en la obtención de valores que nos haga tener asideros.

• ¿Cuál es el nexo entre el color y ese sentimiento?

• Es muy difícil que desde el punto de vista cromático yo me pueda identificar con el elemento color como una unidad. Mi obra hay que registrarla en el blanco absoluto que se absorbe y representa toda la gama cromática. En los años 70 yo trabajé en un proyecto que se llamaba “La velocidad del color”. Yo le atribuyo a la gama de colores cálidos una velocidad distinta a la gama de los fríos, es decir, los azules, los verdes que se desplazan a una velocidad mayor. Los colores cálidos son de aguante, de soporte. El vitral de la Corte Suprema por ejemplo está inundado de azules, porque es una invocación a la justicia donde naturalmente a través de la fuerza del azul y su velocidad, puedo inscribirme en ese potencial que podría ser ese anhelo del hombre por la justicia durante todo la historia

• ¿Cómo se aborda este proceso, hay un cálculo frío que le permite determinar la manera como trabajará o hay unas pasiones que se arrebatan en el lienzo?

• Las dos cosas cuentan, pero es muy importante aclarar que cuando uno programa la creación plástica, traza el diseño, termina siendo un ilustrador histórico. En mi caso yo voy hacia el reto del espacio bidimensional absoluto. Lo que se va produciendo en ese proceso creativo es lo que va diciendo, que puede ser aquello que estoy plasmando. Esa es la razón de las series, por eso encuentro puntos de apoyo entre una y otra para que la obra siga deshilvanándose.

• Aunque hayan pasado mucho más de treinta años de la serie Ante el abismo, en ella se tiene un reflejo que tiene que ver con la aproximación a una situación, y en la expresión de la técnica. Ya existía una propuesta en ese sentido

• El pintor que hace una serie pasó la serie, no hay más; pero el pintor que agarra de la serie una especie de hilo con el que va tejiendo su discurso es otra cosa. Yo me encuentro en ese grupo. Es inevitable que hayan vasos subyacentes que determinan la presencia del ser en la obra, en eso yo creo fundamentalmente. Yo no creo que el artista sea representante de una época determinada y punto y ya está. El creador es una consecuencia de una multitud de causas que vienen desde Aristóteles para acá. Somos el efecto de una causa fundamental que es motor del universo. Mueve el hombre a crear, lo impele a hacer.

• ¿Ese motor tiene que ver con Dios?

• Por supuesto.

• ¿Quién o qué es Dios para usted?

• Sería un lugar común pero realmente para mí, Dios es todo. Soy un creyente con las libertades propias que Dios mismo le da a uno, para enfrentar las dudas que puedan salir adelante, en relación a nuestro trabajo, a lo que hacemos. Para el artista en general no hay dudas, cómo podría explicarse si viendo lo que uno hace no cree en Dios. Uno es el resultado de esa acción, uno es creador en segundo o quien sabe en qué lugar, somos una consecuencia. Somos el efecto de una causa extraordinaria del universo.

• Es decir, qué todo artista es un creyente?

• Si, yo creo que definitivamente la creencia es algo que no podemos negar, porque hasta la no creencia significa una postura de fe, que es lo que realmente nos hace ser habitantes de un tiempo, ubicados en un tiempo determinado.

DE UN ESTADÍO A OTRO

Hablar con Rodríguez significa la profundización de los conceptos. En definitiva una forma de vida. Una vez que entramos en su estudio descubrimos no sólo las paredes llenas de obras que siempre esperamos descubrir en el estudio de un pintor, allí está una vida ordenada en lienzos, libros, revistas, catálogos, pinceles, pinturas. Mesas organizadas reflejando un orden que aun en medio de sus más grandes pasiones, lo debe conducir a saber donde tiene cada cosa necesaria para su trabajo. Lo impecable del espacio habla por sí mismo de quien es impecable en cada palabra y en cada gesto.

• Cómo ha evolucionado lo figurativo en su obra?

• Hay un libro mío que tiene unos veinticinco años, de reflexión. Hablo de la necesidad de asirnos de una poética pictórica que hiciera válido el lenguaje de nuestra plástica en función de todos los conocimientos que pudieran unirse o afrontar los hitos, los hechos de la evolución de la plástica misma. Lo que para otros es algo que ya se fatigó que no da más, para mi es lo contrario. La bidimensionalidad sigue teniendo una vigencia extraordinaria sólo que depende del talento humano que esa vigencia se haga válida.

• Sus personajes están inmersos en un espacio cósmico…

• Efectivamente de eso se trata, yo pienso que el ser humano es algo que se re-propone, que en cada periodo, en cada ciclo de su ser como plantea Heidegger, cada círculo va inscribiendo y reseñando al hombre en su hacer durante toda la historia de la humanidad. Por eso pienso que tal vez los personajes de mi pintura sean seres que redibujan un entorno que les es propio y en ese marco de vacío, de espacio, el teje su hábitat inmediato

• Desde el punto de vista creativo y desde su claridad conceptual, cuando usted ve hacia atrás, ¿Qué ha dejado en el camino?

• He dejado el sudor y el trajín de un esfuerzo que afortunadamente está dando frutos y ha venido dándolos. Encuentro que hay un discurso coherente que puede ser una voz que acudió a su responsabilidad recordando ese principio de la responsabilidad del artista que habla Jean Maritain. Esa suerte de responsabilidad del artista que nos toca y que nos obliga como a retratarnos y de hecho ser el espectro o la radiografía de la permanencia del ser, en su esencia. En todo lo que puede ser el fundamento del hombre a través del diseño de una nueva humanidad, coincidiendo de nuevo con este gran filosofo.

• ¿Cómo confluyen los artistas de nuestro país, qué los une?

• Lo que nosotros hacemos es lo que está haciendo y pensando esa especie de elite que nos une a todos, es una suerte de amalgama en donde todos estamos gravitando y es natural y lógico que existan referencias entre uno y otro. Lo que me obligó a mí a salirme de ese planteamiento que envolvía a la figuración venezolana de la década de los sesenta es precisamente la formulación que hago en el libro sobre la necesidad de enfocarnos hacia un nuevo panorama de la pintura venezolana, que hiciera un registro de nuevas posibilidades, de nuevos estados de concordancia con la naturaleza en donde el hombre dejara de ser un pasivo y pasara a ser un activo presente.

• ¿Hasta dónde profundiza ese tema en su libro?

• En ese libro es donde está el propósito de mi trabajo y que será analizado en los años venideros cuando ya uno no esté. Se sabrá si realmente fue un planteamiento que cumplió con lo que se comprometía a cumplir o si sencillamente se abortó. Yo creo también que cuando uno se enfrenta con el pasado hay reminiscencias con el presente, que tiene mucho que ver con la anécdota que hemos contado y eso indica que hay allí una obra; de lo contrario no es obra hasta que no haya la responsabilidad de una vida al ras de eso. Ese es el momento donde se puede hablar de una obra. Creo que ya es hora de que yo empiece a hacer mi equipaje para el viaje definitivo, no es que crea que sea tan inminente pero si, ya uno está en una edad donde tiene que sacar cuentas y ver hasta donde su propio mensaje tiene que dejarle a las nuevas generaciones, a su país y saber hasta que punto el mensaje que uno ha formulado es coherente, no es disperso y no es etéreo.

• Dentro de ese proceso y con esa conciencia sobre lo que se hace, de dónde siguen surgiendo las ideas?

• Siempre y cuando haya la posibilidad de no repetirnos en el mensaje que decimos, en la obra que hacemos y no haya fatiga en el orden cromático de la expresión de nuestro pensamiento, en esa medida hay obra virgen todavía. Hay mucho que decir. Por eso es que cuando yo veo en mi entorno inmediato en relación a los otros artistas venezolanos considero que cada uno lleva su propio discurso y eso es algo muy importante. Yo creo que cuando me tocó el momento, la llamada de atención para formular un requerimiento y un planteamiento, lo hice a través de dos causas que fue la de la reflexión a través de “Carta a nadie” que es el libro sobre la figuración en general y a través de los resultados plásticos de la obra.

• ¿Cuál es la obligación del artista?

• Yo creo fundamentalmente que el artista tiene por sobretodo la obligación de consustanciarse con su pueblo. No estoy hablando de que sea una pintura social, estoy hablando de que precisamente tiene que haber una consustanciación entre el motivo y la razón de ese motivo.

• Bajo esa metodología reflexiva, cuando termina un cuadro que queda en él que realmente lo sorprenda?

• Yo nunca termino un cuadro, por lo general termino tres o cuatro cuadros al mismo tiempo, porque lo que me enseña un cuadro lo aprovecha el otro y lo que considero un fracaso en uno, viene el otro y lo rescata. No hay nada mientras trabajo que recuerde al método, ni al sistema tampoco. Yo creo que en la medida que nos ordenamos con una razón, se cuadricula el espacio de vida que tenemos. No significa que dejemos de creer en el albor, en la magia, en esa cosa extraordinaria que puede suceder y que no sabemos qué es lo qué es. Hay una frase de Picasso muy buena, el decía que muchas veces en la mancha negra de un pincelazo o de un chorro de color, había una expresión figurativa mucho más figurativa que realidad; y es verdad. Muchas veces a uno le suceden cosas durante el proceso de creación, donde se está produciendo algo que tu todavía no sabes lo que es, es en ese momento donde yo reconozco la presencia de Dios, porque es cuando me digo “Dios mío, pero yo no hice esto”, entonces, allí la emoción es tremenda, uno entra en comunión con lo que se produce y eso es lo que nos reconcilia y nos regaña. Es como para entender que eso que hacemos no es nuestro, es de los otros y para los otros. En esa medida la responsabilidad es mayor.

• Cuanto se tarda el proceso de un cuadro o de esos varios cuadros que parecen actuar como personajes independientes?

• Hay cuadros que se pueden llevar hasta seis años. Creo que es muy difícil pensar que uno termina un cuadro realmente. Tal vez Leonardo tenía razón cuando decía que era imposible decidirlo uno, porque siempre hay un algo que te llama. A mí me cuesta mucho trabajo cuando tengo que considerar terminada una cosa, en razones que el procedimiento posterior así lo requiere, como sucedió con el vitral de la Corte Suprema de Justicia. Yo tenía que entregar un anteproyecto y eso iba seguido por un proyecto. Una vez que ya está instalado el vitral, 750 metros de luz vuelvo a pensar en él y me digo, pero bueno si eso ya está listo.

• Pero tiene que producirse el desprendimiento

• Diría que cuando los cuadros se van a la exposición, ni siquiera cuando los firmo. A veces cancelo la firma y sigo porque son exigencias que están allí, dentro del ser humano.

 ¿Cómo fue el traslado del lienzo al vitral?

• Cuando pensamos en pintura, hacemos una veladura y sin ningún problema pasamos de una a otra. Unos matices pueden generar una suerte de paso, pero en el vitral no. Pasar de una veladura a otra implica corte de vidrio, ensamblarlo en la pestaña de plomo, dormir la pestaña de plomo, soldar la pestaña de plomo y luego meterla en el marco que va. Es tremendo. Es muy duro, muy difícil. Por eso duró su realización cuatro años, fue un trabajo realmente muy agobiante, porque es muy difícil el paso de un lenguaje a otro y en el mosaico el problema es más o menos igual.

• Proceso además que implica trabajar con otros especialistas

• Visite catorce talleres y presenté una terna al Ministerio de Desarrollo Urbano quien decidió con quien iba a trabajar, lo bueno es que la decisión fue acertada porque el taller es de mucho crédito desde hace muchísimos años. Ellos son responsables de la manutención, de toda la vitralistica de Champ.

• ¿Qué fue lo más difícil en el proceso?

• Hay un momento del paso de una técnica a otra que es sumamente duro. Para hacer un vitral tienes que hacer muchos planos, pero cuando llegas al plano de los plomos. Eso lo tiene que diseñar el artista porque si se traiciona en el paso de los plomos, ya la fuerza lo hace otro. O sigues el decreto que viene de un patrón del siglo XII o te pones de frente y comienzas a imaginar.

• Vividos todos estos procesos y experiencias en la conformación de su obra, cuando ve hacia el pasado que cambiaría?

• Hay una frase que yo tomé de las reflexiones porque para mí es rotundamente cierta, el tiempo no pasa, el tiempo está. Es tan simple, pero quien administra, quien habla, quien descubre, quien reversa sobre el tiempo, es el hombre. El hombre es el registro del tiempo, en consecuencia no hay pasado, presente o futuro. El presente es la gestación que sigue existiendo en la conjugación entre el pasado y el futuro y de allí que ves a algunos artistas jóvenes en su exceso de fe expresar algo como “eso es pintura tradicional”, nada es pintura tradicional, eso es una invención del intelecto humano. Es el hombre quien determina lo actual o no. Mal puedo responderte yo, que avizoro para el futuro. Yo soy sencillamente un intérprete que tengo una noción que dar y esa noción de mí quedará. Esa es la única recompensa que le queda a uno para dar las gracias por haber vivido. Somos un ente finito jugando con valores infinitos.





YO HAGO LO QUE HAGO PARA CONMOVER AL OTRO 
Por: Inés Muñoz Aguirre. 

Iraida se baja de su carro, revoloteando la falda blanca y estrenando como cada mañana después de las siete su sonrisa amplia, a pesar del tráfico, la falta de estacionamiento y el reto que significa llevar adelante cualquier idea en una ciudad como la nuestra. Hablar con ella es intentar descubrir un mundo que no se puede resumir en dos páginas. Iraida Tapias es la actriz, la productora, la dramaturgo que ha escrito obras como “Yo, la peor de todas” o “Afrodita, cuerpo de señora”, es la directora de lecturas dramatizadas como  “Sony” de José Ignacio Cabrujas; “Bodas de sangre” de Federico García Lorca; “La llamada de Lauren”. Escritora y directora de “Una historia de Zarzuela”, “Los elegidos”, “Lorca alma presente”; es también la directora de montajes como el de “Ambas tres” de Javier Vidal  o “Rosa de dos Aromas” de Emilio Carballido. Y por si fuera poco en el cine junto a Mauricio Walerstein realizó el guión de “Macho y hembra” y para televisión ha escrito novelas como “Amantes”, “Libres como el viento” o ”Chao Cristina”. Menciones que sólo son una referencia de todo lo que ha hecho y hace. Iraida se instala frente a mí, mientras me centro en que este encuentro es sólo con la mujer directora, porque de lo contrario tendría que escribir para darle su merecido espacio de Protagónica; acción con la que obviamente estoy en deuda.
- ¿Cómo ha sido tu acercamiento a Lorca?
- Quien está en el teatro ama a Lorca. Yo vi la Bernarda Alba que dirigió Alberto de Paz y Mateos, era una niña. Después vi la de Ibrahim Guerra; excepcional, maravillosa, la propuesta escénica que allí se manejó fue realmente impactante, en ese montaje era una tragedia. Después como gerente del teatro del Paraíso participé en la Bernarda que hizo José Ignacio Cabrujas, ubicada en Carora con una propuesta escénica maravillosa. Más recientemente vi el montaje de Javier Vidal. Le he seguido la pista siempre, porque es una obra que siempre quise montar. Afortunadamente desde hace tres años estoy trabajando con Water People con Rebeca Alemán y ella me planteó montarla, lo cual estamos planificando desde mediados del año pasado.
- Empecemos por hablar del contenido de la obra…
- Esta obra no sólo habla del abuso de poder que es un tema que me ha tocado desde siempre. No solamente habla de la represión, no se puede leer solamente desde el punto de vista de una metáfora de una situación política determinada que tiene que ver con abuso o tiranía. Aunque en la investigación que he estado haciendo de Lorca, no era ese uno de sus objetivos. Pero sabemos que los creadores se plantean una historia y después los que los interpretamos, descubrimos muchas otras cosas que conscientemente no se habían planteado.
- También hay quienes dicen que con esta obra de Lorca se inicia una persecución que culmina con su muerte, sean o no ciertas cualquiera de las dos posiciones, creo que hay el valor implícito de hacernos pensar sobre el hecho de que los creadores pueden ser perseguidos y reprimidos, lo cual puede ser un mensaje clave…
- Totalmente. Es uno de nuestros objetivos, la obra tiene que ver con la actualidad. Si seguimos la coherencia del trabajo que hemos desarrollado como equipo Rebeca y yo, nos encontramos con que yo escribí una obra sobre Camila O'Gorman y Ladislao Gutiérrez que fueron asesinados por la tiranía de  Rosas en Argentina y Camila tenía 8 meses de embarazo. En “La peor de todas” hablamos del abuso de poder, del maltrato a la mujer y como se puede cercenar la verdad, la libertad de decir lo que se piensa a través de actos creativos, así llegamos a una obra como Bernarda en la que está claramente planteado cómo se trata de reprimir, de castrar, de destruir la libertad.
- ¿Es el teatro entonces, una buena escuela como decía Brecht?
- El principal objetivo por el que yo hago teatro, cine, televisión y afines es para conmover al otro, jurungarle el corazón, llegarle al alma, ya sea por esa conmoción, ya sea por la risa, el llanto, el impacto de la rudeza de lo que estás viendo o escuchando. No creo que el teatro cambie la historia, pero creo que la gente de teatro somos tan comunicadores sociales como cualquier periodista, somos un medio de comunicación. Lo que sucede es que nuestra llegada al público es más reducida, pero tenemos una ventaja que estamos hablándole cara a cara, frente a frente a otra persona.
- ¿Está nuestro público preparado para eso?
- Creo que sí. El teatro venezolano ha pasado por muchos estadios. Las décadas del 80 y el 90 fueron décadas en las que estábamos como cómodos. Los retos eran más exclusivamente creativos o gerenciales y fuimos perdiendo el público, porque empezó una suerte de satisfacción con uno mismo. Perdimos la conexión. José Ignacio Cabrujas  fue una excepción porque nunca dejó de escribir, de montar, de dirigir sobre lo que tuviera que ver con la realidad histórica de su momento, aun cuando fueran metáforas.
- ¿Consideras entonces, superado ese momento?
- Ahora gracias a lo que ha hecho el Teatro Trasnocho, a la gerencia de Moisés Guevara se volvió a captar un público. Si bien es cierto que todavía hay un porcentaje muy alto que quiere seguir evadiendo la realidad; hay otro porcentaje que ya no es tan pequeño que quiere ver cosas que le conmuevan y le hagan pensar y ves reacciones inmediatas. Hay gente que grita cosas al final de las funciones, que dan las gracias, que dan vivas a la libertad. 
LA CASA DE BERNARDA ALBA. UN MUNDO EN SUS PAREDES
- Esta es una pieza clave desde distintos puntos de vista, en el mismo comienzo de la obra está planteada de entrada una lucha de clases a través de La Poncia y la Criada
- Eso es esencial en la Casa de Bernarda Alba, la relación del sometido frente al poder. A nadie le gusta estar más abajo que a otro, aunque ese otro te pague por tu trabajo. Siempre la relación vertical genera una suerte de resentimiento y puede generar en el que está arriba, un engolosinamiento con el poder.
- De hecho en la obra están todas las clases porque Bernarda representa un nivel, distinto al de La Poncia y más abajo está la criada
- Y es tan fuerte esa lectura que no te olvides de cómo es la relación de la criada con la mendiga. Donde te acercas al estadio más bajo, más marginal y vulnerable económicamente. La criada le dice: la comida es para mí, yo también tengo hijos y la echa, haciendo valer ese poder. En Bernarda se incentiva el resentimiento, ella con La Poncia es absolutamente cruenta…
- Otro aspecto es el de la utilización. Bernarda la usa para saber, por ejemplo, lo que ocurre en el pueblo y luego la maltrata
- Haciéndole sentir lo del poder. La Casa de Bernarda Alba recoge un universo, que puede ser Venezuela, Latinoamérica, recoge a este lado del mundo en este momento.
- ¿Crees que ocurre lo mismo?
- Yo creo que así  como acabo de decir que La Casa de Bernarda Alba es un universo, también es una aldea. En la época que vivimos se han sofisticado los mecanismos de poder y los mecanismos de subyugación del otro, los de represión social, nos resulta bárbaro el maltrato físico, nos resulta impresionante la represión policial frente a una manifestación. ¿Pero, y la violencia y la agresión intelectual? Cuánto daño no hace el chisme. Estamos hablando del Siglo XXI y aun se definen vida, profesiones, relaciones en función de la aceptación social o no de tu entorno. Si pasas del espacio privado al público también requieres de la aceptación en ese nuevo espacio. Creo que esa es la misión consciente que se planteó García Lorca con Bernarda y se da porque las paredes de la casa están hechas del afuera…
- Tienen oídos…
- Exactamente. Bernarda anda ocultando a sus hijas lo que pasa afuera y sabe que los de afuera todo el tiempo la están escuchando con la misma necesidad que ella tiene.
- Es la dependencia del qué dirán…
Si,  allí  está la represión del “que dirán” en la mujer, que también es un tema que me mueve, todo lo que tiene que ver con el machismo, con el sometimiento, la subestimación, el maltrato intelectual. Ese “el qué dirán” fue uno de los principales intereses de Lorca 
DEL TEXTO A LA DIRECCION.
- En una secuencia de montajes liderizados por hombres, ¿cómo se acerca una mujer a esta obra?
- Creo que en Venezuela seré la primera mujer que la dirige, pero Nuria Espert la dirigió y la hizo con Glenda Jackson…
-  Y en los montajes que participó Margarita Xirgú, tuvo profunda incidencia en la dirección.
- Si, así es. Yo he dicho algo que es que no tengo ningún susto con respecto a dirigir esta obra. Creo que tengo una ventaja y es que soy una mujer dirigiendo una obra de mujeres y por más que el hombre se acerque yo creo que hay una serie de lecturas y subtextos que para las mujeres son evidentes. Cuando yo escribí la presentación de esta obra en el programa de mano para el montaje que hizo José Ignacio, yo me acuerdo que escribí algo así como “una casa llena de humedades”. José Ignacio me dijo que si yo sabía lo que estaba diciendo, que era muy fuerte y yo le contesté que no sabía por qué le parecía fuerte, porque esa es una casa donde a excepción de Bernarda todas están húmedas, por una u otra razón. Allí hay un eros reprimido, donde la necesidad no sólo es física, hay una necesidad síquica. Allí se nos habla del libre albedrío. ¿Qué hace Adela? Opta, sigue su instinto, responde a su humedad. Eso es revolucionario dentro de la Casa de Bernarda Alba.
-Como es revolucionario el poner fin a su vida, cuando aun la sociedad discute sobre el derecho o no sobre este tema. Imagínate como fue asumido ese final en esa época…
- No hay duda, son temas muy fuertes, a mí la adultez me ha dado serenidad para acercarme a la realidad y no seguir evadiéndola. En la Casa de Bernarda Alba, todo el mundo a excepción de Adela evade la realidad. Por eso es que ella se plantea: O es Pepe el Romano o me muero.
- ¿Qué crees que pasaría si pudiéramos ver a Pepe el Romano?
- Si pudiésemos verlo, yo creo que todas seguirían soñando con Pepe, porque no verían al Pepe que está entrando, sino al que han idealizado todo el tiempo, a su ideal de amor, su ideal de pasión. No van a ver si es tuerto, ciego, cojo, gordo o flaco. Si es guapo o no, si suda o no.
- ¿Hay allí un planteamiento de lo inalcanzable?
- Sí, pero creo que hay una lectura que tiene que ver con lo personal, con que construimos nuestros ideales en función de los ideales de otros y cuando tenemos enfrente algo parecido a nuestro ideal, no nos quedamos con eso porque no es exactamente lo que habíamos soñado en función de lo que otros habían soñado. Eso funciona con el amor, con la familia, con el futuro, con el presente.
- También está  presente el paso del tiempo, que es un tema que a Lorca lo preocupó  mucho, porque lo ves en Doña Rosita la soltera, lo ves en Yerma…
- Hay algo muy interesante en eso que estás diciendo porque si nos manejáramos en relación a la estructura dramática, la obra es atemporal. El tiempo pasa. Hay algo consciente en él como autor, el tiempo no espera, te afecta físicamente, no se devuelve. El tiempo se determina como ser humano. Y allí  está el sentido de lo trágico si nos referimos a la estructura de la tragedia griega, porque en última instancia el destino es el tiempo y ya viene marcado. Tu vas construyéndote cosas pero es para acercarte a ese destino. 
DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
- Cuéntanos del elenco
- En principio tenemos asegurada a Carlota Sosa haciendo Bernarda Alba, Amanda Gutiérrez haciendo La Poncia, Raquel Yánez como Adela, Martirio la hará Rebeca Alemán, Sandy Siquier como Amalia, Mariaca Semprum como Magdalena, estamos hablando con Gladys Prince para la criada e Ingrid Muñoz como Prudencia. Estamos buscando a Angustias porque queremos a alguien que venga del teatro, con formación y experiencia. Tenemos profesionales con poder de convocatoria, un elenco hermoso y talentoso.
- ¿Cómo pasas de la imagen a concretar los personajes y la puesta en escena?
- Las obras de teatro hablan por sí mismas. Mi dinámica de ensayo hay gente a quien la puede desesperar, la aprendí realmente de Ibrahim Guerra y es que el tiempo de lectura de la obra tiene que ser el de mayor tiempo, para que los personajes vengan del texto al actor y no que el actor le imponga lo que él cree que debe ser. Me ha dado buenos resultados, me gusta hacerlo de esa manera porque tienes una entrega actoral maravillosa. En la medida en que somos honestos con nuestras emociones y personajes conmovemos.
-¿Cómo piensas abordar este texto, desde el punto de vista de la dirección?
- Ese es el gran reto. Pero no debo angustiarme porque eso tú lo sabes como escritora, como creadora, uno tiene una imagen. Yo tengo la imagen de un mundo masculino, una construcción, un espacio lleno de cabillas, rudo, tosco, con huecos e irregularidades, sobre eso quiero montar mi Bernarda, para que lo femenino esté en el vestuario y en algunos elementos que ellas manejaran…
- ¿Cómo ves la iluminación?
- En iluminación quiero algo frío, blanca, desnuda. Las que tienen que estar cubiertas son ellas y por debajo de sus ropas, de sus trajes se va a escapar un color.  Que es el color que esconden en ese espacio donde lo que las rodea puede hacer daño.
- ¿Dónde podremos ver este montaje?
- Inicialmente está asegurada una temporada en el Luisela Diaz, pero también tengo planteado buscar un espacio en construcción que garantice comodidad, seguridad, pero que sea un espacio que no esté listo. Un espacio no convencional que nos permita acercarnos a la rudeza de que hablaba en principio. 



EL TEATRO INFANTIL COMO COMPROMISO DE VIDA
Por: Inés Muñoz Aguirre




El teatro infantil ha permitido a muchos adultos y niños acercarse por primera vez a las artes escénicas y descubrir a través de él que hay una manera invalorable de conectarse al mundo de las artes desde muy corta edad. A pesar de sus multiples herramientas para la enseñanza el entretenimiento y el manejo de códigos  que permiten a través de historias fantásticas y de elementos visuales acercarse a ese público ávido de conocimientos, pareciera ser considerado un arte secundario al que no se le da el valor que se merece.
Sergio Villamizar está desde muy joven comprometido con el teatro infantil, dedicándose a la producción con el Grupo Ensamble Teatral en el cual viene realizando un trabajo constante desde hace 17 años. La producción de uno de sus más recientes trabajos “Princesas”, nos lleva a hacer junto a él una reflexión sobre un género que siempre ha parecido estar rezagado y a la espera de ser reconocido, tanto por los creadores,  como por los actores y el público en general.
-          ¿Como llegas al teatro infantil?
-          Fue por pura casualidad, yo estaba en el liceo cuando como parte de mis actividades el teatro comienza a llamarme la atención. Recuerdo que con un grupo de compañeros, montamos una obra de Aquiles Nazoa y este trabajo es visto por Dennys Latorraca que era del Teatro Tilingo. Después de ver el trabajo con mucha atención se dirigió a mi particularmente y me preguntó si me gustaría ir a ver un ensayo del Tilingo que era sin duda el grupo de teatro infantil más importante y que para ese entonces ensayaba en lo que ahora es el teatro San Pedro. Por supuesto que aquella invitación despertó mi curiosidad y fui a ver como trabajaban. Ese fue mi primer acercamiento a un ensayo de un grupo profesional. La obra que no se me va a olvidar nunca, era la isla de los Casi Animales. En ella trabajaban actores muy reconocidos como Rocio Rovira, y Jesús Maza Fuentes.
-          El teatro pareciera tener una especie de magia que hace que uno nunca olvide cual fue la primera obra de teatro que vio, obviamente para ti debe haber significado la definición y un mayor acercamiento para el inicio de lo que haces ahora…..
-           Si, como te dije en ese momento yo estaba estudiando bachillerato, me graduó y para esa época comienza un gran auge de Lili Alvarez Sierra. Ella trabajaba en el centro en la esquina de Hoyo y me acuerdo que allí había un espacio donde daban clases de flamenco; después entrabamos nosotros a estudiar teatro. Recibíamos clases directamente con ella y a la par montábamos obras en las cuales obviamente destacan los clásicos como La Cenicienta o Don Juan Tenorio, hacíamos teatro infantil y de adultos. Luego participé en el proceso que es cuando se retira un poco Lili y el nieto Cesar Sierra toma las riendas del grupo y les dan el Teatro Las Palmas. Allí se empiezan a montar de forma más constante obras más clásicas y más tipo Hollywood, con música, grandes vestuarios. Entre ellas recuerdo a Peter Pan, La Flauta Mágica. Allí es donde verdaderamente comienza mi carrera y decido estudiar teatro, entro en la Escuela Nacional Cesar Rengifo, donde estudié durante cuatro años.
-          ¿Cómo resumirías la experiencia de esos cuatro años?
-           Para mi fue muy importante porque además de estudiar experimentábamos con los compañeros y montábamos escenas de obras, pero era otro tipo de teatro. Eso hace que durante cuatro años me distancie de lo infantil  y comencé una investigación más dedicada al teatro de adultos. Todo el proceso formativo está dirigido a ello. Además los profesores te exigen ver teatro de adultos,  lo cual hoy en día me hace reflexionar sobre la necesidad de que en las escuelas exista el teatro infantil como materia. En las escuelas como la Juana Sujo, la Porfirio Rodríguez, la Cesar Rengifo, el teatro infantil debe ser una cátedra. Está bien que uno estudie sobre el distanciamiento, sobre Stanislavski , pero igual uno debería ser enseñado sobre el lenguaje del teatro infantil, sobre los códigos que se manejan en él y sobre su importancia.
-          Sin duda. ¿Cuál es la diferencia esencial que tu señalarías entre el teatro infantil y el teatro de adultos?
-          En primer lugar que para hacer teatro infantil el actor debe ser integral. Yo considero que en ese sentido el teatro de adultos es menos exigente, te puedes permitir no saber de canto, no saber de baile, mientras que el teatro infantil te exige más como actor, que hagas acrobacias, que hagas malabares, tienes que tener una psicología  para llegarle al niño, tienes que dominar el canto y el baile.
-          ¿A qué te refieres cuando hablas de tener una psicología especial?
-          A que los niños son muy “pilas”, y no aceptan ser tratados como tontos es necesario que sean tratados con inteligencia, que tengas un lenguaje que te permita comunicarte con ellos y que no sólo entiendan la historia, sino que formen parte de ella. Trabajar para los niños tiene algo muy importante, el niño te dice directamente sin tapujos si algo no le gustó, no es como el adulto que disimula, que es más político. El niño incluso le gusta subir al escenario y compartir contigo.
-          Considero que en ese sentido el primer paso en cuanto a exigencia está en la  dramaturgia. ¿Cómo ves tú esta área?
-          Hay mucha y a la vez hay poca dramaturgia. Uno tiene poco  contacto con los que hace dramaturgia en nuestro país y uno termina eligiendo montar los clásicos e inventas hacer adaptaciones, lo cual te lleva a cometer muchos errores también, porque si uno no escribe no manejas los códigos necesarios para cuando se escribe teatro infantil.
-          Si tuvieras que hacer un análisis de cómo está en este momento el teatro infantil en nuestro país, ¿Qué dirías?
-          Hay muchos grupos que en este momento están montando teatro  infantil, no te sabría decir cuál es la razón exacta, porque les gusta o porque han descubierto que es una mina de oro. Incluso estamos viendo obras  montadas con actores de televisión, te das cuenta como en un mes  te montan una obra y entonces uno se queda preguntándose ¿pero cómo es esto si uno tarde tres meses en preparar a los actores, en trabajar en el libreto, con una obra que pueda llegarle al público? Y no estoy hablando mal, ni menospreciando a nadie, yo creo que hay actores que pueden trabajar en el medio pero que no tienen la capacidad, ni están preparados para trabajar para los niños.
-          ¿No crees que esto tiene que ver directamente con la parte económica del teatro, porque el trabajar con un rostro conocido te garantiza la taquilla?
-          Claro, allí van de la mano la parte económica y la parte comercial.  Tu montas Cenicienta con una actriz de televisión y tienes taquilla segura, pero uno se plantea bueno van a ver la obra porque quieren ver a fulanita o sutanita, no porque vengan buscando el contenido de la obra, buscando un trasfondo que en el teatro infantil más que en ningún otro, yo considero muy importante.
-          Eso siempre ha estado presente, el tema de la televisión para mover la taquilla, ha sido un tema de discusión toda la vida en los que hacen teatro y creo que eso nunca va a cambiar, ¿pero no crees que el tema real es como lo estás diciendo un tema de contenido, entonces, cómo  crees que eso se pudiera enfrentar?
-          Creo que es un tema de textos y creo que tenemos buena dramaturgia infantil pero también creo que no está siendo difundida como debe ser.
-          ¿ Si eso es así como crees que se pueda solventar este problema inicial, para elegir adecuadamente lo que se hace, cómo y con quien se hace?
-          Debería producirse un encuentro, existe el teatro infantil escrito en el país, deberíamos reunirnos, directores, actores y dramaturgos, confrontarnos todos , ver lo que está pasando, plantearnos hacia dónde va el teatro infantil hoy en día. Lamentablemente el teatro infantil como organización ha tenido un bajón y esos encuentros no han podido darse, sin embargo creo que la interrelación y el intercambio deberíamos buscarla aunque sea a través de internet. Yo busqué para esta última producción a través de Internet, me metí en un blog preguntando si alguien conocía o tenía piezas de teatro infantil. Entre los sitios donde entré me metí en un blog de México y como a la semana me escribió Esteban García quien es el autor de la pieza que estamos montando y me dice, que tiene una pieza y me la mandó. Descubrimos una pieza totalmente diferente, nos gustó, le comunicamos que quizá la montaríamos y nos escribió diciendo que estaba halagadismo, enseguida nos mandó una carta cediéndonos los derechos. Yo estuve buscando acá en  Venezuela y no conseguía, aparte de que yo siento que los dramaturgos son celosos con sus obras.
-          Creo que quizá allí radica uno de los problemas de nuestro teatro, tanto en el infantil como en el de adultos, que debería existir un mayor acercamiento con los autores nacionales, la gran pregunta está en ¿cómo hacerlo?
-          No hago una búsqueda en bibliotecas, yo la he hecho por internet, quizá porque uno comete el error de pensar siempre en los mismos dramaturgos, uno se plantea, que están los de siempre Carmelo Castro, está Cesar Sierra y no busca más allá.
-          Cuando se habla de acercamiento a la dramaturgia, también hay que tener claro hacia donde uno se quiere dirigir desde el punto de vista conceptual ¿Hay un tema en particular que te interese como productor?
-          Siempre me han gustado los musicales, trabajar con mucha gente, siempre hemos tomado temas como los valores, la amistad, el amor, el compañerismo. El compartir  valores es un tema de gran importancia hoy en día,  que lo digo con la experiencia que me da el dar clases en una zona de escasos recursos. Zonas donde se pierden esos valores, donde ves una desintegración social de la familia. Esa situación no hace más que reafirmarme en lo que creo. Nosotros en el grupo siempre tratamos de enfocar nuestro trabajo hacia eso, a que la gente se sienta interesada por el contenido.
-          ¿Y en cuanto a los géneros, cómo definirías tu búsqueda?
-          Nuestro norte es trabajar el género musical, con coreografías, vestuarios llamativos, nos caracterizamos porque siempre trabajamos con grupos de 15 personas en adelante. En Ensamble teatral, tenemos 17 años haciendo teatro para niños, y en todo este tiempo sólo hemos hechos dos obras para adultos porque de verdad nuestro interés es el teatro para niños.
-          ¿Quiénes conforman el grupo?
-          Yo diría que somos tres los que estamos dedicados a él, me acompañan Landys Sleiman egresada también de la Escuela Cesar Rengifo y Francisco Aparicio quien se graduó en el pedagógico en estudios sociales, pero que estuvo haciendo teatro con Daniel Izquierdo un director muy renombrado que conocía a Cesar Rengifo. Aparte de eso Ricardo hacia teatro comercial infantil en el Teatro Chacaito. Un teatro que también es válido, que llega, que tiene su fin y lo logra muy bien.
-          ¿No crees que lo ideal sería lograr un equilibrio perfecto, entre actores, contenido, la visión de empresa desde el punto de vista de producción….?
-          Es muy difícil lograrlo pero creo que se puede hacer. Hemos querido trabajar con gente de televisión para ver el proceso, como logran liberarse del tema de los tres o cuatro meses…..
-          ¿Y por qué crees que ocurre eso?
-          Por su mismo ritmo de trabajo, te piden el libreto, lo ven y te das cuenta que no hay un estudio a fondo, se lo aprenden de memoria y enseguida montan.
-          ¿Estaríamos hablando que lo que hacen es construir arquetipos?
-          Exactamente.
-          ¿ Cual es la diferencia, con el trabajo que ustedes hacen como agrupación?
-          Que hay un análisis de texto, hay un trabajo de mesa, uno se interesa por conocer al autor, de donde es, donde nació, en fin…. Conocer la historia social, el porqué se escribió esa obra, en que época fue escrita, cómo son los personajes  y después es que comienzas un proceso donde ves como cada actor va trabajando su personaje.
-          Otro aspecto muy importante en el hacer teatro son los recursos, es el cómo se hace. Tu elegiste el área más difícil, la producción, que es precisamente la encargada de generar esos recursos tan necesarios. ¿Cómo se produce en Venezuela en este momento?
-          Es muy difícil, en todo momento uno está tratando de hacerlo mejor, de conseguir patrocinantes, de conseguir quien se interese por el trabajo. En este momento nosotros estamos trabajando con dos patrocinantes nada más. Realmente es muy cuesta arriba porque tanto la empresa privada como el mismo Estado, no respaldan la parte artística en general, el movimiento cultural, si eso es así, entonces evidentemente, mucho menos se respalda el teatro infantil. Es muy difícil que una empresa te patrocine. Una vez logramos con Purina hacer una mezcla importante, incluso logramos tener una especie de comercial dentro de la obra, pero eso era antes.
-          ¿Si están atravesando todas esas dificultades, entonces qué hacen?
-          Me atrevería a decir que ahora estamos trabajando con medios económicos propios. Tenemos tres años recibiendo el mismo subsidio con lo cual prácticamente no puedes hacer nada, vamos resolviendo….
-          ¿Y cómo funciona la taquilla?
-          El retorno de la inversión es muy poco, eso lo puedes lograr cuando logras vender funciones a una petrolera, a la empresa privada.

Como Sergio Villamizar hay muchos creadores trabajando en el país. Un país que cuenta con un sector cultural que debería ser reconocido porque la cartelera teatral demuestra el esfuerzo que se está realizando desde distintos grupos por brindar al público opciones de calidad. Un público que además se ha ido ganando a través de un trabajo constante. El teatro infantil tiene además el gran valor de ser la puerta que permite al espectador, acercarse por primera vez a la magia que genera una representación en vivo. Con el teatro infantil se gana un tiempo para soñar.


Astrid Lander: En la poesía el poeta parece orar


Por: Inés Muñoz Aguirre

Ella recorre el Camino de Santiago de punta a punta, con una mochila a cuestas y en esa mochila comienza a sintetizar su vida. Ella escribe, escribe, escribe y se pelea con las soledades. Ella está detrás de la formación de quienes por crear buscan la disciplina y el origen de la palabra en un salón de clase. Licenciada en Letras y en Artes reúne en su equipaje sus poemarios “La distancia por dentro”, “Azulejos” “se es. Poemas novelados”. Ella corre, hace, conecta para presentar los libros de otros poetas, sin que la sombra del egoísmo haga mella en el gesto. Astrid Lander presenta su nuevo poemario, una presentación en la que decide compartir lo que comía en el camino, con una presentación a manera de poesía visual, donde busca una correspondencia entre los versos y las fotos que tomó con una camarita desechable. Ella lee los poemas mientras se van viendo las imágenes que de por sí tienen incorporado cada verso. En ese libro que ahora ve la luz, ella resume la ruta de las estrellas después de haber dejado sus huellas amarradas a las de tantos otros peregrinos, las retoma para brindárnoslas, invitándonos a descubrir que cada uno tiene su propio camino, a pesar de que todos seamos capaces de seguir las flechas amarillas que nos guían hacia el final del mismo. El libro está allí, respirando su propia vida…

También es un camino de gusanos
y fuerte olor a vacas

Es decir que vas a conducir a la gente a hacer el camino ¿Por qué el camino de Santiago?Yo quería buscar un espacio determinado, en un tiempo determinado. A veces uno siente que vive como en piloto automático. Nos ocupamos tanto que como que nos apartamos y caminamos ajenos a uno. Yo tenía un “bajo” en ese momento y necesitaba un camino. Cualquier camino, cualquier senda es válida. En mi caso tomé el Camino de Santiago, suponiendo, porque fui incrédula, aquello de que como el camino pasa justo debajo de la vía láctea y en cada pisada mueves la energía del influjo de los sistemas estelares, algo de verdad puede haber en eso porque hay un delirio. Yo creo que el camino se prestó para crear un delirio en mí. Reí, lloré, recé. De hecho este poemario se presta a tener ese tono místico, como un libro de oración, porque yo soy de las que piensa que en la poesía, el poeta ora.

Si tuvieras que sintetizar la experiencia, ¿A qué te llevó el camino?Me llevó a una contemplación, a una búsqueda, a un volver al centro.¿Y cómo surgió en ese delirio la escritura?Te cuento que fue un brasileño que venía detrás de mí, que como a los tres o cuatro días me hizo la observación porque yo no me estaba dando cuenta, era tal el delirio en que yo estaba y esas anotaciones fueron creando el poemario.Pero ¿cómo lo hacías, caminabas y escribías?Yo salía desde temprano en la mañana, a las siete de la mañana a cubrir mi ruta. Es una ruta que haces en 32 días si caminas unos 20 kilómetros diarios, para llegar a los 790. Contemplar el camino, seguir el camino, la serena magnificencia que tiene ese camino. Me puse a escribir a hacer anotaciones, una especie de crónica poetizada como que si anduviera con una cámara en mano, como registrando lo que iba viendo y sintiendo.¿Qué sentías?Sentí de todo. Volví a sentir, prefiero decir eso. Yo había llegado a un momento en que estaba desorientada, había pasado por la muerte de un padre, que eso te quiebra unas columnas impresionantes y por eso decidí arrancar, alejarme de todo, cero celular, cero internet. Dejé de comunicarme para concentrarme otra vez y volver a retomar mi centro, buscar la paz y esas cosas tan sencillas. Allí simplemente por la simplicidad de que la mochila no te pese en el camino, uno se da cuenta de las cosas que uno necesita realmente.¿Cómo te arreglaste?Bueno, fui dejando cosas en el camino, cosas inútiles, iba dejando y dejando, ya no era solo mi mochila la que estaba liviana, era yo también, como liberada, me desaté.
¿Qué liberaste?
Las ataduras que uno se pone. Uno se va como poniendo obligaciones, deberes. Pero a la par de esas obligaciones de esos deberes, también tiene que haber la búsqueda de uno mismo, de deleitarse con la vida. Ver el otro lado de la vida, el lado divino.
Si habláramos de colores en esos lados. ¿Qué colores tendrían?
Blancos
¿Divinos?
Si. Pero acuérdate de que también hay que ir a la oscuridad para poder salir. Hay que sumergirse para buscar lo perdido. Hay que limpiarse. Uno está tan saturado, tan demandado de tanto ruido que hay que buscar el silencio también.
¿Lloraste?Sí, mucho y reía también
¿Por qué llorabas y por qué reías?
Cuando estás ahí en medio de la nada se tocan como los polos, viene una hipersensibilidad. Es insólito, una experiencia fuera de lo común, es algo que te viene de adentro y lo manifiestas sin miedo, sin tabú.
¿En ese camino, qué descubrías?La sencillez de la gente. Descubrí por ejemplo, que me sorprendía la vejez. Una vejez que en la parte de Galicia todavía estaba recogiendo castañas. Viejitos todavía trabajando y felices en medio de esa soledad, de esa naturaleza.¿Qué te agotaba?Busqué no agotarme. Primero hay una resistencia física, pero también hay una resistencia espiritual. Reconozco que a mitad del camino, cuando uno anda por Castilla, las rutas se hacen muy planas, muy lentas, hay mucha distancia entre un pueblo y el otro, ahí en algún momento me resistí y llegué a preguntarme ¿qué hago yo aquí? Porque uno está solo. Ese es un camino para hacerlo solo y los peregrinos vamos espaciados unos de otros. Cuando uno se encuentra lo que se dice es “buen camino”, por eso ese es el título del poemario. No importa la nacionalidad, no importa la lengua que hable el peregrino. Es como un código, como una bendición.
¿Qué te conmovía?
Lo cercanos que podemos estar a la naturaleza, que pertenecemos a ella, que venimos de ella. Es lo primero en el volver a encontrarme. Piensa un poco en Cavafis en ese poema tan hermoso de Ítaca, que lo que importa no es a dónde vas, sino lo que vives en el mismo recorrido, para descifrar el universo de tus emociones, el volverte a reconocer.
¿En la medida en que caminabas, cómo quedaba Santiago?
A la hora de la verdad ya ni importaba. Yo llegué a Santiago y seguí caminando y por eso es que llegué a Finisterre, que es como tres días después de Santiago. En el Medioevo lo consideraban el fin del mundo. Como dicen los escaladores, el regreso está cuando vuelves a tu lugar de origen, a tu casa.
¿Cómo ese caminante que empezaste a llevar adentro, te comunica lo qué hacías y cómo te agarras a ello?Yo dejé que mi caminante escribiera todas las impresiones de lo que estaba vivenciando en ese momento, lo que estaba viendo, sintiendo, palpando. Yo dejé que eso se escribiera. Después viene el concentrarse y el visualizar por dónde pasaste. Confieso que a penas llegué a mi casa, tenía unas ganas terribles de volverme a ir. Es mucha la paz que se vive ahí, claro, es un retiro, es un contacto. Quedan muchas imágenes que las busco, porque quedan ahí¿Cuál era el contacto, el encuentro con los otros peregrinos?Nos encontrábamos en las noches, en los albergues. Como a las 5 o a las 6 de la tarde llegas al albergue del pueblo en que termina tu etapa del día, tu ruta. Era el comunicarse, el cómo te fue en el camino, alguno con un dolor en un tobillo, otro con una llaga, las ampollas, venía un cura o un fraile y nos bendecía para el día siguiente. Era el dormir como nunca he dormido en mi vida. Dormir con una satisfacción de haber dispuesto tu cuerpo y tu mente en pro de algo.
¿Y al llegar a casa?
Volver a asumir la vida. Uno tiene que saber cuándo es el momento y el lugar para cada cosa. Eso es lo que me traje, no dejar que el mundo de afuera te absorba de nuevo.

En la subida se arrastra el cuerpo
en el descenso se sostiene el alma.

-Comienza un proceso más racional, más metódico en el que tienes que trabajar sobre ese material que traías. ¿Cómo comienza el asunto, cómo te interrelacionas?Ante las ganas de irme de nuevo, la escritura es la que me retiene para recordar el camino de nuevo. Empiezo a juntar esas anotaciones donde tuve hasta que descifrar mi propia letra, porque yo lo escribí en medio de la nada. En ese proceso volví a estar de nuevo aquí, en mi casa, con los míos.Cuando hablas de esas anotaciones te refieres a ellas casi como a un diario de viaje. ¿Cómo es el proceso de limpieza para convertirlo en estos poemas?Este poemario viene de la prosa en realidad. A mí me apasiona de más la poesía. Ella lo que hace es como sintetizar, abstraer y crear en imágenes. Pero yo voy a sacar, tal vez el año que viene esa prosa que es la que me permite liberar más en detalles el camino. Por ahora está este poemario con el cual cumplo el cometido a través del parámetro de la poesía.¿Qué esperas que la gente perciba de este poemario?Este es un poemario temático sobre el Camino de Santiago, pero espero que la gente lo vea como su camino, que lo asocien con los caminos de su vida, que lo tomen como una meditación, un goce con la naturaleza.¿En qué punto exacto está la conexión?La gente conecta con las cuestiones trascendentales que siempre nos hemos preguntado que son de dónde venimos, a dónde vamos, qué hacemos. Pienso que ese puede ser el contacto para el lector.¿Qué del recorrido no está allí?Un cansancio físico que traté de no reflejar para que la gente se anime a hacer este camino y supere eso. Es duro porque hay toboganes que subes y bajas pero eso ya lo olvidé. Lo que vale la pena es lo que lograr después de eso.¿Lo volverías a repetir?Claro, lo voy a volver a hacer, es como una nueva pausa. Uno nunca termina de hacer los caminos, vas por uno y tomas otro. Es la misma dinámica de la vida.¿Al repetir la experiencia que eliminarías?No quiero ir con dolor. Quiero volver para recordar la alegría que me produjo, hacerlo con tranquilidad, con otro tono.Entre el poemario y las crónicas. ¿Cuál es la diferencia en el trabajo que realizas?Por supuesto que en el poemario me sentí más a mis anchas porque es mi lenguaje primordial, yo diría que materno porque es como me inicié, es la poesía. Hasta ahora me había resistido a la prosa, así que estoy en ese aprendizaje. Lo estoy haciendo siguiendo el concepto de literatura de viaje, narrar lo que se va registrando. En el poemario toco más lo simbólico.

Porque lo que acaba
da lugar a que resucite
la cuenta regresiva
octogonal

Hablas mucho de la cámara ...Si, me interesa mucho la poesía visual.
¿Cómo podemos definir la poesía visual?
Yo suelo llamarla la multimedia de la poesía, se usa también el término poesía intervenida. Un poco porque todos sabemos que la poesía es un género de muy poco feedback porque la gente cree que hay dificultad para acercarse a la poesía. Esta es una manera de buscar ese otro lector a través de lo visual, que primero se impacte con la imagen y que después tenga el acceso a la palabra. Es la eterna lucha, la de que una imagen vale más que mil palabras. Ese es el desafío de todo escritor, el de que la palabra también tenga su poder.
¿Cómo estás manejando ese concepto ante la gente a quien das clase, buscando el camino de la poesía?
Les hablo muchísimo de la palabra como significante y significado, aparte de los contenidos. La palabra tiene un valor en sí misma y tiene un alcance también de lo visual, la imagen literaria.
¿Cuál es la repercusión de ese mensaje?Es que la respuesta como sociedad es que somos un público visual, estamos en esa demanda, ahora con el internet más todavía. Además, estamos entrando en otras cosas y eso hay que irlo visualizando, más que hablar de poesía o de prosa, porque hay que borrar esa frontera hay que hablar de texto. Ese es el nuevo lector que se está creando, un poco por el mundo virtual, por los blogs. En vez de una verticalidad hay una horizontalidad en la lectura porque estás leyendo algo y ese algo te lleva a un enlace que te lleva a otro enlace. De hecho, ya estamos acostumbrados a esa imagen en sobre posición de otra y de otra.¿En esa intertextualidad dónde se queda la palabra, como tal?Es la que debe manejarse sin que se deje opacar, yo la quiero tratar por igual. En esta presentación audiovisual se observa. Yo puedo mostrar una foto del camino, pero esa foto por sí sola es muda. La palabra es la que le da resonancia a esa imagen, ambas se necesitan, en mi caso yo busco la defensa de la palabra.
¿Cuándo la frase deja de ser frase para convertirse en poesía?
Cuando buscas la imagen simbólica. Cuando buscas la palabra que engloba esa sonoridad que registre un tono anímico, que invite a delatar el otro lado.Finalmente, cuándo el libro sale de tus manos para pasar a otras, ¿cómo lo sientes?Bueno, me gusta lo que surgió. Ahí está como resultado de esa vivencia y como resultado literario. Me esmeré mucho en que trascendiera y se lograra la imagen literaria.Tu viaje, tus vivencias, tu tristeza, tus silencios, tus extremos, ¿Están allí?Todo está allí, aunque no los nombre están allí, recopilados por supuesto en un yo poético.¿Cómo crees que va a ser recibido?Con la misma calidez con que lo escribí. Además busco la belleza pura de la poesía solar, más bien para que la gente se sumerja en la tranquilidad, en el bienestar.¿Después de este “Buen Camino” a dónde más quiere ir Astrid?Primero tengo que reconocerme a mí y después al mundo.







Yo dejo vagabundear en mi espíritu la melodía que me llega








Por: Inés Muñoz Aguirre
Hacer una entrevista a Corina Silvio es como montarse en un tiovivo de gestos, tonalidades, recuerdos que trasmiten olores, sabores y sensaciones. Con la frescura de la infancia tomada de la mano esta músico venezolana, residenciada en París desde 1991, ha viajado a nuestro país para presentarnos su disco “MIRIMIMÍ”, dirigido al público infantil, para quien ha trabajado 15 canciones, llenas de historia y musicalidad. Un disco que ahora recorre el país a través de las tiendas Esperanto y que cuenta en su haber con excelentes críticas en Francia, donde vio por primera vez la luz.
Corina describe su disco como un proyecto que fue tomando forma y se le reveló como el resultado de su propio mestizaje cultural. Canciones para bailar, reír y festejar, canciones para soñar y evadirse que se suceden en un viaje lleno de historias, de ritmos y de sensaciones destinadas a despertar en los oídos de quienes lo escuchan un mundo rico y diverso, musical y culturalmente.
Ella explica que sin hacer alusión directamente, sus textos hablan de tolerancia y de la diferencia, como una riqueza en los seres humanos. Se sumergen también en el mundo de la infancia: los viajes imaginarios, los pequeños problemas de la vida, la alegría y la energía inagotable de la infancia. En cuanto a los arreglos expresa que por amor a los niños y por respeto hacia su inteligencia, decidió junto a su equipo de trabajo elaborar arreglos complejos y ricos que evolucionan a lo largo de cada título, con instrumentos que se invitan progresivamente y coros cambiantes. Risas de niños integran cada canción, como en un viaje, generando con ello una gran interacción.
Este disco es también una historia familiar: la melodía de “Mi barquito”, así como la base melódica de “El viento” y del coro de “Cabecita de coco” fueron compuestas por su hija Maïa, quien tenía seis años en aquel momento. La Dirección Artística y la mayoría de los arreglos son de su hermana Sandrah, quien es la fundadora y la directora del ensamble de música antigua Musica Reservata en Venezuela y quien en la actualidad enseña el canto en la Universidad de la Sorbona en Paris y dirige la Camerata Barroca de esta institución. El talento del ingeniero de sonido, Vincent Lepoivre, viene a completar este cuarteto, y es quien con un trabajo a fondo realizó la programación sampler, los efectos sonoros y la instrumentación.
Otro aspecto importante de esta producción discográfica es el libreto que lo acompaña con una página doble a color por canción donde se descubre el texto de éstas. Cada ilustración está compuesta casi exclusivamente de dibujos de niños, de los cuales se ocupó Corina, así como de la composición, del grafismo y del coloreado, incluyendo dibujos de ella.
LOS GRANDES SECRETOS
  • ¿Cómo se inició este trabajo?
Esto surgió. Comencé a escribir cuentos para niños y con los juegos con mi hija, bañándola inventé La Oruguita, y luego otra y otra y otra. Entonces me dije ¿Y por qué no hago un disco? Cuando decidí que podía mostrarle a alguien las canciones que eran solamente para jugar con mi hija, fue la parte más difícil. Me parecía que no eran buenas, que no iban a gustar. Le mostré las canciones a mi hermana, no se las había mostrado porque me daba pena.
-¿Qué surge primero en este proceso, la letra o la música, o van a la par?
La Oruguita surgió simultánea porque empecé a cantar en la bañera con mi hija, donde inventé una cosa como de dos estrofas o tres. Hubo otras canciones en la que surge una melodía con una imagen, con una idea, un concepto. En el caso de Siki, estaba nadando y me llegó. Me salí de la piscina y la escribí. Con Garabato Garabí me dormí y me llegó la melodía.
- ¿Al llegar la melodía tienes un orden?
- Tengo cuestiones anotadas en una agenda, en una servilleta, en un grabadorcito, en un teléfono celular, en cualquier sitio. Cuando me llega la melodía, no sé que voy a hacer con eso y la idea puede venir después. Yo dejo vagabundear en mi espíritu la melodía que me llega, las anoto cuando son melodías lindas o las grabo, entonces las trascribo, me siento y construyo la canción. Yo no busco la idea dejo que ella llegue, después me siento a formalizar.
- ¿Al vivir ese proceso, tu hija se dio cuenta de lo qué estaba pasando?
Ah sí, ella estaba muy contenta. Ella se puso también a inventar, un día le vino una melodía en la playa y llegó a la casa, allí la grabó y yo le pregunté en qué la hacía pensar y me dijo que en un barco, entonces le puse la letra. Tengo 15 ó 20 melodías de Maia que nos la he explotado. Ha hecho canciones incluso con letra y música. Ha dejado de inventar melodías pero pienso que eso va a regresar.
-¿Cómo te planteas que lo que haces, se tiene que convertir en un disco?. ¿Cómo lo concretas?
-De repente me encontré atrapada en un frenesí creativo, cuando compuse las nueve de la maqueta. En ese periodo realizo como 40 melodías, pero ya las que estaban listas, están listas. Estaba en terapia y mi terapeuta me dijo: sí, estás haciendo cuentos y canciones pero mientras eso no salga, no existe. Hay que confrontar.
-Después de que se tiene un trabajo musical listo, lo más difícil es conseguir productor. ¿Cómo fue este proceso?
-Hablé mucho con Elena Irribaren quien me animó para este proyecto. Siempre me he encontrado con el problema de que hay productores que te dicen no, porque eso es muy complicado para los niños. Pero bueno, en Francia es muy difícil conseguir productor. Hice 20 copias y se las di a gente a quienes le pedí que se la dieran a otras personas que ellos conocían y que me mandarán el feed back, aquello era realmente un estudio de mercado y me respondieron que en una semana los niños ya se sabían aquello de memoria, que a los adolescentes les gustaban las canciones, a los padres les encanta y poco a poco con ese feed back fue lo que me dio fuerza para insistir y lograr sacar un disco en Francia donde es dificilísimo. Un productor me decía que en Francia se necesita de 20% de talento y 80% de perseverancia y yo soy muy perseverante. Yo ahora estoy más segura de mí porque sé que lo que hago encuentra su público, que lo que yo haga le guste a los niños, es lo único que me interesa.
-Cuándo hablas de esta forma, ¿qué crees que necesitan los niños?
-Los niños necesitan de lo que tienen que alcanzar, necesitan de temas que les hablen de tolerancia, de ecología. Pienso que el trabajo para los niños ha sido considerado como un arte menor salvo excepciones que las hay en la literatura, en la música. Me parece que es muy importante revalorizar este arte, porque trabajar para los niños es lo más importante. Es un trabajo diferente, si el producto es bueno se vende durante años. Siempre habrá niños de 4 años, de 5 de 6. Son trabajos a largo y mediano plazo.
-Con respecto al trabajo gráfico, ¿como viviste ese proceso?
-Me pregunté cómo hacía para acompañar la maqueta. Soy muy perfeccionista. Agarro dibujos de mi hija, y comienzo a trabajar con photophop, armé un librito que acompañaba la maqueta para llevarlo a las disqueras. Comencé a hacer una diagramación. Trabajé con Prismacolor. Hay dibujos de niños, de mi hija, dibujos míos. Gocé un mundo coloreando.
MIRANDO HACIA LA INFANCIA
-Normalmente este tipo de trabajo tiene unas referencias en los procesos educativos, en el entorno familiar, en las experiencias de niños. ¿Cómo se inicia tu relación con la música?
-Yo estudié en el colegio Santiago de León. Allí hicieron un coro el cual dirigía nada más y nada menos que Isabel Palacio y cuando ella se ponía enferma o faltaba, venía Alberto Grau. Cuando eso comenzó mi generación tenía unos 10 años. Era la época del movimiento Cantemos que organizaron Alberto Grau y María Guinand. Ese movimiento dio origen a una generación de músicos. Al mismo tiempo, ya estaba Abreu con las orquestas infantiles y juveniles. Fue una época en Venezuela, los años 70, que hubo un boom musical enorme en Venezuela, de mi época son Luis Julio Toro, Cira Parra, Alonso Toro, Ivan Marcano, María Antonia Palacios. En mi promoción hay 4 músicos, en la promoción de Sandrah, mi hermana, otros cuatro. Ese fue un momento estelar. Sandrah se decidió muy temprano hizo una licenciatura en arte y se dedicó al canto, a la música. Yo hice un viaje, estudié biología y después me di cuenta de que aunque me interesa mucho, lo científico no era lo mío. Trabajé en cine, hice guiones. Me casé con un biólogo Pedro Sánchez y enviudé, dos o tres años más tarde conocí a un francés y me fui hace 18 años.
- Si te pidiera una referencia concreta de tu infancia, ¿qué me dirías?
- Yo creo también que de mi niñez hay algo muy importante que eran las comiquitas que veíamos en esa época. Veíamos comiquitas de los 50, Merry Melodies, con jazz. Esas comiquitas son una influencia muy importante. Mi hermana y yo nos la pasábamos haciendo voces, teníamos gatos y perros y los gatos hablaban y yo lo sigo haciendo en mi casa, tengo un macho y una hembra y le hablo a cada uno con su voz. Hacíamos películas con los animales. Hicimos tantas voces que cuando fuimos a estudiar canto, ya teníamos la voz colocada.
- En este trabajo tuyo confluye el acto creativo, la música, la pintura, el dibujo, hay una carga que parece en permanente ebullición, ¿crees que el hogar en que creciste es el origen de toda esa inquietud?
Sí es verdad, mi casa fue muy importante para mí. Yo crecí con Aquiles Nazoa que era como un tío, fue una época dorada. En mi casa se hacían muchas reuniones. Todos los sábados. Venían filósofos, pintores, etc. Mis padres me llevaban a los conciertos, a todos lados. Mi hermana y yo tuvimos un alimento increíble. Tengo recuerdos en Sabana Grande, pequeña, siguiendo a la República del Este del bar en bar. Al cabo de cierto tiempo los botaban por borrachos y se iban a otro bar. Tengo recuerdo a las 3 de la mañana con gente recitando sus poemas. Yo crecí con eso. Yo creo que era una sinergia de esa época.
- ¿Tienes recuerdo de lo que hablaban?
- Si, los escuchaba. Eso lo modela a uno. Siempre recuerdo que cuando tenía 10 años dije: bueno, yo no entiendo cuál es el problema que tiene la gente con el movimiento hippie, si ellos crearon otra sociedad de consumo, un grupo que se suponía que combatía la sociedad de consumo. Yo intervine y todos me escucharon.
- Este disco tuyo tiene una dedicatoria especial que te enlaza nuevamente con el pasado…
-Mi disco está dedicado a mi primer marido que murió y era un hombre extraordinario y a Aquiles Nazoa que ejerció en mí una gran influencia, yo le debo mucho. Yo no puedo contar el número de horas que pasé con él. Era una persona extraordinaria. Recuerdo matrimonios, fiestas, reuniones, nos veía a mi hermana y a mí y nos decía échenme cuentos. Era como un niño y le encantaba estar con los niños.
-¿Tienes recuerdos especiales que lleves siempre contigo?
Recuerdo una vez que Aquiles dijo que tenía que dar una conferencia sobre La Flauta Encantada de Mozart en Maracay. Cuando llegamos al Hotel Maracay él dijo: bueno Mariita, vete con Eloy y Colette y yo me llevo a las niñas, nos fuimos en ese Volkswagen blanco que tenía y puso un cassete de la Flauta Encantada y habló durante todo el viaje de lo que él iba a decir; tomando cerveza. Cuando pienso en eso digo ¡Dios mío!, que suerte tuvimos. Después ese fue el carro donde Aquiles se mató. Él se ponía a tu altura y también había momentos regresivos donde decía chistes groseros.
Con estos recuerdos, esa mujer que se describe como una niña tímida con grandes lentes, debido a una miopía muy fuerte, pero excelente estudiante, habla llena de pasión. Lo hace de la misma forma para contar que no le gusta que le tomen fotos como para explicar que vive en París porque se enamoró de un actor francés. En la actualidad define que se ha encontrado con que el trabajo para los niños es una vocación, mientras reconoce que el nadar y montar bicicleta le funcionan como una fuerza liberadora, mientras se prepara para su segundo trabajo. Mirimimí está allí, con toda su fuerza testimonial, recreativa, para hacer su recorrido en el país, buscando llegar a los niños en todas las ciudades. 


EL CANTANTE ES UN COMUNICADOR


Por: Inés Muñoz Aguirre
La salida del disco del cantautor Josué Hernández, con la producción de Miguel Chacón y Ernesto Mogollón, resume muchos años de trabajo. Sus manos se conocen al detalle los secretos que se anidan en cada milímetro de su guitarra, mientras en las letras que surgen de un trabajo disciplinado, de la investigación y de las sugerencias de sus amigos o alumnos, conquistan a quien lo escucha.
“Porque me callo cuando estoy cerca de ti
Ya no es preciso que me mires otra vez
Es imposible soportar esta pasión
Y dejarte no puedo
Ya no me importa que lo noten los demás
Será un encuentro, un escándalo tal vez,
Es imposible que no entiendan este amor
Y olvidarte no quiero
Me estoy haciendo el loco
Para que nadie entienda
Que ya estoy como loco
Con estas ganas nuevas….”
-Son muchos años de trabajo, ¿recuerdas cuál fue el primer disco en el que participaste?
- MI primer disco lo hice con música del Táchira, un disco si se quiere a nivel institucional. Lo disfruté mucho porque es un disco dedicado a mi tierra. Después, efectivamente han sido muchos años de trabajo siempre al lado de grandes artistas y muy diversos como Elba Escobar, Alicia Plaza, fui director de Nancy Toro, he acompañado a Estelita del Llano, a Toña Granados, he compartido con Cheo Hurtado y a la par de eso mis amigos me reclamaban que yo grabara como cantautor. A veces no estaba muy seguro de hacerlo, pero finalmente ahí está el disco con el apoyo de un gran amigo como lo es Miguel Chacón, mi amigo, desde que éramos pequeños, vivimos juntos muchas cosas compartiendo siempre con la música y al final, decidimos grabar el disco. Buscamos artistas, músicos de la talla de Nené Quintero, o de Pedro López y estoy muy contento de los resultados porque es un disco hecho con los amigos, no se trata de que hayas llamado a alguien a quien contratas para hacer una producción, se trata de tus amigos con quienes disfrutas hacer el trabajo.
- ¿Cómo calificarías el proceso de realización de este disco?
- Es un trabajo que tuvo sus dificultades, que se fue haciendo poco a poco porque a mí en lo particular no me gusta deber dinero y aunque los músicos me decían que no importaba, que teníamos que grabar, yo les contestaba, no, no, así no va la cosa, vamos a hacerlo cuando yo tenga cierta cantidad de dinero y así fue. Los fui llamando poco a poco, porque sacar un disco es un proceso de dinero, la parte del talento musical estaba allí, pero estoy convencido de que sin dinero es imposible sacar un disco de calidad. No es lo mismo sacar un disco con músicos de alta factura que con un solo de piano o de guitarra, la diferencia de costos es grande.
- Después de realizar esta inversión, ahora ¿cuál es el proceso?
- El camino es darlo a conocer, un poco con el apoyo del periodista, con el apoyo de la radio. Yo estoy empezando realmente la promoción y hemos conseguido mucho apoyo, así que estoy preparando el bautizo oficial donde pienso invitar a la prensa. Hasta ahora hemos hecho algunas cosas de radio, de televisión, de prensa on line. Al tener la fecha del concierto que será en Corp Banca, invitaremos al público y a aquellos amigos que lo han conocido a uno de toda la vida, que han conocido nuestra trayectoria y lograr que los que no te conocen te escuchen, ese también es un trabajo porque al no tener una maquinaria detrás, una de esas productoras grandes, yo sigo con mi trabajo bajo perfil pero que debe ser constante.
- Uno de los procesos más complicados tanto desde los libros como de los discos es el de distribución. ¿Cómo estás enfrentándolo?
- La gente de Town record me compró un número de unidades para distribuirlo en sus tiendas. De hecho yo he vendido por mi cuenta cierta cantidad de discos importante, gracias a Dios por la cantidad de amigos que tengo, pero la idea es que la gente te conozca un poco más allá de tus amigos. La idea es que el disco esté en las tiendas y cuando venga la promoción del concierto, iremos haciendo alianzas estratégicas con otras tiendas.
-¿Qué es para ti el cantar?
- Yo canté toda la vida, yo no soy el guitarrista que se le ocurrió cantar, de hecho en ese contacto con mis amigos siempre me ponía a cantar y en muchos casos no he estado como el guitarrista que ves ahí atrás, sino que muchas veces me han llamado a compartir escenario. Simplemente el cantante es un comunicador y en mi caso que soy cantautor tengo un poco más de responsabilidad para manejar las emociones.

-¿Cómo comienza el proceso de escribir canciones?
- Yo empecé a escribir porque me empecé a enamorar, mi primer amor fue Venezuela, escribí una canción que se llama “Mi Venezuela” y la grabó María Rivas. Después comencé a conquistar a las chicas con canciones, así empecé a escribir y escribir. Hoy en día tengo otra faceta que es la parte de productor. Estoy produciendo discos para jóvenes y esa es otra historia, otro lenguaje, tengo que escribir historias para niños de 17 y 18 años, que como que no tienen nada que ver conmigo. Pero igual que el poeta, el trabajo del compositor se hace oficio.
- ¿En qué consiste el oficio?
- Te sientas con un tema que quieres trabajar y entonces no hay solamente que leer, hay que escuchar mucha música, lo que está en boga, desechar, y luego sentarse a escribir.
- ¿Es un trabajo de disciplina?
- De mucha disciplina.
-¿A qué hora te gusta escribir?
- Me gusta escribir mucho de la noche tarde hacia la madrugada, esa son las horas en que estoy solo en casa, tranquilo, sin ruido.
-¿Que trabajas primero, la letra o la música. ¿Qué nos puedes decir de ese proceso?
- Yo realmente creo que todo es válido, yo he escrito canciones simplemente de que me dan un título. Hay un texto en mi disco que se llama “Me estoy haciendo el loco”, que es un tema que estamos promocionando y una amiga me dio ese título y desarrollé la canción. Actualmente hay una chica que está haciendo su disco y me toca hacer canciones hacia lo que ella quiere, entonces, puedo hacer la música primero, o el texto primero, como pueden pasar las dos cosas al mismo tiempo, a veces hay cosas que las engaveto, después las saco y las termino.
- Tengo entendido que tu conocimiento musical te ha conducido hacia la docencia…
- Si, doy clases de canto, y eso es maravilloso porque hay gente que se enamora de lo que está haciendo, para el arte hay que tener un gran compromiso, mucha disciplina, hay gente que se quiere dedicar a eso. Hasta ahora los que están estudiando conmigo, lo están asumiendo como un gran reto, una gran disciplina.
- ¿Cómo ves el mercado musical venezolano?
- Pienso que en los últimos años han pasado cosas muy buenas, siento por ejemplo que en la música venezolana han surgido grandes talentos, se han comprometido, han hecho grabaciones. Pero esto es un tema constante de Venezuela, tú vas a cualquier ciudad, Maracay, Maracaibo, Valencia, San Cristóbal y te encuentras con un talento que se pierde de vista. Yo he tenido la fortuna de conocer muchos talentos nuevos. Cheo Hurtado aupó también esta situación. Yo estoy manejando la música pop y es muy importante como lo hemos venido hablando, propiciar una generación de relevo. Hay que formar esa generación de relevo. Necesitamos saber cuál es la gente que va a agarrar las riendas de la música venezolana, tanto en la parte de la música comercial, como en la música pop, esto sin mencionar la música académica que se pierde de vista. Todos sabemos lo que está pasando con las orquestas sinfónicas, todo eso hay que llevarlo así, con directrices, y hablarle claro a los muchachos, porque hoy en día no se trata solo de hablar de fantasías y de sueños, los sueños hay que agarrarlos y meterse en ellos.
-¿Cómo percibes lo que ha pasado con el movimiento generado por el maestro Abreu?
- La música está incidiendo en el mundo. Es que el maestro Abreu desmitificó aquel cuento de que tenías que pasar ocho años en una escuela de música, para tocar un instrumento y acceder a una orquesta sinfónica. La emoción del mundo es que la gente no se explica cómo un niño en un santiamén está en una orquesta, eso es acabar con lo que pasó hace siglos. De alguna manera es un poco lo que yo he estado haciendo en la parte del canto, tienen que aprender cantando, sin abandonar la técnica, pero no se pasan no sé cuanto tiempo vocalizando para después interpretar una canción. No, hacemos reuniones donde decimos vamos a cantar, vamos a participar, y de esta forma se ha conocido un grupo de gente que comparte muchísimas cosas, que se hace amigos, y se está haciendo un movimiento.
- La palabra movimiento en torno a la música es muy importante en nuestro país, porque hemos tenido claros ejemplos como el que ocurrió en los 80…
-El movimiento de los años 80 surge de las necesidades de un país, comienza con Guillermo Dávila, él cambió hasta la forma de vestirse de la gente porque no había un ídolo juvenil. En ese momento los artistas reciben un gran apoyo de las disqueras, pero después eso se cae, quiebran las disqueras. Hoy en día las ventas están de capa caída por lo que todos sabemos de la piratería, sin embargo eso ha impulsado a la gente a un trabajo independiente. Hay que invertir dinero pero hay que verlo como un negocio. Lo cierto además es que como las cosas cambian los artistas no pueden vivir sólo del disco, sino que tienen que hacer presentaciones personales.
- En estas nuevas generaciones que tú estas contribuyendo a formar ¿hay conciencia del reto que significa este tipo de trabajo, la dedicación que exige la música?
- Yo le hablo mucho a los muchachos, les hablo de Shakira por ejemplo, es la cuarta artista mejor pagada del mundo, algo tiene esa niña que va más allá. Hay que dejar muchas cosas a un lado para concentrarte en lo que estás haciendo. Yo le hablo claro a la gente porque si no pierden el tiempo y el dinero.
-Y en un país cómo este ¿cuándo decides dedicarte por completo hacia dónde vas?
- Venezuela es un país muy pequeño, aquí todavía falta un tema de ponernos de acuerdo, de una disciplina, de pensar en lo nuestro, el artista nacional es usado de telonero de los internacionales, eso no puede ser, tenemos que subir nuestra autoestima, creemos que todo es mejor que lo nuestro, hay gente metida en el negocio que sigue pensando así, tenemos que cambiar nuestra forma de pensar, debemos creer en lo que hacemos para dar un salto. ¿Cuáles son nuestros artistas internacionales? Sin desmerecer el trabajo de nadie; mientras que te vas a Colombia que tiene una Shakira, que es una estrella, y nosotros tenemos el talento con el cual lograr también nuestras estrellas internacionales. Shakira es una embajadora cultural de Colombia, ¿por qué no podemos hacer lo mismo con la música venezolana?. Sobre esto se han abierto discusiones y hay gente que dice que la música venezolana no es bailable, pero lo cierto es que cuando lo ves como una oportunidad de proyección del país, uno se pregunta ¿Y quién va a poner el dinero para eso? Estamos hablando de millones de millones. Pero es el nombre del país, es lo que han hecho los mexicanos. Y cuando uno piensa en estos temas, yo, que tengo 200 y pico de canciones me pregunto ¿Y qué hago con eso? Porque el dinero no lo tengo.



DE LA INVESTIGACION LITERARIA A LO REAL
POR: Inés Muñoz Aguirre




HÉCTOR JAIMES, tiene varios años viviendo fuera del paísactualmente se desempeña como profesor asociado del Department of Foreign Languages and Literatures, North Carolina State University, Raleigh, NC.
Entre libros, estudiantes, bibliotecas y un trabajo de investigación continua se acerca a la literatura con una visión mucho más analítica que la que podría tener cualquiera de los “simples mortales” que vemos los libros de nuestros escritores exhibidos en la vidriera de unas cuantas y renombradas librerías y dicha muestra se nos torna casi que en mensaje suficiente para pensar erróneamente que nuestras letras se deslizan libremente por el mundo, generando una especie de encantamiento que algunos se toman muy en serio.
Nuestro investigador nos mira a los ojos mientras habla pausadamente. Casi seguramente tratando de impedir que se le cuele la palabra que será considerada como de demás, pero a pesar de los silencios reflexivos no deja de abordar con crudeza ciertas temas y de responder con amplitud a nuestras preguntas.
-Cuando llego a Estados Unidos me di cuenta que el estudio de la literatura venezolana es relativamente un estudio marginal. Eso tiene que ver con que hay proyectos editoriales de mucho más peso como en México, Argentina, autores obviamente de mucho renombre y creo que eso ha perjudicado bastante la difusión de la literatura venezolana. Nosotros tenemos como referencia dos buenas editoriales que son Monte Ávila y la Biblioteca Ayacucho, pero la Biblioteca Ayacucho se ve como un libro que compran las bibliotecas. No es un libro que circula mucho en la gente. Monte Ávila ha pasado por muchos altibajos, no se ha tenido la visión de empresa, mientras que si se compara con otras editoriales de renombre como Alfaguara, Sur; Siglo XXI son editoriales que son una empresa y por eso llevan adelante sus proyectos.
- ¿Qué es lo primero que te planteas en relación a nuestra literatura, una vez que te vas del país?
-Yo tenía en mente desarrollar el estudio de la literatura venezolana, pero no hallé enfoque, quise hacer una investigación de tesis de grado y me decía, bueno, no vas a llegar muy lejos. Entonces combiné un estudio de diferentes autores. En mi primer libro publicado en España “ La re-escritura de la historia del ensayo hispanoamericano “ estudio a seis ensayistas y hago un análisis de cómo el ensayo de corte histórico, es una especie de teoría de la historia. Por otro lado analizo las cartas de Bolívar, lo que los académicos llaman un proto ensayo y termino con Mariano Picón Salas. Ese estudio sobre el ensayo ha tenido bastante reconocimiento internacionalmente.
- ¿Cómo lograste finalmente canalizar tu interés en el ámbito de la investigación?
Me ha entusiasmado obviamente la cuestión venezolana y específicamente la cuestión de la memoria, parte de mis estudios ha sido, analizar, cuestionar, reflexionar, sobre como la memoria individual y colectiva como la memoria histórica tienen una significación social e inclusive política, de ese tema he pasado ya a la cuestión Latinoamericana. He pasado ya a otros dos proyectos de libros. En uno he rescatado unos textos inéditos de David Alfaro Siqueiros , estoy preparando la introducción para publicar el libro y el otro libro que estoy preparando siguiendo en este caso con el muralismo y la revolución mexicana se llama tentativamente “Muralismo mexicano y estética marxista” . También tengo estudios en un segundo plano de cómo funciona la memoria en la historia del cine Latinoamericana.
-No puedo evitar que me impacte el hecho de que te encontraras con que la literatura venezolana no le interese a nadie, pero independientemente del hecho editorial, ¿Cómo crees que es vista nuestra literatura en el exterior?
-No quiero generalizar pero voy a hacerlo. Es una literatura muy poco conocida. Es una literatura muy poco estudiada, casi que es una literatura marginal. Si pensamos en grandes novelistas, yo creo que ni siquiera Rómulo Gallegos es muy leído, ni José Balza, ni Denzil Romero, ni Ana Teresa Torres…
-¿Es decir que solo tenemos algunos nombres, aquí?
-Esos son prácticamente nombres aquí y más nada
-Crees que además de la labor que le corresponda hacer a las editoriales, hay alguna labor que los escritores no están haciendo para poderse proyectar hacia afuera, o es que estamos engañados y nuestra literatura no tiene los méritos suficientes como para convertirse en una propuesta más de carácter universal
- Bueno, creo que habría que examinar caso por caso y habría que ver qué autor no tendría para una proyección de carácter internacional, no quisiera lanzarme a aseverar quien pasa y quien no, pero creo que desde el punto de vista editorial ha habido una falla. Creo que nos hemos creído en Venezuela que si publicas en Monte Ávila ya eres un autor universal. Monte Ávila ha tenido una distribución relativamente menor. ¿Qué hacer? Yo creo que el autor, el escritor, ante el mundo que tenemos ahora debe participar en la sociedad activamente. ¿A qué me refiero? Presentar los libros, dar conferencias, dar seminarios. Tratar inclusive de comercializar el libro más allá del libro, que se haga una película, que se convierta en un libro de texto, que se estudie en las universidades. Tal vez esa no debería ser la labor del escritor propiamente, pero si se entra en un circuito editorial promocionado por la editorial, promocionado por las universidades, por el Estado. Por lo tanto el estudio de la literatura venezolana tendría más impacto. Tal vez en Venezuela ha habido una especie de literatura insular y siempre tratamos de ver lo que se publica en el exterior como mejor y eso no quiere decir que lo nuestro no sea de calidad, pero creo que definitivamente proyectándonos hacia afuera conseguiríamos que sea el lector quien diga que es lo mejor.
- ¿Crees que además hay que responder a unas características especificas, para que la investigación sea también un ámbito de interés general?
- Bueno, el ámbito académico de Estados Unidos crea de alguna manera la dirección de interés. Hay modas de investigación, hay unas que pasan y otras que están en el ojo del huracán. La literatura en Estados Unidos como motivo de estudio prácticamente está muriendo, de allí que veas que los departamentos de Investigación se están convirtiendo en centro de estudios culturales. De alguna manera la antropología y la sociología se han incorporado en estos estudios de disciplina, donde la literatura ha pasado totalmente a un segundo plano. Estudiar literatura como estudiante o como profesor en Estados Unidos es casi que visto como algo muy conservador. Si uno quiere mantenerse en la actividad de punta de la investigación tienes que buscar espacios de interés. En San Francisco di una conferencia sobre la Batalla de Chile por un documental sobre el golpe de estado de Patricio Guzmán y se me acercó una editorial inglesa para saber si yo tenía el libro elaborado para lanzarlo. Yo hago estudios culturales que no se restringen a la literatura, porque obviamente, además debes tomar en cuenta que quien se restringe al estudio de la literatura debe conocer el idioma muy bien. Si analizas películas vas a lo visual, a lo más amplio, a lo más conocido.
HACIENDO UN POCO DE HISTORIA
  • ¿Cómo comienza tu relación con la investigación, desde Estados Unidos?
  • Yo termino mis estudios de filosofía en el año 89. Ese año para mí fue muy traumático, aunque considero que lo fue para toda la humanidad. Fue el año de la caída del muro de Berlín, fue el año de El Caracazo, fue un año de muchos conflictos. Termino los estudios, quedo traumatizado con lo del Caracazo y sentí que debía cambiar de ambiente. Llego a Estados Unidos planteándome como ganarme la vida y la única respuesta que me di sin consultar con nadie, fue que iba a trabajar como profesor de español. Así que meto en mi modesta maleta dos libros: La Gramática de Andrés Bello y el Pequeño Larousse Ilustrado y hoy, esos siguen siendo los dos libros con los cuales me gano la vida. Después voy a la universidad para ver como trabajo de profesor y me exigen un doctorado. Me hago primero una Maestría en la Universidad de Nueva York y después hago un doctorado en la Universidad de Pensilvania. Entonces, me ofrecen un      puesto de profesor en la Universidad de Carolina del Norte en la ciudad de Raleigh que es donde vivo y donde he estado los últimos 10 años
  • ¿Cómo entraste en la dinámica de la investigación y la publicación, desde el punto de vista de que lo que generas llegue al lector interesado?
  • Algo bonito de la investigación en Estados Unidos es que es como que si entraras en un      molino dentro de una máquina en la que no puedes parar, entonces tienes que ser muy dinámico para proponer los estudios de investigación. Cuando vine a Venezuela en el año 95 para encontrar material inédito de Mariano Picón Salas, me encuentro con un texto inédito, bellísimo de Pedro Emilio Coll. Un texto que él se lleva a Paris en 1915 como Cónsul de Venezuela en el gobierno de Gómez, ese texto para mí fue muy emocionante y me digo, esto tiene que publicarse y mientras hacía mi trabajo doctoral, publiqué el libro aquí en Caracas con la editorial Trópicos. Cambié mi tesis doctoral, la transformé y la convertí en un libro de Historiografía. Allí tengo un capítulo dedicado a Octavio Paz a quien conocí poco antes de que se le otorgara el Premio Nobel. La obra de Paz me sedujo por un tiempo y a partir de ese capítulo realicé algunas investigaciones que han sido publicadas y me planteo que Octavio Paz es más interesante como ensayista que como poeta. Su poesía es muy intelectual, muy teórica, no gusta de buenas a primeras, mientras que los ensayos son mucho más amplios. El libro se publica en México, lo hace Siglo XXI y se llama “Octavio Paz la dimensión estética del ensayo”. Esa edición hace que la gente lo vea a uno como un estudioso de Paz.
  • ¿Después de este proceso, hacia dónde vas?
  • En este momento mi interés es por la cultura. La estética particularmente me ha demostrado mi interés por la filosofía, las artes, la música, la antropología, la filosofía, la historia, el pensamiento crítico, las artes, la política…
  • Con tantos temas obviamente se puede confluir en distintos libros ¿Cómo ves entonces tu relación actual con el arte de escribir?
  • Cuando me voy tengo muy presente ser Latinoamericano y con la conciencia de reafirmar esa identidad, mis estudios, investigaciones y escritos siempre van a tener de fondo este tema. Me parece muy importante el tema de la frontera cultural. Por un lado pienso que mi trabajo es y seguirá siendo una investigación crítica, pero también desde un punto de vista amplio estoy haciendo preservación de la cultura Latinoamericana, porque si no se estudia y se investiga esos temas pueden quedar muertos. Creo que el investigador debe tener eso muy presente y desde ese punto de vista hago política de preservación cultural. En cuanto a temas surgirá el del arte, de la pintura, el tema cultural, el del cine
  • ¿Cómo funciona esa política con la sociedad?
  • Crea una actitud política mucho más práctica, si hablamos de la preservación de espacios culturales, literarios, sociales, estamos hablando de una política de resistencia ante propuestas que invadan nuestra memoria cultural.
  • ¿Qué es escribir para ti?
  • Antes, de muchacho, quizá románticamente era escribir poemas, buscar la fama, el prestigio literario que en este momento para mí no tiene ninguna importancia. Al escribir y desarrollar los temas con este corte político, creo que satisfago una inquietud intelectual y al mismo tiempo hago una labor colectiva, de conciencia, y siempre modestamente abordo mi investigación como una especie de aporte a un tema. No busco tener la última palabra sobre el tema; busco sí abrir espacios de debate y que mis      investigaciones sirvan para debates aun mayores.
  • ¿Cómo has encontrado los espacios culturales del país, a tu regreso?
  • Estando acá siento, noto una riqueza muy grande de temas de investigación. Desde mi trabajo de investigador solitario, frio, extraño el contacto con la gente, el pueblo venezolano es jocoso, jovial, libre. Creo que debo participar más activamente en proyectos en Venezuela.
  • La memoria es la historia, ¿Cómo se puede cultivar, cómo hacemos para sujetar nuestra historia?
  • Una de las ramas de la filosofía que más me ha influenciado es la filosofía de la historia, Hegel tiene importantes tratados sobre el tema, Marx sobre la dialéctica de la sociedad. En Venezuela no se estudia la filosofía de la historia. La historia se enseña de una manera fría, el individuo no se conecta con fechas, nombres de batallas. La historia es conocimiento del transcurso humano, hay que conectarse de otra manera, se necesita de una educación y es algo muy ambicioso. Comenzando por pequeños espacios, el pueblo, la gente y la gente preparada debe relacionar lo que somos como país con la historia nacional y la historia universal para poder entendernos. Cuando escuchamos los discursos políticos, es muy fácil notar que la gente no tiene para nada una conciencia de lo que es la dialéctica de la historia, ni como país, ni como individuo. Vivimos una vida muy inmediata, eso consume a la persona y proyectarse hacia el futuro es algo prácticamente imposible.
  • De lo que has visto, ¿Qué es lo que más te ha sorprendido?
  • Me entusiasmó muchísimo notar a través de amigos, de la prensa, una actitud del Estado y de la gente hacia la cultura. Hay un despertar y me parece muy interesante masificar las publicaciones, la gente tienen mucho interés en talleres literarios, musicales. Vivimos una etapa de transición muy interesante. Soy muy optimista de que esta etapa va a traer cambios positivos hacia la cultura. La gente joven que se quiera desarrollar como escritores y como artistas deben hacerlo con entusiasmo porque creo que hay un futuro esperanzador. El tiempo en que vivimos no se debe desaprovechar como experiencia humana.

DESCUBRIMOS A LAS DOS MARUJAS
Por: Inés Muñoz Aguirre




Maruja Muci, la misma de Dreaming in Caracas (2005) y My Funny Valentine (2008), presenta su tercer disco titulado  Tiempos Modernos (2010). Cuando se inicia la conversación muestra cierto agobio que no puede disimular, la ciudad, la espera, la exigencia por ser bien atendida. Comienza a hablar de lo que hace mientras hojea nuestro periódico PUBLIC-ARTE. Es en ese preciso momento cuando decido que debemos conocerla mucho más allá de lo que transmite a través de las canciones que interpreta, sobre todo porque siempre es bueno saber porque una mujer perteneciente a una generación en la que identificamos a cantantes como María RivasElisa RegoMelissa o Kiara; nos habla de su tercer disco con un entusiasmo adolescente, en el que descubrimos además el empeño por realizar un trabajo constante, aferrándose a las notas musicales con la fuerza que da, como se diría en altamar, a una lucha contra viento y marea.
-¿Qué significa la música en tu vida?
-La música para mí es como que si me tomara un analgésico, un tranquilizante. Tiene para mí un efecto terapéutico. Yo nunca pensé que me iba a dedicar a esto profesionalmente, por eso es que yo  digo que el oficio me escogió y no yo a él; porque una cosa me fue llevando a la otra y la verdad verdadera es que eso es lo que siempre me gustó.
-Cuéntanos de cómo comienza tu afición por la música y si hay en ello alguna influencia de carácter familiar?
-Mi papá ejerció en mí una gran influencia, es un hombre apasionado por las artes, pero especialmente por la música. En mi niñez siempre fue una constante la presencia musical y en especial el jazz.
-Una vez que comienzas a salir del entorno familiar, ¿Cómo se traduce ese base de conocimiento, la inquietud, en función del hacer?
-En el colegio siempre participé en todos los conjuntos de gaitas, en los actos culturales, en todas las obras de teatro que se hacían, en toda esa parte escénica. Me llegó la hora de montarme en el teatro seriamente en el año 83, cuando hicieron Hair aquí en Caracas. Esa fue una época, la de los años 80 que convocaban a los jóvenes a montar obras espectaculares y se hicieron unos montajes como Jesucristo Superestrella, se montó “1984”. Para hacer aquellas obras no nos pagaban ni medio y estábamos allí todos, llenos de entusiasmo
-Sí, siempre recuerdo cuando por esa misma época vino al país Paloma San Basilio, con “Evita” para ese montaje también incorporaron muchos jóvenes venezolanos, quienes participaron en todos los papeles de figurantes
-Y te digo que trabajábamos con mística.
-Pero, cómo llegas allí?
-Cuando vi Jesucristo Superestrella. Ante aquella obra yo me quedé sin habla, no podía ni aplaudir. Mi acercamiento al tema no fue de inmediato porque después de aquella experiencia terminé el bachillerato y me fui a estudiar fuera. Fue el año siguiente cuando se hizo Hair y yo estuve allí de primera. En esa época yo bailaba, no en el ámbito profesional pero sí lo hacía con mucha seriedad, eso me permitió que en el montaje yo fuera primera bailarina y en el segundo acto interpretaba una canción. Fue una experiencia serísima porque fueron más de tres meses de ensayos y después más de un mes en cartelera. Aquello era riguroso.
-¿De qué forma le diste continuidad a una actividad que ya se había iniciado en los escenarios?
-Bueno, después siguieron las propagandas para televisión, mi voz se utilizó para campañas publicitarias, cantando. Para ese entonces yo estudiaba derecho, me gradué de abogado, trabajé en un banco como ejecutiva en el área internacional, me case, tuve tres hijos y en el año 93 vino la zarzuela “La Gran Vía” que se montó en el Teresa Carreño.
-La Zarzuela es algo muy especial, un trabajo de características específicas. ¿Cómo te enfrentas a ella después de aquella participación en la ópera rock?
-Yo me tomo todas las cosas como un compromiso y con una disciplina absoluta. Los ensayos también duraron de tres a cuatro meses, porque la Gran Vía es una zarzuela que es una revista en realidad. Una revista musical. Recuerdo que cuando nos dieron la Sala Ríos Reyna para los tres o cuatro ensayos en sala, yo estaba realmente muy emocionada. La primera noche estábamos todos afuera esperando, yo recuerdo que cuando nos llamaron salí corriendo y entré de primera, tuve unos minutos yo sola en el escenario mirando hacia la sala. Sentí algo tan increíble que me arrodillé y besé el piso y me plantee que yo en realidad no sabía si iba a estar allí de nuevo. Cuando entraron todos se rompió el encanto, el hechizo.
-¿Y finalmente como sientes que te fue en aquella experiencia?
-Tuve muchísimo éxito. La verdad es que yo tenía una participación bastante fuerte, yo era Doña Virtudes y cantaba una canción, con un parlamento largo que me permitía estar unos veinte minutos en escena.
-Esa fue entonces la experiencia para emprender el camino hacia la profesionalización?
-Sí. Después que terminé con aquella participación, me plantee hacerlo con seriedad y comencé a tomar clases de canto con mi maestra Florentina Adams, a donde llegué de la mano de un amigo en el año 93, hasta el sol de hoy. Yo voy religiosamente a mi clase, dos o tres veces a la semana y hacemos técnica vocal. Ella es profesora de música clásica, canto con ella Mozart o las áreas antiguas que me encantan porque quedan muy bien al color de mi voz.
-Una vez que comenzaste a tomar clase, que descubriste que se pudiera decir, que desconocías hasta ese momento?
-Cuando llegué allá me di cuenta que yo no sabía cantar, tenía la musicalidad, el oído, todo eso está allí; pero cuando tú no tienes técnica es un problema. Ahora entiendo que ya para el final de la canción yo estaba “azul”, es así porque respiras mal y es así como te dañas el instrumento.


OTRO INSTANTE PERSONAL
Maruja se ha dado a conocer con su apellido de casada Muci. Su vida como madre y esposa es la otra cara de esta historia, en que la música parece ir colándose entre las rendijas que iba dejando su compromiso familiar.
-Yo he tenido el privilegio de poder explorar las distintas facetas de mi personalidad. Soy mamá dedicada ciento por ciento, soy esposa porque el matrimonio es un trabajo de 24 horas al día, los 365 días al año, la faceta de cantante y músico, la faceta de escritora y compositora. Yo soy como muy intensa, así que le doy gracias a la vida.
- ¿Cuánto tiempo tenías casada, cuando decidiste trabajar la música profesionalmente?
Cuando decidí que lo haría profesionalmente tenía unos diez años de casada. Yo empecé a tomar mis clases, entre las tareas del hogar y los niñitos que ya empezaban a ir al kínder, entonces yo iba corriendo tomaba mi clase y regresaba.
-En esa actividad diaria que elementos descubres que contribuyeran a tu compromiso de cantar profesionalmente?
En el año 2002 yo estaba muy involucrada en el colegio de mis hijos y los profesores montaron una banda de música y yo me puse a cantar con ellos. En una verbena que se hizo mi esposo llegó a la verbena justamente cuando yo estaba interpretando una canción tan bella como Summertime.  El presenció aquella interpretación y se quedó preguntándose ¿Pero, quien es esta? Porque claro, el me había visto cantando el Ave María en los matrimonios, las primeras comuniones. El me acompañaba y ayudaba a la pianista a pasar la página, pero nunca me había visto en otra cosa. En ese tiempo cumplíamos 14 años de casados y su regalo fue una guitarra eléctrica. Allí fue cuando me plantee hacer algo más y en el 2003 me puse a grabar mi primer disco Dreaming in Caracas, lo cual hice con el ánimo de dejar el registro de mi voz en una producción más profesional, pero cuando iba a mitad de camino me dije, esto está buenísimo y concluí en que yo también podía estar en las tiendas de música. Busqué a un amigo que es artista plástico y me hizo el diseño de la caratula que es espectacular.
-Esa decisión significaba un cambio rotundo. En qué momento en especifico sientes que estás transitando un nuevo camino?
- Cuando estaba listo el disco me dije qué hago yo con esto. Fui a Sonorodven, les encantó el disco y me ofrecieron un contrato de esos terroríficos, allí me dije no, yo estoy muy vieja para esto. Me fui para Sony y lo que ellos me dijeron fue que el disco les encantaba y lo iban a distribuir. Eso fue una maravilla para mí porque la perfecta desconocida, iba a llegar a todo el país. Hice algo de prensa, hice un concierto.
-¿Cómo surge después de aquella primera experiencia, la realización de un segundo disco?
-Mi segundo trabajo surge de que me propuse trabajar un repertorio estándar de jazz, que a mí me encanta porque además fue la música que yo escuché con mi papá toda la vida. Me busqué a un pianista Alberto Lazo y empecé a trabajar con él, el repertorio. Mi esposo que es mi fan número uno me preguntó si yo no iba a grabar eso. Insistió en que nos debíamos meter en un estudio, grabar en vivo y así dejar un registro. De esta forma  fue como salió My Funny Valentine que es mi segundo disco. Ese disco sale en el 2008
-Significaba la llegada de un nuevo trabajo, cómo te planteas su proyección?
- Yo no he parado nunca de hacer trabajos nuevos. Con My Funny Valentine he tenido la oportunidad de presentarme mucho, di vueltas por toda Caracas, inclusive durante este año. Las cosas se van transformando en el tiempo y mientras cantábamos ese repertorio fui montando boleros jazzeados que ya los estoy cantando.

EL VERDADERO MOTIVO
La presentación de su nuevo disco “Tiempos Modernos” significa para Maruja Muci, la culminación de una etapa y el acercamiento a otra. En este momento significa dar a conocer esta producción, a través de un trabajo de promoción y de conciertos.
En este disco contiene nueve temas: Primavera; Mantra; Algún Lugar; Tiempos Modernos; Promiscua; Soledad; Pensamiento Libre; Besos; Adiós; Canción de Cuna
y un Bonus Track – The Final Countdown
-¿Cómo surge Tiempos Modernos?
-En el año 2006 comencé a escribir “Tiempos Modernos”, todas las letras son mías. De pronto cuando me vi con aquella cantidad de poesía en mis manos dije les voy a poner música…
-Eso quiere decir que no lo escribiste pensando que iba a ser un disco…
-No, la verdad es que yo escribo mucho. Tengo carpetas llenas y llenas de ensayos, comentarios, notas, toda clase de cosas. Con tiempos modernos sentí que los textos eran musicales. En noviembre de 2006 le llevé lo que tenía hasta ese momento a un amigo suizo-alemán que vive en Nueva York quien hizo el disco musicalmente y comenzamos a trabajar a distancia. El me mandaba las cosas, los archivos para que yo escuchara. Yo le mandaba mis comentarios. Nos conectábamos por Skipe a más no poder.  Este proceso se tardó tres años.
- ¿Por qué el proceso tardó todo ese tiempo?
-En el ínterin su estudió se inundo dos veces, las computadoras nadaban en Manhattan. El, molesto con el dueño del edificio recogió su estudio completo, lo montó en un camión y se lo llevó a su casa. Eso significó que mi proyecto se paró ocho meses, yo viendo que me iba a quedar sin hacer nada, musicalmente hablando me dije: tengo que hacer algo y es cuando comencé el trabajo sobre el jazz.

MIRANDO HACIA ADELANTE.
Maruja tiene muchas historias desde aquella cuando se paraba frente a la luz del proyector cinematográfico de su papá y se descubría doblemente en la pared. Sus sombras dominaban el momento, quizá porque eran el anticipo de lo que sería su vida después, una vida con los dos caminos transitados a plenitud, el familiar y el creativo.
- ¿Y después que pasaba?
- Yo le pedía siempre, que me mostrara a las dos Marujas. Ahora pienso que ese “ponme a las dos Marujas” es lo que siempre quise hacer, pararme en un escenario, transmitir  ese arte, la música que circula por mis venas.
- ¿Ahora, qué buscas?
- Uno va en la búsqueda de no desfallecer en el camino hacia la excelencia. Tienes que empaparte de lo que está pasando afuera, de las nuevas influencias, de abrirte, escuchar.
- ¿Y tu papá, como te ve ahora?
- El fascinado, muy crítico del trabajo porque claro ha oído tanta música, al igual que yo. Siempre digo que estuve sentada de espectadora como por unos treinta años para entonces, montarme por primera vez en un escenario. Cuando le entregué el disco “Tiempos Modernos” me dijo, “bueno. Esto es otra cosa. Esto es lindísimo”. El está muy complacido, es su extensión en la parte musical y debo decirte que mi mamá es una rocola andante, ella se sabe todas las canciones, todos los boleros posibles que hay en la tierra. Tiene un timbre bonito y con ella me senté para escoger el repertorio de los boleros. Lo más importante es que esta es una actividad que he podido compartir con ellos asumiendo nuestra relación desde otro punto de vista que es un trabajo muy enriquecedor
-Terminado el disco cual es el mayor obstáculo por el que hay que luchar?
-Hacer el disco es lo mejor que te puede pasar. Yo me siento en el cielo. Cuando oyes, cuando están fluyendo las ideas, cuando te sientas con tu productor, con tu músico.  Para mí el infierno es cuando el disco está listo y arrancas con la promoción. Aquí en Venezuela nosotros estamos super desasistidos, nadie apuesta por nosotros, no hay un empresario que te acompañe en la carrera, que te ayude. Las emisoras de radio, no quieren sonarte, no quieren darte el apoyo como debería ser. Claro y la contracción económica no ayuda, es tan brutal que a mí me ha costado largas, distribuir mi disco. Yo me siento como un vendedor que va casa por casa, disco tienda por disco tienda, quince discos aquí, quince por allá. Eso es un calvario. Así como pedir patrocinios para los conciertos, lo cual además no es que es un montaje del otro mundo, es para pagar los músicos. Todo eso te lleva a que a la larga, no puedes seguir produciendo música.
-El artista se desgasta en una parte muy importante que influye directamente en la parte creativa
-Si, eso es así. Es terrible porque es tan adverso el clima que te descorazonas, te preguntas para qué seguir en eso. En ese aspecto vivo como en una montaña rusa porque es agotador y uno es el que está asumiendo el riesgo todo el tiempo. Nadie te ayuda a que haya mercado.
- ¿Y encuentras algo positivo en esa búsqueda de apoyo?
-Hay emisoras como la del Ateneo que te abren las puertas, pero hay otras que nada que ver.  Hace poco me senté con el programador de un circuito radial y me decía es que esta canción es muy larga, entonces yo le decía, bueno no hay problema yo te la corto y entonces me decía otra cosa. Yo sabía por dónde venía y le dije sabes qué, ustedes están como los canales de televisión que decidieron hacer novelas de rancho, porque decidieron que la gente lo que quiere es el rancho y están equivocados porque la gente no es bruta,  el público quiere cosas de calidad, atrévanse. Yo no sé qué es lo que hay de por medio pero también creo que los venezolanos no nos queremos a nosotros mismos y mira que aquí hay talento pero no hay apoyo individual, no hay apoyo del Estado, no hay apoyo de la empresa privada. Cada vez la oferta de locales es menor. Yo veo complicado el futuro para el artista independiente. Hay muchos escritores que dicen que no les importa que no los publiquen pero te aseguro que todos los músicos queremos que nos escuchen, como sucede con la mayoría de los artistas en general porque  la creación contribuye al acervo cultural del país.



NO SIEMPRE LAS MAYORIAS TIENEN LA RAZON








Por: Inés Muñoz Aguirre

Hablar de José Domínguez es hablar de iluminación, actuación, dramaturgia, dirección, producción. Seguramente son muy pocas las disciplinas que no haya ejercido este hombre en su carrera teatral. Este año han sido varias las obras de teatro que bajo su producción o bajo su dirección han estado en cartelera y aun cuando manifiesta estar tomándose un tiempo, quienes le conocen saben que trabaja sin parar. Quizá con cierta ansiedad porque no le dejo prender un cigarrillo habla atropelladamente, pero con la claridad de quien a estas alturas de la vida sabe lo que quiere y cómo desea hacerlo. Con la claridad de haber vivido en el mundo del teatro, curtiéndose a fuerza de trabajo constante, de lucha por lo que se cree y lo que se quiere.
¿Cómo ves un teatro que pareciera estarse mercadeando muy bien, que maneja buena publicidad y que está ofreciendo risas y caras conocidas?- Estamos cayendo en hacer divertir al público y yo no sé si llegará el momento en que el público se aburra también de tanto divertirse. Creo que al público hay que ganarlo para todo tipo de espectáculo y de propuestas….
Así es, hay que ganarlo, hay que trabajar como creo que se ha venido haciendo hace mucho tiempo con la idea de que el público se interese por asistir al teatro. Educar para crear una costumbre…- Si, se ha intensificado en los últimos años, lo que se puede llamar teatro comercial han proliferado las salas comerciales y yo me he querido meter en ese mundo también, para ver cómo es y eso no está mal, que se abran salas, que se lleve mucho público a la sala. El problema es que se puede llevar el público hacia un solo tipo de obra y de sala y me preocupa, porque eso como que se agota.
Aunque también se discutía sobre este tema hace unos cuantos años atrás. La gran interrogante siempre estaba en si había que banalizar contenido para conquistar el público necesario o si era posible conquistarlo con un teatro mucho más elaborado que el que estamos viendo…Creo que finalmente lo comercial ha vencido.- Nosotros somos criaturas de los 80, lo que algunos llaman el teatro de oro en Venezuela. Se ha perdido lo que se puede llamar el teatro del arte. Las obras tienden a no tener escenografías, tienden a un vestuario limitado. Hay poca experimentación. Nosotros nacimos en un mundo de experimentación desde la universidad. Yo recuerdo cuando estábamos en Autoteatro, no nos interesaba si había mucho público o no, con 10 ó 15 espectadores nos sentíamos cómodos, más bien lo extraño era sentirse cómodos con 100 personas o 200 espectadores. A mí particularmente me gusta por eso la Sala Rajatabla porque podemos llevar máximo 100 ó 120 espectadores. Me gusta trabajar para públicos de 60 personas. Esos son espectadores que vienen a buscar otra cosa. A mí me pasó ahora con Rajatabla con la obra de los Victorinos, con “Cuando quiero llorar no lloro”, vino bastante público, a veces teníamos 120 personas, a veces se llenaba la sala pero yo sentía que los espectadores disfrutan la obra de una manera distinta a como se afronta el teatro comercial.
-
 Sin embargo el gran tema está en que toda obra debería producir para recuperar la inversión, asumir sus costos y ¿Por qué no? Generar ganancias…- Si, el teatro siempre tiene que ser comercial de otra manera, pero me refiero a esa actitud en la que el público va como a buscar la risa, a buscar el chiste, que aunque a veces las obras, las comedias tienen un cierto trasfondo, es como que si eso se perdiera por el relajamiento del público. El miedo que me da es que se pierda ese teatro de esencia, honesto, de autor, un teatro que trabaje las problemáticas que existen hoy en día en el mundo.- ¿Hay causas concretas?- Se han perdido las salas que recogían ese teatro, como el Ateneo de Caracas. Yo recuerdo que en el 88 se me ocurrió producir una obra que se llamaba Baño de Damas, que la dirigió magistralmente Ibrahim Guerra y tuvimos mucho éxito de público. Hubo una crítica de todo el sector, críticos, periodistas, de cómo el Ateneo de Caracas montaba una obra de ese estilo. La obra era de Rodolfo Santana y te das cuenta que ahora hay una necesidad como de comercializar todo, tú ves a muchos directores y autores que se van fácilmente hacia el teatro comercial. Van dejando el otro. Yo creo que el verdadero problema está en que se deja a un lado el indagar lo que nosotros somos. Se han dejado aquellas cosas como el último intento del Festival Nacional de Teatro donde había obras maravillosas que tocaban diversos puntos de la sociedad y sus inquietudes. No sé si el mundo tiende también a eso.
-
 ¿Y en cuanto al surgimiento de nuevos talentos?- Hay proliferación de muchos grupos, como dispersos. Antes había como un norte. Rajatabla marcaba una línea, el Theja, la Compañía Nacional de Teatro, el TET, uno tenía cómo confrontarse, ahorita no. Todos somos culpables porque además hemos tendido a aniquilar esas instituciones y a buscar como nuevos Mesías teatrales y los críticos tratan de encontrar el nuevo genio del teatro venezolano y tienden como a menospreciar la labor de alguien que le ha podido llevar construir su carrera, 20, 30 ó 40 años. Está bien, la juventud trae las nuevas fórmulas, pero están como más dispersos, aparte de que nos quedan muy pocas salas que son entonces para montar dos o tres espectáculos el mismo día, entonces tienes que trabajar con escenografías que salen, son sillas, muebles, cosas fáciles y el gran espectáculo teatral se va como perdiendo.- ¿Y en medio de ese panorama como puede ser asumido el gran espectáculo teatral?- Bueno, por otra parte cuando a alguien se le ocurre hacer un gran espectáculo teatral no se le apoya, se le trata de destruir. Yo a veces quedo extrañado de cómo lees en los impresos, en un blog, a críticos que te alaban un espectáculo de dos sillas y al de mayor envergadura tienden a destruirlo.- Y en específico ¿cómo ves la crítica hoy en día?- Se ha perdido el gran teórico, creo que hay una crisis a nivel de críticos. Por eso es importante que salgan este tipo de publicaciones como Publicarte, porque hay muy poco peso en la gente que está escribiendo sobre el espectáculo. No salen trabajos de investigación sobre el teatro y los que se llaman críticos te encuentras con unos gacetilleros hormonales que me espantan, verdaderamente. El crítico tiene que separar lo personal de lo que hace, hay una persona que te puede no caer bien, pero su trabajo es su trabajo y sobre eso es lo que hay que escribir.


EN EL CAMINO DEL DIRECTOR· ¿Cuáles son los valores que tomas en cuenta para la elección de una pieza?· Yo trabajo mucho por intuiciones y por el material que me llega. Muchas veces me llegan materiales de obras que a veces no están bien conformadas, pero siento que hay algo que trabajar. Es el caso de un texto que me llegó recientemente de Carlina Fernández, que se llama “Mujeres Invisibles”. Aunque la autora todavía no tiene la experiencia teatral, hay unos elementos en ese material que me llaman mucho la atención. Además de que hay una fuerza por parte de esa persona para comunicar. Ella plantea su propia visión de la sexualidad, quiere decir cosas.
·
 ¿Qué temas son de tu mayor interés?· A mí me interesan las minorías, me interesan los perdedores. Yo definitivamente trabajo temas que me llamen la atención. Me interesan las obras que en su momento digan algo y que haya un grupo de personas que estén interesadas en eso. Una persona puede influenciar a muchísimas más. Al final el teatro es suficiente con una persona en el escenario y una que escuche. En la forma de llegar al público contribuyeron mucho los Festivales Internacionales. Se trajeron obras que iban para todo tipo de público y recuerdo que las programaciones se hacían pensando en el tipo de público al que queríamos llegar. Si era masivo te traías Els Joglars, pero para un público más selecto se buscaba “Crimen y castigo”, o “Las tres hermanas” dirigida por Shapiro. Uno no puede trabajar todo el tiempo para la masificación. Para ello tiene que existir una variedad de salas. Además yo creo que no siempre las mayorías tienen la razón.
·
 Cuando ves a tu alrededor en este momento ¿cómo ves ese compromiso que debe existir entre los dramaturgos y directores con el teatro actual?· El teatro en Venezuela es un enfermo que goza de buena salud siempre. Yo realmente no sé cuál debe ser el trabajo de los directores y de los dramaturgos en general. Creo que el teatro tiene que ser un teatro de compromiso. Yo creo que se habla mucho, se politizan las ideas. Se habla de que la cultura tiene que seguir este o ese camino. Se habla de oposiciones y de ideas socialistas pero noto que el dramaturgo cuando va a escribir no lo hace sobre eso que tanto se discute. Yo veo directores que van a las marchas, que hacen declaraciones en contra del gobierno y entonces lo que se hace no refleja nada esa problemática. Yo observo que el discurso personal no va con el discurso teatral. A lo mejor se mete algún chiste sobre la temática pero no veo las obras de los dramaturgos, no veo el teatro político. Hay como un miedo, no sé también si tiene que ver con pensar que si se escribe sobre este tema no se les va a dar el dinero para montar. Cuando yo voy a montar me importa poco quien me va a dar el dinero, si son de acá o son de allá, me interesa el proyecto.
· Además de “Mujeres Invisibles” ¿qué otros proyectos tienes en este momento?
· Tengo en proyecto Poncio Pilatos que es un texto que indaga sobre el poder y el manejo del poder. Ese lo quiero trabajar para Rajatabla. Ellos querían que estrenáramos este año para octubre, pero creo que la he dejado porque yo todavía no le he encontrado el ganchito por donde va. Además, trabajar sobre el poder es un tema que ha identificado la estética de Rajatabla. Lo que Carlos Giménez mostró en el mundo y muy pocos investigadores han indagado sobre eso, habla sobre los montajes, sobre Carlos, pero se ha ignorado lo que se decía en las obras en ese momento. A nivel social, político e individual.
· El camino con Rajatabla ha sido largo y constante…· Lo bueno que yo he tenido en Rajatabla es que me ha dejado desarrollar mis proyectos, nunca me han impuesto algo. Los proyectos han nacido de mí. En el caso de “Cuando quiero llorar no lloro”, se le solicitó un trabajo a Rajatabla un proyecto por los 100 años de Miguel Otero Silva, ya se había hecho “Oficina Número 1”. Yo me planteé que “Cuando quiero llorar no lloro” le podría interesar al país y que podía decir algo, a un lado y a otro de este país polarizado. Creo que el discurso se adecúa mucho a los discursos que se están manejando hoy, pero creo que también chocó a los dos bandos, porque dice verdades. El trabajo, la adaptación la versioné yo, trabajé con 70 personas, un grupo que trabajó más que yo, con una entrega maravillosa. Creo que allí pasaron unas 10 generaciones del TNT. Fue un trabajo colectivo como todo lo de Rajatabla.
· 
En cuanto a que el trabajo chocó a los dos bandos, también es consecuencia de la polarización…· Con “Cuando quiero llorar no lloro”, estaba claro que esa es una obra de izquierda. Pero lo cierto es que hay una deformación general. Cuando fui a presentar “Señor Presidente” a Manizales, había un periodista que me preguntaba si esa era una obra en contra de Chávez. ¿Y cómo va a ser eso? Si esa obra la escribió Miguel Angel Asturias en 1967.· ¿Cómo ves hoy en día a Rajatabla?· Rajatabla es una personalidad que va más allá de todos nosotros y eso, hay gente que no lo quiere entender. Vive más allá de los que la fundaron y a veces nos obliga a Alfaro, a López , a mí, a hacer cosas. Lo cierto es que las instituciones tienen que ir más allá de los individuos.
·
 Sin ser brujo, pero en base a la experiencia adquirida a lo largo de estos años, ¿Qué avizoras para el teatro venezolano?· El teatro siempre existirá, tiene una fuerza propia aunque toda la vida ha estado en crisis. El problema que puede existir es en dónde mostrar. Sobre todo nos preguntamos sobre aquellos espacios que no necesariamente tengan que llevar multitudes de gente, por otra parte, si hay salas con censura, quizá habrá que irse a trabajar en espacios no convencionales. Pero siempre saldrá gente que no se deje llevar por la moda y el facilísimo.



La cultura no puede ser un código cerrado, no puede haber exclusiones, ni discriminaciones.




Por: Inés Muñoz Aguirre
Hablar con María Gómez, es tener la oportunidad de escuchar las opiniones y conceptos de una de las personas más experimentadas en lo que se refiere a gerencia cultural y del espectáculo, no sólo en nuestro país, sino a nivel internacional donde ha estado ligada a nombres tan importantes como Marcel Marceu; Joan Manuel Serrat, Miguel Bosé o Rocío Durcal por nombrar solo a algunos.
· ¿Cómo defines la gerencia cultural?
· La gerencia cultural es marcar las políticas hacia las cuales se deba de enrumbar la acción cultural, el quehacer del hombre; dependiendo de aquellas comunidades a las cuales van dirigidas.
· ¿Hay una diferencia entre la gerencia cultural pública y la privada?
· No debería de haberla, es que hay que mirar si el fin justifica y como el fin está dedicado a la gente, no importa en qué sitio se encuentre la gente. Debería haber un solo mensaje, si a mi me dicen ¿qué música le gusta más, clásica no? No, no. La música es buena o mala. Yo pienso que la gerencia cultural privada debería ser igual que la pública, de eficiente, de bien organizada, de bien dirigida y sobre todo saber a dónde es que queremos que llegue el mensaje. Eso es para mí una de las cosas primordiales. Cuando te dicen hacia qué target estamos dirigidos o hacia qué edades. Eso siempre te lo preguntan cuando vas a buscar un patrocinio. Yo pienso que hay que abrir el abanico. Hay que pensar que todo el mundo necesita del conocimiento y el saber no ocupa espacio.
· ¿Se debe considerar una formación específica en el área de gerencia cultural, o cualquier persona está capacitada para este tipo de gerencia?
· Es que yo no sé bien dirigir la palabra capacitación; cuando una persona es capaz de transmitir a otra como hay que hacer las cosas; yo creo que con eso basta. No estamos pidiendo un médico para entrar en una sala de operación, donde sí se necesita de una capacitación, de una especialización, de unos años de estudio, donde se tiene que saber perfectamente lo que se hace porque estás jugando con la vida de otra persona. Hay gente muy autodidacta que te pones a hablar con ella y te das cuenta de la cantidad de conocimiento que tiene la persona, que no lo pasa a otros y que de pronto no tiene la capacidad de explicarlo y otras que sí. Claro que es bueno que se haya abierto la Escuela de Arte de la universidad, que hace muchos años que eso no existía y que se estén buscando nuevas formas de aplicación. Estas cosas me recuerdan mucho la historia de quién fue primero el huevo o la gallina
· ¿Hay una diferencia entre la gerencia de espectáculo y la gerencia cultural, o es lo mismo?
· Es lo mismo, una es popular y la otra a lo mejor es menos popular, pero yo creo que hay una sola
· Hay quienes se refieren a ciertas manifestaciones culturales como el ballet, la opera, como algo elitesco y hay incluso quienes piensan que hay que cambiar el tipo de espectáculo en determinados teatros para hacer que se acerque un público más popular. ¿Es así, hablamos de lo elitesco y de lo popular?
· Si claro, si la hay, pero por qué la opera y el ballet han sido elitescos? Primero porque son espectáculos que no todo el mundo entiende. Hablados en otros idiomas, casi toda la opera está escrita en italiano, en francés, en alemán. Cuando te vas a algo en español; estás hablando de zarzuela. Tradicionalmente la gente ha asumido que eso es como para la gente que lo entienda y aparte de eso hay otro componente que son los costos, para montar una opera necesitas un buen decorado, un buen vestuario, buenos cantantes; necesitas una orquesta en vivo. Ahora si tú traes todo esto a un sitio donde la entrada cueste 5 mil bolívares, ¿Qué pasaría con la gente? ¿Iría?
· Claro, pero a su vez estás poniendo en el tapete algo muy importante como es el tema de los costos que por supuesto, alguien tiene que pagar
· Bueno, claro. Por eso es que ese tipo de espectáculo normalmente lo subvenciona el Estado, en Europa. Además empiezan a enseñarte desde la escuela, que entiendas la música, los instrumentos. Cuando ese niño crece ya tiene cierta autoridad para ir a ver ese tipo de espectáculo.
· Pero creo que lo importante en esta reflexión es que no se trata de bajar la calidad de los espectáculos para que mayor cantidad de gente pueda acceder, sino que el Estado subvenciona para tener más publico
· Exactamente, pero hay que empezar desde abajo, hay que enseñar a los niños a disfrutar de la música clásica, lo que hizo Bernstein de enseñarles los instrumentos, como se toca cada uno y como se conjuga un instrumento con otro. Eso dio todo un vuelco a una generación. Tradicionalmente siempre ha habido una cultura elitesca, pintura, escultura, opera, ballet , pero la cultura es una sola.
· Creo que el problema está en creer que hay que hacer lo barato y de mala calidad para el pueblo y la realidad es que la solución cultural está es en permitir que la gente acceda a espectáculos de buena calidad.
· Si el Estado no subvenciona todo ese tipo de manifestaciones que tiene que ver con el hacer en las plazas entonces estamos mal. Hace muchos años se hacían retretas en las plazas la gente iba, los niños, nuestros padres. Es además la oportunidad de que la gente dirija su esparcimiento hacia algo sano. Yo creo que hay una idea en la gente que ahora tiene la responsabilidad de dirigir la cultura, por ejemplo en FUNDARTE está Belinda Vivas, es gente que son artistas y yo creo que el arte lo entienden los artistas en primera instancia y creo que puede haber allí una oportunidad muy bonita para el Teatro Nacional, el Teatro Municipal y rescatar la cantidad de expresiones que deben llegarle a la gente, a las comunidades.
· En época de crisis entendiéndola como épocas de cambios, cómo ves tu la gerencia cultural?
· El cambio tiene que empezar por la gente que tiene el poder en la mano para decidir quienes son las personas que van a aplicar esos cambios. En épocas de crisis hay que buscar cosas alternas, por qué no volver a pensar en cómo se hace un papagayo, eso no puede ser algo tan costoso y los niños de hoy en día no saben como se hace un papagayo, o como bailar un trompo. Creo que hay que sacar la imaginación, hacer lo provechoso para la gente, lo que tenga que ver con nuestra cultura, con nuestras raíces.
· Cómo crees que se puede incorporar a un movimiento cultural, la gente joven que hacen teatro, música, que tienen importantes formas de expresión y no encuentran como canalizarla
· Si, esa es una gran angustia por ejemplo en las universidades donde hay una cantidad de gente que hace música, danza, de todo y se siente frustrada porque no tiene como enseñarlo, hay una gran responsabilidad en todas las personas que tienen la posibilidad de que eso ocurra, programaciones semanales…
· Si yo tuviera la oportunidad de decirte que te voy a dar la oportunidad de gerenciar un proyecto cultural para el país, ¿qué plantearías?
· Primero que se conozca lo nuestro, que cada región conozca lo suyo como primera instancia y después pasarlo a las otras regiones. En el oriente del país por ejemplo donde hay una gran riqueza musical, donde hemos tenido gente maravillosa de la talla de María Rodríguez, ver cómo se pasan esos legados a las generaciones más jóvenes y luego que eso lo conozcan en el Zulia y lo del Zulia que se conozca en Barinas, que se entrelace todo para que entendamos la riqueza cultural que tiene Venezuela. Haría una gran programación para los hoteles para que la gente tenga un sitio a donde ir, a charlar, a escuchar música de todas las expresiones culturales, que al fin y al cabo es un viaje musical que tú estas dando. Si tú escuchas un buen musical con Biela Da Costa tú sientes que estás en Brasil.
Haría una gran programación también para que los artistas de cada región tengan como vivir de su trabajo, porque es que los artistas, cantantes, compositores, cantautores no viven de ser artistas, trabajan en otras cosas, son empleados mientras van languideciendo. Haría un concurso como el que han sacado en Gran Bretaña, que se llama Gran Bretaña tiene talento y allí se puede intervenir sin importar de qué tendencia política seas, lo que importa es el talento. Hay artistas que pueden dar mucho.
Luego haría algo gratuito en las Plazas; yo iba a las retretas en la Plaza La Concordia, eso se ha perdido. Por lo menos los domingos cada Alcaldía, cada municipio, cada comuna debía hacer algo, teatro, guiñoles que no se han vuelto a ver, la zarzuela, difundir la música nuestra la cual no se conoce fuera de nuestras fronteras como no sea Ricardo Montaner y Franco De Vita y ya, en cambio a nosotros nos llega todo, el reggaeton, el vallenato. Si yo tuviera que exportar, exportaría tanta cosa buena que tenemos nosotros acá, como una cosa de Estado que fuera a los demás países a enseñar lo que somos como país. Yo creo que Renny hizo una gran labor cuando a través del espectáculo mostró además las bellezas que tenemos como país, como el Churun Merú. Somos de los pocos países que aún tenemos comunidades indígenas. Tratar de conocerlos a ellos, no que ellos nos conozcan a nosotros
-¿Cuando te paseas por todo este bagaje del país quiere decir que tienes una visión positiva de lo que el país puede dar, en función de su desarrollo en el área cultural?
- Si, por supuesto. En el área cultural y en el área turística. Yo soy muy optimista con el nombramiento de Pedro Morejon en el Ministerio de turismo, pienso que es una persona joven con una gran visión de cómo sacar todas esas bellezas hacia afuera; exportarlas y tratar de traer gente para que vea el país, España vive de su turismo, Cancún vive de su turismo, nosotros perfectamente podemos ser otra opción. A la gente le llama la atención la Isla de Margarita y Los Roques pero son dos cosas muy puntuales. Si se hace una gran difusión hacia afuera estoy segura de que la gente puede voltear hacia nosotros. Brasil está haciendo un gran trabajo para llevar gente a conocerlos, a conocer el Amazonas.
-¿Qué percepción tienes de otras áreas culturales como la literatura?
- Creo que en este país, la gente lee muy poco. Se había empezado a hacer un muy buen trabajo con las bibliotecas móviles, que es como acercar el libro a la gente. Eso hay que volver a hacerlo con las escuelas, si de pequeño me vas a invitar a leer, voy a tener una gran información y conocimiento.
-¿Y el teatro?
- Creo que teníamos algo muy importante como los festivales Internacionales, a través de los cuales llegaban tantas formas distintas de expresarse. En Colombia lo hizo Fanny Mickey y aquí Carlos Giménez, dos personas argentinas que vienen de una cultura traída de Europa, donde hay una cultura del teatro. Yo, que he vivido muchos años en España, tu ves los teatros en Madrid, llenos. Allí hay público para todo. ¿De dónde sale ese público? De que pasa algo, en los barrios, en todas partes. Hay que ir a buscar a los autores, buscar que es lo que hay.
- En cuanto a los espacios, cómo deben manejarse. ¿Crees posible propiciar en la ciudad espacios de interés?
- El Trasnocho por ejemplo surge de una inquietud privada, de dos señoras que llaman a Moisés Guevara para que desarrolle el proyecto. Pienso que han logrado un gran trabajo. Pienso que debería haber más sitios como ese, pero dónde están los espacios. Fuera de eso los espacios son siempre los mismos, Teatro Ocho, Celarg, Aula magna, Teresa Carreño, Municipal, Corp Banca, Museo del Teclado. No hay más. Las casas de cultura serían tan importantes, los teatros en las ciudades del interior. Leí que se reabre el Teatro Juárez con Dudamel, pero cuando lo piensas, tanto esfuerzo para 600 butacas…
- Entonces, eso nos indica que los viejos teatros se están quedando pequeños en las grandes ciudades…
- Por supuesto, necesitamos crecer con ellas. Por eso es importante lo que he escuchado de la Rectora de la Universidad Central que piensa volver a sacar lo que fue el Aula Magna en su momento hacia Caracas. Uno iba a pasear al Jardín Botánico, a los espacios de la universidad, a ver sus maravillosas obras.
-¿Cómo ves el futuro?
- Hay que ser vigilantes de hacia dónde nos van a dirigir los que están a cargo del quehacer cultural, los que tienen el dinero, las posibilidades, los que tienen el poder, los espacios. La cultura no puede ser un código cerrado, no puede haber exclusiones, discriminaciones. La política no debe tocar los espacios culturales, hay que presentar variedad y que la gente saque sus propias conclusiones. Este es un gran país que se merece todo lo mejor. Cuanto más se acerca uno a la tercera edad más te angustia todo, cuando uno recuerda las maravillosas obras que uno tenía oportunidad de ver en el Museo Sofia Imber, uno desea que los jóvenes pudieran tener esas oportunidades. Por otra parte no olvidemos que son la cultura y el deporte las cosas que pueden alejar a la gente de la violencia.



LA FOTOGRAFÍA CON ALMA


Por: Inés Muñoz Aguirre
Las mujeres de Alexis Pérez Luna recorren la ciudad de norte a sur y de este a oeste. Casi de puntillas para no hacer bulla en su traslado y poder decir a voz en cuello, “presente”, cuando sea preciso. Bajo el título de Ancladas, su exposición en la que vemos maniquíes, niñas y la sombra persistente de esa mujer que ha quedado atrapada por el lente de su cámara, se ha movido del Ateneo de Caracas, a La Guayaba Verde en Los Palos Grandes. De una galería convencional a un restaurante y a la espera de continuar el camino en una ciudad fragmentada que puede ser dadora de grandes oportunidades, cuando a través de sus problemas de ciudad colapsada, especialmente en lo que se refiere al traslado de un lugar a otro se descubren las nuevas oportunidades.
Alexis está allí, delante de sus fotografías, todo pasión por lo que hace y desbordado en sus propias palabras que nos cuentan como en caudal, distintos ángulos de su transitar, hasta ser considerado sin que quepa la menor duda, uno de nuestros más importantes fotógrafos.
  • Voy a comenzar por hacerte la pregunta más repetida y seguramente la más convencional de todas. ¿Qué es para ti la fotografía?
  • Para mí la fotografía es una necesidad, fundamental y orgánica de comunicación. Funciona por un lado con una parte lógica, racional, que lo lleva a uno a fotografiar; pero eso inmediatamente desencadena otras necesidades. Los fotógrafos hacemos mucha catarsis y nos salen los demonios, ángeles, duendes, como los quieras llamar, en general los fotógrafos somos de larga vida, por lo que espero estar fotografiando los próximos cuarenta años. Para mí es una necesidad fundamental, los fotógrafos creo que somos obsesivos, compulsivos coleccionistas de recuerdos, de imágenes, de situaciones, de nostalgias, la fotografía es muchas veces un espejo, es una ventana a través de la cual uno mira. La fotografía alguien decía que es un espejo con memoria, así que todo lo que uno fotografía es porque lo está reconociendo ya como algo que ha existido, que ha formado parte de ese inmenso mundo que uno va captando. Imágenes para el recuerdo inspiradas en la música, en la literatura. Uno va conformando una imagen y creo que de allí viene esa obsesión, esa fabricación, real, sub real o del inconsciente que la consigue, la reconoce como de uno y ahí la fotografía.
  • ¿Dónde comienza la división entre lo racional y lo emocional en la fotografía?
  • Hay una parte muy racional, yo trabajo mucho en el registro de la memoria del país, porque me angustia la pérdida de los recuerdos, de haciendas antiguas, coloniales, casos, situaciones, costumbres del país y esas son cosas que tienen que quedar como parte de la formación de la memoria de un país. Pero hay cosas que hacen que esa inquietud se dispare sola, y digo dispare en todos los sentidos, orgánicamente, y hace que uno empiece compulsivamente a fotografiar llenas esas cámaras, los negativos, las tarjetas de memoria, de todas esas situaciones de vida que uno quiere reproducir después.
  • ¿Qué buscas frente al público? ¿Hay una manera de dialogar?
  • Si. Yo creo que los fotógrafos tenemos la necesidad de dialogo con el público, en la confirmación de la llegada de ese mensaje, inclusive corriendo el riesgo de la interpretación múltiple que se puede hacer a través de cada persona. Yo ahora, rompiendo con todo el tradicionalismo de la fotografía que indica que se debe ubicar la obra, lugar y fecha; decidí que las mías no tienen ubicación; de manera que obligo al espectador a que cada quien fabrique su propia historia con la foto. De modo que la foto de una hacienda, yo tengo la foto de una iglesia que me gusta mucho en San Francisco de Tiznado que desapareció bajo las aguas por la construcción de una represa, no las identifico y cada quien fabrica historias.
  • ¿En esa búsqueda del encuentro y la identificación, qué tipo de historias has conseguido?
  • Yo me he encontrado con historias impresionantes, yo me he encontrado con gente que      expresa incluso, recuerdos que no eran de ellos, con historias que les han contado sus padres de Venezuela y la gente se relaciona con esa imagen. Yo soy muy nostálgico en mi trabajo y muchas veces me dicen, ¿Y cuando se te acabe la nostalgia? Bueno, pido prestada. Le pido prestado a los amigos, porque uno va llenando huecos en la historia de la vida.
  • ¿Hay una búsqueda de amarrarte a las cosas, a la vida?
  • Yo después de la muerte de mi papá y de mis tíos, porque mi mamá murió hace ya mucho tiempo, no encontré donde verificar ciertas historias que no me había preocupado por verificarlas a tiempo; entonces las inventé y creo que lo he hecho tan bien que muchas veces no deslindo, que no sé cuales son verdad y cuáles no; pero no importa. Estas son una de las tantas razones por las que yo fotografío y fotografío, siento que tengo muchas imágenes en la cabeza y es por eso que yo viajo mucho. Acabo de llegar de un viaje que fue muy impactante para mí, la India. Creo que me cambió mucho la vida, ver cómo se vive en esos lugares, encontrarse allí, ver como se relacionan. Después de yo venir de una ciudad tan convulsionada, tan difícil de moverse, de fotografiar, cuando vas a la India, donde tomas la foto que tú quieres y que la respuesta de todo el mundo sea una sonrisa es impresionante. A pesar de que uno los ve a ellos en una situación social bastante complicada, porque viven en la calle, duermen en la calle, tienen muchas necesidades fundamentales por lo menos desde la visión occidental, pero la respuesta para todo es una sonrisa. Entonces una ciudad como Nueva Delhi que tiene 26 millones de habitantes y que en las calles circula una cantidad enorme de gente, en todo tipo de vehículo, porque te pasa por el lado igual un carrito, un camello, una vaca, no hay semáforo, no hay leyes de tránsito, pero no hay choques, no hay peleas, nadie se insulta, todo el mundo circula comunicándose una gran paz; eso es realmente impactante para uno que está acostumbrado a la paranoia, a la defensa del fotografiar y que uno tiene que asumir la responsabilidad del ser fotografiado. Allí te sientes libre de fotografiar y permitirse ese juego entre lo que uno es y lo que uno siente. 
  • ¿La búsqueda de atrapar lo que te rodea en la fotografía, entonces es algo recurrente, independientemente de dónde te encuentres…
  • - Yo he tenido muchas pérdidas en mi vida, la pérdida de mis padres, de mis tíos, de mis      parejas por conflicto y tengo una gran necesidad de construir, quizá por eso en mis fotos los personajes son como pasajeros, en muy pocos casos miran la cámara. Siento que tengo muchas situaciones de vida, no resueltas. Hay mucho dolor, unos padres que sufrieron la guerra, huyeron de Rusia, de Alemania en la guerra franco prusiana, entonces, la historia de vida de mis padres y mis abuelos ha sido muy trágica, toda esa terrible pre-guerra; guerra y post guerra. Yo fui una vez a España tratando de encontrar la historia, los orígenes y fue tan terrible que cerré ese capítulo. Entre las últimas cosas que sufrió mi padre fue la guerra civil y eso es terrible, allí no sufren solo los soldados sufre todo el mundo. La gente habla muy a la ligera de posibilidades de guerra civil en nuestro país o en Latinoamérica y eso es terrible. Ojalá no lo tengamos que vivir nunca, porque yo viví las consecuencias de eso y del exilio, que aunque llegues a un país muy generoso siempre es muy duro. Todo ese cúmulo de situaciones que están adentro no sé en qué espacio, no sé si llamarlo el subconsciente, tienen la necesidad de encontrar imágenes que satisfagan las necesidades de esos monstros que están allí adentro y que no logran salir y allí la explicación de por qué soy un obsesivo buscador de imágenes, de recuerdos y de fabricar cosas sólidas. Quizá también de allí viene mi preocupación por crear cosas sólidas, que haya un imaginario sobre la historia de un país.
DEL ARTE A LA TÉCNICA O DE LA TÉCNICA AL ARTE
  • Ya tengo 41 años desde que ingresé en mi trabajo, como reportero gráfico de El Nacional. Pero desde el año 64 ya yo era fotógrafo de la cartelera del Club de Excursionistas del Liceo Andrés Bello. Ahí ya yo sabía a pesar de estudiar administración y economía en la Central que yo estaba atrapado por la fotografía. Yo estudiaba respondiendo a esas cosas clásicas de la familia, de un padre español que quería que sus hijos fueran profesionales dentro de las carreras tradicionales, pero dejé la administración y me dediqué a trabajar como fotógrafo hasta el día de hoy.
  • Toda esa experiencia da un bagaje que permite acercarse a las cosas de una forma distinta, hoy ¿cómo percibes la cámara digital, cuando tu formación y experiencia están soportadas en la cámara tradicional?
- Ninguna, en realidad ninguna. No entiendo la discusión tan fuerte sobre este tema. Yo pelee al principio pero fue una pelea generacional, por la dificultad con lo tecnológico, de entender una cantidad de mecanismos. Pero una vez que uno los entiende, te das cuenta que si existe un soporte, que en lugar de haber un acetato, una película, existe una tarjetica. Yo soy muy romántico en ese sentido. Yo disfrutaba mucho eso de acariciar el papel de fibra, la copia única que solamente la hace uno porque hay una cantidad de cosas que se confabulan en el laboratorio, desde la temperatura del laboratorio, la temperatura de los químicos, esa es una parte muy romántica que quizá la fotografía digital no tiene. Pero lo verdaderamente importante es la fotografía, la imagen, lo que se expresa, quizá hay una cierta perdida en la calidad tonal, en el blanco y negro, hay cosas que se están superando, la calidad de impresión es excelente.
- ¿Se puede crear una obra de arte en una milésima de segundo?
- Por supuesto que sí. La historia lo ha demostrado, lo que pasa es que se nos ve como los hijos pequeños del arte. El mismo hecho de que no sea una obra única, puesto que tiene capacidad de reproducirse, sufre riesgos de permanencia en el tiempo por los productos químicos, por la impresión; sin embargo; yo creo que la pintura también ha sufrido de eso. Todas son consideraciones que no deben tomarse en cuenta y hay que pensar que la fotografía es un medio comunicativo muy fuerte y sobre todo que si viene de ese aparato tan lógico y tan mecánico, hay un autor. Con todo el peso que tiene un autor. En este caso son los reporteros gráficos los que reciben mayores críticas porque son considerados solamente como los informantes de un suceso, pero lo cierto es que no deja de haber un autor ahí, o como sucede con los fotógrafos de deporte, que a veces no hacen una buena foto, porque no les gusta lo que están fotografiando. Yo tengo que reconocer que yo fui un fotógrafo privilegiado, porque trabajé en las páginas de cultura, donde hay un doble juego en la fotografía que uno hace de un artista. De hecho Vasco Szinetar quien fotografió mucho a los escritores, lograba intercambios de libros por fotos, eso quiere decir que el escritor consideraba que también estaba recibiendo una obra de arte
- ¿Y en esa experiencia de reportero gráfico, aunque haya sido en el área cultural, tuviste alguna experiencia que te haya marcado porque no se le diera a la fotografía su justo valor?
- Una vez me asignaron como fotógrafo de Juan Carlos Palenzuela, para una entrevista que iba a realizar a José Antonio Calcaño. Yo siempre que voy a tomar una fotografía, me gusta llegar mucho antes, para ver la luz, el lugar, comunicarme con los entrevistados para ver qué sucede y resulta que él me recibió muy mal, porque no le gustaba la fotografía, la consideraba totalmente innecesaria y me lo dijo. Para él era suficiente con la entrevista, yo le expliqué que para un diario como El Nacional era necesaria la fotografía. Yo me sentí tan incomodo que pensé: lo voy a fregar; creo que es la única vez que me ha ocurrido algo así. Preparé el escenario, moví sillas; puse sillas en fila muy solitarias porque el ya estaba bastante mayor y esperé el momento, donde estaba con la mirada baja, quizá en un momento de reflexión o porque no recordaba algo, sobre lo que le había preguntado el periodista y ahí tomé la foto, la cual salió terrible, muy dura, muy trágica, con una luz que le daba de lado en un gran contraste, la foto fue publicada por El Nacional y él se murió a las dos semanas.
ANCLADAS, LA VUELTA A LA MUJER
- ¿Por qué Ancladas, qué hallaste en ellas, qué estás sujetando allí?
- Esta exposición está formada por tres temas, niñas, mujeres y maniquíes, los créditos hay que dárselos a quien los debe tener y es Miriam Kasen, una poeta de Maracay junto a un médico psiquiatra Pedro Téllez, quienes en el momento en el que yo trabajaba en el Instituto de Altos Estudios de Medicina Arnaldo Gabaldón, viendo esos tres trabajos en mi pagina web decidieron que querían hacer una exposición y le pusieron ese nombre de Ancladas. Si bien en mi trabajo de toda la vida, la mujer ha estado siempre muy presente es con el comienzo de mi relación con Marisela Fuentes y con su mamá Esperanza Vera, una luchadora; ambas fuertemente luchadoras femeninas, cuando yo tomo conciencia que había trabajado siempre con la mujer, sin tener esa claridad de género como ellas me lo han enseñado. Yo he trabajado la mujer heroica del día a día, la del interior, la del trabajo duro. Así se arma esta reflexión de lo femenino, sobre esa utilización de la mujer en lo publicitario, utilizada para vender, con esa cosa tan ofensiva como es sobre todo la publicidad en licores donde al ser comparado el licor con una mujer, es utilizado y después desechado. Eso te da el símbolo de un cuerpo utilizado y desechado, cosa que me parece espantosa, sobre todo en un Siglo donde la mujer ha demostrado su participación tan activa, su inteligencia. De allí que hagamos referencia a ese anclaje que tiene todavía la mujer frente a una cantidad de estereotipos sociales
- Con esta exposición se ratifica también tu interés por el uso de lugares no convencionales…
- Si. Otra cosa importante es la utilización de los lugares alternativos, yo empecé a utilizar espacios no convencionales porque es muy difícil el tema de los lugares, el de las galerías donde hay una relación comercial que se hace muy difícil con la fotografía y además es la búsqueda de un público distinto, un público que no se espera ver una obra de arte, la gente siempre ve aun en los restaurantes las imágenes que están en la pared y después se van con lo que esas imágenes les dejan. Hoy en día hay muchos sitios incorporados a la muestra de fotografías; los sitios de paso son lugares ideales, porque así se disminuye eso que le pasa a la fotografía, cuando se asume como obra de arte, en un museo, donde se anquilosa un poco, en otro tipo de lugar las ves de una forma diferente. A mí me gusta mucho más este concepto.
- Con esta nueva muestra de Ancladas, se ratifica tu constante actividad, expones, publicas….
Sí, es que hay una angustia que me viene con la edad y es la pérdida. Sobre todo me afectó la perdida de muchos amigos fotógrafos, de Sebastián Garrido quien murió de manera extemporánea y otros muchos como Félix Molina, Luigi Scotto, Roberto Fontana, hay entonces archivos que se perdieron y eso me produce una angustia terrible y es por eso que estoy publicando lo más posible. Acaba de salir el libro “Mirando el tiempo que resiste”, porque el libro si queda, a veces con respaldo, a veces con financiamiento propio, la distribución la hacemos Marisela y yo, lo vendemos casi al costo con la idea de recuperar lo invertido para volver a publicar y cuento con mi pagina web www.alexisperezluna.com para entregarle mi fotografía al mundo



ENTRE LA POESIA Y LA OLA



Por: Inés Muñoz Aguirre
Después de subir 14 pisos por la escalera, de un retraso que ya rondaba los 40 minutos, Geraldine Gutiérrez nos disculpa con una sonrisa, mientras con su libro en la mano, se dispone a compartir con nosotros esa suerte de vaivén que la lleva entre Venezuela y Alemania, entre la poesía y las artes plásticas, entre el hoy y el mañana. Una venezolana que comienza a triunfar en Europa y que seguramente va abriendo camino para unos cuantos más. El premio otorgado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Ciudad Real, de España a su poemario “Con alma de Cine”, nos coloca frente a la poeta.
  • Háblame de tu poesía. ¿De cuáles son los temas que más te inquietan para abordarla?
  • La poesía es para mí como el movimiento de la calma. Es una fuerza continua que estaba allí. Es Algo inacabado pero con efecto de esencia. Es algo que siempre va fluyendo y tu tratas como de destilar lo esencial. Las formas tienen mucho que ver, el movimiento y la acción que genera emoción, una emoción que hay que llevar a una forma serena.
  • ¿Por qué escribir poesía?
  • Para crecer, para alimentarse, tiene que ver mucho con el crecimiento, con saber de qué      se trata todo. No estamos terminando nada, todo es un proceso, para saber que hay entre los espacios
  • ¿Aunque termines un poema, nunca está terminado?
  • Nunca, nunca. Es algo inacabado pero esencial. Si, tiene su esencia. Es una continuidad
  • ¿Cómo surge ese poemario el Premio?
  • Como que lo que empecé a escribir, después no tenía que ver con estos textos. En el 2006, me re-encuentro con Astrid Lander y cuando le mando este libro, me dice que se lo de para publicar y me dio mucho miedo, le dije que yo necesitaba re-leerlo. En ese tiempo yo estaba en España y me enteré de varios premios allí. Decidí mandarlo y después fue una sorpresa.
  • ¿Crees que el lenguaje que nos identifica como habitantes de espacios tan coloridos como los nuestros es de importancia en Europa y cómo crees que contrasta con sus colores?
  • Cuando yo gano este premio en España, el jurado me recibe y me dice, nosotros nos decíamos, esto tiene que ser del Trópico, nosotros sentíamos calor, escuchábamos perros ladrando, las mandarinas, esto no es europeo. Esto es posible, en el nuevo poemario me doy cuenta que tengo mucho color y el verde de aquí es algo que siempre me ha llamado la atención cuando regreso, porque es un permanente comienzo de primavera, porque es muy brillante, sobre todo el de las hojas de la uva de playa, el de los cambures. Ese verde se encuentra en Europa en el comienzo de la primavera pero después es un verde mate, oscuro. La primavera europea es bellísima, las flores, es un mundo de colores, aunque después la mayoría son nublados
  • Bueno, son estaciones, mientras que nosotros vivimos en una especie de eternización del verano. ¿Qué hay en Caracas que te amarra?
  • - Mi familia está aquí, mis amigos, mi ciudad y todo esto, llenarte un poco también de lo que te formó. Quizá el desorden, en el que tu encuentras de alguna manera una forma. Y eso es precisamente el arte, el caos con una forma, porque la forma la haces tú. Tu mismo creas todo, como funciona la ciudad. Claro hay momentos en que la ciudad te impone un ritmo, pero está en ti hacer funcionar eso
  • ¿ Cómo influye en ti ese desorden, te ayuda, te ordena, te inspira?
  • Estos poemas, por ejemplo, los de “Con alma de Cine”, nacieron aquí porque fue en 1994, cuando los empecé a escribir y en el 2000 los termino. Tenía claro que como vengo siempre, me gusta observar y cuando regresas y vuelves a ver lo mismo, observas que todo funciona. De alguna manera la gente encuentra sus espacios.
  • ¿ Es algo que está presente en lo que haces?
  • No, creo que muy poco. Claro hay otro tipo de desorden que siempre viene porque el caos lo llevamos todos, no precisamente el de la ciudad, porque donde yo vivo es una ciudad más tranquila.
  • ¿Quiere decir que la ciudad donde vives ha logrado imponerse?
  • Si, si, esa calma te lleva hacia ti, de nuevo. Es otra manera de ver, porque también allá hay cierto caos, pero la ciudad es tranquila porque estás muy en contacto con la naturaleza, caminas. Yo ando en bicicleta, voy a la universidad, al museo en bicicleta. Eso te infunde un respeto, un respeto hacia la naturaleza. Yo paso todos los días un río, pero aquí tienes la montaña, ves esa línea bellísima. Este valle que es tan grande.
  • ¿Por qué Alemania?
  • Por el amor, mi esposo trabajaba aquí en Venezuela. Aquí nos conocimos y luego tuvo que regresar. Estoy en Heidelberg a solo una hora de Frankfurt, allí está la universidad más antigua de Alemania que es la Universidad de Heidelberg , muy conocida por la parte humanista y la medicina. Allí estuvo parte del movimiento romántico alemán con Goethe y Brentano. Hegel el filósofo dio clases allí.
  • ¿Cuando llegas allá, a un mundo tan distinto como ese, sientes que ese cambio te impacta en la forma de escribir?
  • No, cuando llego allá necesito escribir, porque empiezo a estudiar el alemán. Necesito ese dialogo también. Yo soy odontólogo y empecé en realidad a revalidar mi carrera allá, lo hice, pero paralelamente empecé a estudiar en la universidad para aprender el alemán y me fui metiendo. Empecé a estudiar filología que es como letras y sociología; y llegó un momento en el que tuve que decidir.
  • ¿Cómo estás escribiendo en la actualidad, en español o en alemán?
  • Ahora tengo un libro inédito que está en español y lo empecé a escribir entre el 2004 y 2005, pero lo estoy traduciendo. Yo misma estoy haciendo la traducción de las poesías. A veces noto, aunque no en todas, que hay una construcción que me es muy fácil traducirlas, porque es como que si las construyera pensando en alemán. Esta anotación  me la hizo mi esposo, yo no me di cuenta.
  • ¿Cambia el sentimiento?
  • ¿Lo que quiero decir? Hay algunas imágenes que sí se pierden o se transforman. Vienen siendo otra cosa, o como dicen son versiones, pero que también son válidas. Yo estoy también haciendo trabajo de traducción de cuatro poetas alemanas del 45, que pienso que van a llegar aquí, porque estamos en el mismo tiempo, con imágenes y palabras.
  • ¿Cómo te confrontas con tu trabajo?
  • Es esencial, sobre todo escuchar tus poemas leídos. Es importantísimo saber qué le llega a la otra persona. La confrontación es muy sana, es necesaria. Me encanta saber que emociones despiertas, si te gusta no te gusta, o cuando la gente te dice ¿Qué me quieres decir? Eso también es válido.
  • Cuando alguien te dice, no me gusta ¿Cuál es tu reacción?
  • Yo pienso que eso son estados de ánimo, de alguna manera hay algo allí que a esa persona no le gusta, como es algo muy ajeno a mí, lo respeto.
  • A partir de un comentario, ¿Te has planteado retomar el trabajo en algún momento?
  • Si, los vuelvo a leer, los vuelvo a trabajar. Esos poemas de “Con Alma de Cine” los trabajé muchísimo. Mi esposo me decía. ¿Lo volviste a cambiar? Pero es así, es ese movimiento que tu captas y luego empiezas a notar que te vas alejando de ese poema y eso es también importante. Esa distancia que se toma y te lo hace ver más objetivo, ya no tan cerca.
  • ¿Por qué poesía y no narrativa?
  • Bueno, si supieras que no tengo nada en contra de la narrativa: es como que a uno le dan ganas de contar todo, hasta el punto y la coma, llenar espacios, pero en estos momentos, es algo como que necesito la musicalidad del poema, aunque no descarto que en algún momento escriba algo de narrativa.
SOBRE LA OLA
Y así hicimos un alto en el tema de la poesía, Geraldine nos muestra el otro rostro de su mundo creativo, no hay duda de que sus estudios en Alemania la ponen al frente de los nuevos retos que ahora delinean su transitar. Su tesis de grado convertida en un hecho práctico convoca a más de 9 mil espectadores a presenciar una gran exposición en torno al tema de la ola, en la que no sólo sienta las bases a través de su trabajo teórico, sino que se enfrenta a la misma como curadora y hasta como madre protectora, ya que durante el tiempo que duró la exposición jamás dejó de asistir al Museo de Heidelberg, recinto acogedor de su experiencia. Habla sobre esta vivencia llena de verdadera pasión, mientras nos pasea por su logro, página tras página de un maravilloso catalogo que nos permite ver una a una las obras expuestas
  • ¿Cómo explicas, el concepto inicial de esta exposición?
  • Se trata de representar la ola como símbolo y ornamento en el arte y la literatura. Esta ola que vemos que son dos fuerzas contrarias que chocan la una contra la otra, y en el momento en que se juntan se forma la ola y luego se deshacen y vuelve a nacer, porque la ola nunca deja de ser, ahí tienes el caos en forma, en movimiento.
  • ¿Cómo surge esta nueva experiencia?
  • Esta experiencia es un regalo de Dios, digo yo, y la gente del Museo me decía, no, eso es rendimiento. Yo hice el magister en Filología y sociología y luego comencé a hacer el doctorado con el tema de la ola. Mi primer tema fue la literatura clásica alemana y luego empiezo esto que tiene que ver con ornamento, en el arte y en la literatura. Mi tutor de tesis conoce al director del Museo de Heidelberg, un museo estatal y conversando con él, le comenta que está corrigiendo una tesis de doctorado sobre este tema y el director del Museo dice, este es maravilloso para una exposición. Nos reunimos, la emoción fue muy grande, había que hacer una especie de oferta y yo no tenía ni idea de cómo hacer la curaduría de esta exposición. Hicimos el concepto inicial. ¿Cómo vamos a representar la ola desde el Siglo XVII? queríamos empezar desde el Barroco, más atrás, pero era muy extenso y los medios no nos daban, aparte de que eran sólo 500 metros cuadrados y un presupuesto reducido de 50 mil euros para todas estas cosas de transporte, que es carísimo, seguros, etc. Empezamos en el Siglo XVII, por supuesto, donde tienes pintores claves, como los pintores holandeses, luego los impresionistas. Hacíamos la parte de artes plásticas y la de fotografía para hablarle a los dos públicos. Hay un público que va hacia lo dinámico y otro público más conservador. Abordamos también el tema de la mitología y la ola.
  • Seleccionado el tema y los espacios que debía tocar, ¿Qué vino después?
  • Empezamos a mandar e-mails, cartas. Mi base es que yo tenía el cocimiento de lo que quería y comenzamos a negociar con los directores de los Museos, con los curadores. Hay que saber lo que significa por ejemplo, pedir un Paul Klee, ante lo que había que responder de qué se trata, por qué, cómo, pero ese era mi fuerte y todos eran muy receptivos. El trabajo con la gente del museo, con los restauradores fue muy profesional. 
  • ¿Que despertó mayor interés de la exposición?
  • Lo interesante y elogiado de la exposición es que en Europa se hacen muchas retrospectivas y la gente está como agotada, porque no hay nada focalizado a un tema. El eje que unía a los pintores que nosotros mostramos fue precisamente el tema, esa diversidad generó otro movimiento. Además teníamos citas para iniciar cada uno de los planteamientos que nos introducía a esa revisión histórica, porque pasamos por el impresionismo, el expresionismo, la mitología, buscamos acentuar lo que se ha perdido por la falta de relación del hombre con la fantasía, vimos el paso del realismo, impresionismo, abstracción.
  • ¿Cómo se realizó la selección?
  • Tienes el concepto establecido y te estás formando una idea. Seleccionas las obras que responden al concepto y comienzas a hacer la solicitud. Los museos se toman su tiempo para revisar si te prestan o no las obras. Los restauradores son los que deciden. Nos pasó mucho que los directores decían sí y a los tres meses recibíamos cartas en la que los restauradores te decían que esa obra no podía salir del museo. Entonces tenía que volver a estructurar. Lo importante es tener un marco en el que tu sepas como lo sustituyes. Es un trabajo con mucha memoria.
  • ¿ En cuánto tiempo se realizó ese trabajo?
  • Empezamos el trabajo en el verano del 2006 y la exposición se abría el 5 de octubre del      2008. Esas son fechas inalterables. Nosotros cerramos el 11 de enero porque venía ya otra exposición. Las obras llegaron una semana antes, fue una verdadera angustia. El Naufrago que era la obra que venía de Francia nos llego un miércoles y el viernes no se trabajaba en Alemania porque era feriado. Había que montar todo antes del jueves a las 6 y 30 de la tarde, porque el sábado estaba cerrado y el domingo abríamos
  • Hay distintas visiones frente a un trabajo como este, la de los compañeros de trabajo, el de los artistas, el público en general y la crítica. ¿Cómo fue la reacción de cada uno de estos sectores?
  • En el equipo curador estábamos el director del museo, mi tutor y yo. Mi tutor solo está en verano en Heidelberg, pero estábamos en comunicación constante entre dos temas mi doctorado y el trabajo de la curaduría. El director del Museo, me dio mucha libertad y con ello una responsabilidad muy grande. Yo hacía sola las negociaciones, al final toda la cosa formal la hacía él, pero el contacto y el seguimiento lo hacía yo. Fue algo además con mucho respaldo y con mucha alegría por parte del equipo, yo veía como se emocionaban cuando llegaban las fotos, ese es un proceso que tienes que realizar directamente con los museos, que te autoricen, te den los derechos. Cada paso lo celebrábamos tanto. El equipo realmente excelente, trabajé con dos restauradoras la de la parte gráfica y la de la parte oleo. Muy profesionales, ellas son las que reciben las obras y hacen el protocolo de cómo se recibieron, es un trabajo muy delicado y muy rápido, porque recibimos 84 objetos en tres días. El esquema del montaje lo hicimos unas cuatro veces, así que cuando las obras llegan, ya tu sabes dónde van.
  • ¿Cómo describirías al público?
  • Muy interesante. Es muy observador, analítico. Yo me daba cuenta en las visitas guiadas, tuve que hacer muchas y buscas como acercarlos más. Yo describía la obra y cierta anécdota sobre ella, o sobre el artista. En la parte moderna expresaban todo, se producía la conversación a través del arte. Algo interesante es que la exposición fue muy visitada por físicos y médicos, claro, por el tema de la onda, la ola… Después que ese público tan crítico se desbordaba costaba pararlo. Las visitas guiadas eran de 45 minutos y tardaban 2 horas. Al final siempre venía la pregunta de donde yo era.
  • ¿Y los críticos?
  • Bueno, todos los periódicos de la región escribieron e hicieron alusión al hecho de que es primera vez que un doctorado se lleva a la práctica. Resaltaron que yo fuera venezolana y la forma de abordar el tema, que no es lo habitual.
  • Ahora, ¿A dónde vas?
  • Ya tengo otro tema, el director del museo está muy interesado. La idea se está madurando, es un tema bellísimo y por supuesto, me gustaría hacer una exposición aquí. Estoy armando en este momento una exposición de un venezolano que no es conocido, pero sé que va a despertar muchísimo interés
  • Entonces, vas camino hacia la curaduría…
  • Si, pero si hay algo que me interesa es la comunicación entre arte y literatura. No es que      la una necesite de la otra, pero las dos pueden vivir allí








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