Hablar del teatro TILINGO en Caracas es remitirse a un buen teatro infantil. Un teatro hecho para niñas y niños de alta calidad, o por lo menos, eso fue hasta los años noventa del pasado siglo XX. Este grupo que fue dirigido por la Sra. Clara Rosa Otero, quien además era la principal accionista del diario venezolano EL NACIONAL, funciona (aba) en plena avenida Andrés Bello dentro del parque Arístides Rojas. Por su elenco pasaron actores, actrices, diseñadores quienes marcaron pauta dentro de la escena nacional y que ahora, lamentablemente, por la nefasta costumbre que tenemos los venezolanos de borrar nuestra historia, han sido sepultados en uno ignominioso olvido.
Unos de los creadores que pasaron por las filas del TILINGO fueron los chilenos Oscar Figueroa y Rocío Rovira, con quienes tuve el honor de haber trabajado en su grupo TEATRO Y MIMOS DE VENEZUELA, justo con ellos tuve una entrevista, o más que entrevista, un reencuentro en días pasados para dialogar sobre el teatro infantil en Caracas.
Rocío Rovira, esposa por más de 20 años de Oscar Figueroa, llega a Venezuela de una manera particular, ella formaba parte del elenco de la compañía LOS MIMOS DE NOSBANDER de Chile que fue invitada a participar en el PRIMER FESTIVAL DE TEATRO EN VENEZUELA; estando en Caracas, se sucede el golpe militar dado a Salvador Allende Gossens por el general de ala derechista Augusto Pinochet. Sucedió el 11 de septiembre de 1973. Como es de suponer, el grupo chileno no pudo regresar, dado que una de las primeras medidas tomadas por el golpista fue la de cerrar por más de un mes todos los aeropuertos del hermano país sureño.
Ella cuenta que fue toda una experiencia lo sucedido en ese año. La primera prioridad era establecerse y trabajar en Venezuela. Aquí aparece su “ángel guardián”, como ella define a María Teresa Castillo (venezolana activista del movimiento antigomecista denominado Generación del 28; fundó la Agrupación Cultural Femenina y luego la Asociación Venezolana de Mujeres. Gracias a su amistad con Antonia e Inocente Palacios, se incorporó de muy joven al Orfeón Lamas y supo de reuniones contra la dictadura de Juan Vicente Gómez y esposa del escritor venezolano Miguel Otero Silva), quien se encargó de ellos, ubicándolos en casas de sus amistades hasta que todo pasara. Pero la cosa no fue así. Rocío Rovira junto con su esposo, se incorporaron al teatro TILINGO, gracias a Clara Rosa Otero, quien los conocía desde Chile y sabía acerca del talento y la profesionalidad de ellos. La historia de Rocío Rovira y Oscar Figueroa había cambiado.
El teatro TILINGO siempre se caracterizó por llevar a escena los dramaturgos y escritores más reconocidos por la academia occidental. Entre los autores montados están: Miguel de Cervantes, Valle Inclán, Moliere, Shakespeare, Gabriel García Márquez, Juan Carlos Gené, Jorge Díaz.
La primera obra en donde participa Oscar Figueroa como actor fue en el mito maya-quiché POPOL VUH con estética y vestuario del desaparecido Elías Martinello. Este montaje obtuvo las mejores críticas nacionales e internacionales. Por su parte, la primera obra en donde Rocío Rovira participa como actriz se llamó LA PRINCESA PANCHITA del autor Jaime Silva. Dirección: Oscar Figueroa, música: Luis Advis, vestuario y escenografía: Elías Martinello, elenco: Oscar Figueroa, Rocío Rovira, Jesús Maza Fuentes, Mirta Borges, Ivonne Hernández, Gladys Pacheco (+), Edgar Sosa, Frank De Carip (+) y Luis Alberto Carrero.
El teatro TILINGO fue uno de los pocos teatros de Latinoamérica con contar con una infraestructura propia, un elenco estable, un equipo técnico y un periódico como El Nacional que los respaldara.
Hacia los años ochenta el gobierno venezolano de la época convoca a un concurso para todos los pueblos de habla hispana para incentivar a los autores a escribir dramaturgia dedicadas a la infancia. El premio consistía en la cantidad de 3000 dólares el montaje y 10 días de presentación. Esta primera edición la gana el autor nacido en Argentino y criado en Chile Jorge Díaz con su texto EL IMPERIO DEL HUMO, una obra de corte ecologista. La dirección estuvo a cargo de Oscar Figueroa, el vestuario de Elías Martinello. El montaje se realizó en el Teatro Municipal de Caracas.
Rocío Rovira dura siete años en el elenco estable del teatro TILINGO, mientras que su esposo Oscar Figueroa duró dieciocho años. La última obra en donde participó Rocío Rovira fue LA FANTÁSTICA ISLA DE LOS CASI ANIMALES de Jaime Silva con su personaje LIEBRELULA. Esta obra fue presentada en el teatro LUIS PERAZA porque el TILINGO se encontraba en remodelación. Aquí el director fue Oscar Figueroa, vestuario de Rocío Rovira, realización de vestuario: Gladys Pacheco, escenografía: Patricia del Campo, musicalización Jairo Gómez. El elenco estuvo compuesto por: Frank De Carip (+), Gustavo Lainete, Oscar Figueroa, Gladys Pacheco (+), Edgar Sosa, Mirta Borges, Luis Alberto Carrero y Denisse Latorraca (+).
El teatro ubicado en la avenida Andrés Bello de Caracas no sólo montó obras para niños, uno de sus montajes para adultos fue LOS CÓMICOS IMPROVISADOS una adaptación de Clara Rosa Otero de la obra de Shakespeare SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO.
En el TILINGO existieron tres directores de la planta fija del teatro TILINGO: Clara Rosa Otero, Pedro Riera y Oscar Figueroa. Entre sus actores estaban: Rocío Rovira, Gladys Pacheco, Maza Fuentes, Frank De Carip, Denisse Latorraca, Mirta Borges. Entre sus diseñadores estuvo Elías Martinello. Todo esto antes de la desaparición física de su directora Clara Rosa Otero. Luego el teatro fue dirigido por Eli Berti y Vicente Albarracín, pero esta es otra parte de la historia del teatro TILINGO.
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