Edgar Vidaurre y su Diosa Blanca

 
En la época de los Médicis, en la Florencia del renacimiento, la figura del mecenas fue de vital importancia para apoyar al artista. El arte, movido en principio por lo espiritual, inevitablemente contrae una cuota de manutención económica. Así, la poesía por no considerarse rentable, necesita por excelencia del mecenazgo.
A este respecto, es admirable la labor que hacen los promotores de la poesía. Edgar Vidaurre, como editor del Fondo Editorial Diosa Blanca, apuesta por publicar sólo poesía, y en cuanto al aspecto editorial, funge como un mecenas florentino del siglo XXI.
Recordemos el origen del nombre diosa blanca, “la hermana del espejismo y del eco”, referencia tomada del libro La diosa blanca de Robert Graves, donde podemos constatar su advocación hacia la mujer como todopoderosa creadora, dadora de vida. Este término es atribuido a la explicación del mito poético celta, en relación a lo eterno femenino. Justamente, la poesía tiene como tributo rendirle homenaje a la madre Tierra, a la luna, a la musa femenina.
Atinado también es el símbolo que identifica a la editorial, el logo de un frondoso árbol verde, que procura la sombra del descanso luminoso. El árbol, como primera epifanía de lo femenino sagrado. Tanto en la cultura celta, como en las tradiciones religiosas sumerias, babilónicas, judías, el árbol es representado como símbolo de la naturaleza y proceso trasformador.
Vidaurre ha editado desde la fundación del Fondo Editorial Diosa Blanca, en 1993, un nutrido catálogo poético, que incluye preferentemente poesía escrita por mujeres, sobre todo, las obras maestras de Elizabeth Schön, la diosa blanca por excelencia, de las cuales ha publicado: Aún el que no llega; El barco, la flor y el alma; El río hondo aquí; Ráfagas del establo; El alma y los espacios; Coronas secretas de los cielos; La granja bella de la casa; La huella que alumbra; Visiones extraordinarias. También saldrán a circulación las obras póstumas: El Cigarrón, y El Cuerpo.
Del poeta Alfredo Silva Estrada, quedan sus magistrales traducciones: En el calor vacante de André du Bouchet; Raíz abierta de Philippe Jones; Lo muy quemado del árbol de Adonis. También hallamos una traducción de textos de Rainer Maria Rilke, en el libro que la traductora Coromoto Livinall tituló La historia de María.

Aplaudo la riqueza espiritual de esta editorial, que tiene entre sus títulos publicados: Corderos; Imágenes; Tapices; Hestía, y su último poemario, Más allá del silencio, de nuestra recordada Ruth Vidaurre. El haiku en los poemarios: El umbral de los geranios de Maite Ayala y La flor de los cerezos de Rosa Melo; el video-poemario Hotel de Mariela Casal; los aforismos en La llama incesante de Carmen Cristina Wolf. Está también publicado bajo este sello, un libro mío: Antología de versos de poetisas venezolanas, en el cual seleccioné a cien poetas, para el montaje de un poema único de cien versos.

Los caballeros poetas: Luis Belmonte, con su poemario Papeles del extraviado, y Aladar Temeshy, con sus poemarios: Líneas largas; Cantata profana; Probando el tiempo; Libro de la decepciones; Viajes en la noche.

Es importante mencionar las ilustraciones que el artista plástico Oscar Jöstrand entrega a estas ediciones.

El fondo editorial Diosa Blanca, avalado por Elizabeth Schön, Ida Gramcko, Alfredo Silva Estrada y Sonia Sanoja, cual cuatro columnas, son su base espiritual.

Mas, el pilar que sostiene esta editorial, es el hombre sensible, poeta, músico maestro Edgar Vidaurre, de quien les nombro, como semblanza, sus poemarios: La resurrección de los frutos (Mención de Honor en la Bienal de Poesía Mística Antonio Rielo, en España, 1994); La fugitiva (Premio Bienal José Rafael Pocaterra, en 1996); El lugar más sosegado de la tierra (Mención de Honor en la Bienal Municipal de Literatura Augusto Padrón, 1997). Estamos en ávida espera de la publicación de sus dos poemarios inéditos, de un tono altamente místico: Panayía, y El lamento de Ariadna. Como traductor de poesía, publica, entre otros, la poesía de Robert Graves, los sonetos de Miguel Ángel, las cartas de Bettina Brentano y dos recopilatorios de voces femeninas de Italia y Grecia. Los ensayos Imágenes olvidadas; La flor y el presente; Crónicas de la luz; también expresan la sagrada reflexión poética y simbólica de Edgar Vidaurre.

Astrid Lander

autoresvenezolanos@gmail.com

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