Desde el Hatillo se va al centro de la tierra

Por Bruno Mateo
En la nueva sala TEATREX, ubicada en el piso 5 del Centro Comercial el Hatillo –en el pueblo turístico cercano a Caracas del mismo nombre- se está presentado el montaje para niñas VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA.
La función que presencié fue la del día sábado 21.06.2009 a las 4.30 pm (en realidad comenzó a las 5 pm). La sala no es nada novedosa, excepto por su recién apertura, estilo a la italiana, los jóvenes anfitriones, todos con rasgos ancestrales europeos, con uniformes que unifican la estética de la entrada, atienden con gusto al público. Yo no pagué el precio del ticket, porque fui invitado por la producción, sin embargo tengo entendido que las entradas son las más costosas del “mercado teatral”.
El montaje está ubicado hacia finales del siglo XIX, la novela data de 1864. Los vestuarios y la escenografía nos remiten a esos años. El acabado de la escenografía es bastante fino y armónico a la vista. Los elementos juegan entre el realismo y la fantasía propia de los niños y niñas, por ejemplo, la biblioteca no es horizontal, sino con cierto ángulo de caída. La escenografía es interesante y bien realizada. La música original de Abiram Brizuela es agradable y de muy buen gusto –es de acotar que este joven de 24 años fue ganador del PREMIO MUNICIPAL DE TEATRO 2008 a la mejor música original por la obra “Cuentos de guerra para dormir en paz” de Karim Valecillos-Las atmósferas de las distintas escenas se dan gracias a la iluminación y a la música de Brizuela. Por cierto, en esta función, la iluminación estuvo significativamente deficiente. A mi modo de ver, la dirección jugó inteligentemente con la recreación de los distintos momentos del discurso escénico. El montaje logró hacernos creer-dentro del maravilloso poder de la imaginación- que realmente viajamos al fondo de la tierra.
En cuanto a las actuaciones; el actor Gabriel Blanco que interpreta a Axel estuvo delicadamente excelente, ¿por qué? Su actuación la marcó una técnica impecable: él veía y oía los parlamentos propios y de sus compañeros (as), luego los procesaba, los internalizaba y finalmente los traducía en acciones físicas y elocuciones verbales. Vayan mis felicitaciones por tan fina ejecución. El actor Reinaldo Rivas hace gala de su veteranía en el escenario. No hubo detalle que se le escapara. Excelente dicción, proyección, modulación al decir sus líneas. Nos dio la impresión y configuró al excéntrico tío Profesor Lidenbrock, y aún en los momentos más dramáticos como la muerte de su “sobrino” Axel –momento climático del montaje- no abandonó su concepción del personaje. Hans, interpretado por Eliseo Pereira, fue el consentido de los niños y niñas. Un personaje simpático. Incapaz de hablar español correctamente. Frases cortas pegajosas, ejemplo de ellas: “peño” (que significaba pequeño). Hans gustó entre los niños y niñas. No hay nada más que argumentar. Los chiquitos (as) ya dieron su veredicto. Las actuaciones de las féminas, considero que estuvieron un tanto desdibujadas. La voz cantada de Vera Linares en “Sara” es sonora y de buena calidad. Patrizia Fusco con su personaje Marta logró en algunos momentos –como su “entrada” en la acción dramática- brillar, no obstante, se perdió en el desarrollo de la pieza. Una acotación especial se merece Roy Lorenzo con su personaje el profesor Fridiksson. Gracioso. Técnicamente muy elaborado. Empatía con el público. Una expresión corporal bien lograda y equilibrada. Felicitaciones.
La obra introdujo el elemento de la muerte -que aunque no es la primera vez que se hace en un montaje para niños- es importante acotarlo. En esta obra no se ven hadas, duendes, princesas, príncipes, muy por el contario; hay científicos y unos muchachos normales como de esos que vemos por cualquier lugar. Creo, y es mi deseo, que esta pieza puede ir asomándonos un nuevo teatro para niños alejado de las plumas y lentejuelas característica básica de nuestros montajes para el público infantil.
El director Brizuela jugó de una manera aséptica el primer amor entre un jovencito (Alex) y una adolescente (Sara). La escena tuvo una carga romántica y sensual sin excederse en un voyeurismo farandulero. La puesta en escena traspasó los límites del escenario a la italiana. Hubo escenas que se realizaron entre el público, lo que dinamizó el desarrollo del montaje y propició el intercambio personajes-audiencia.
La producción de Greisis Leal es impecable. Se nota y se siente profesional. Es un montaje realmente delicioso. Es para ser visto con gusto. La hora y media de duración, para mí, fue muy grata. Recomiendo altamente este montaje.

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