LA ANTÍTESIS DE UNA METAFORA

UNA LECTURA DE LA NOVELA GANADORA DEL PREMIO IBEROAMERICANO DE LITERATURA  ARTURO USLAR PIETRI.

Por: Lidia Salas.

Poeta y crítico.  Magister de Literatura Venezolana de la Universidad Central de Venezuela.

Devoré las 173 páginas de Blue Label / Etiqueta azul de Eduardo J. Sánchez Rugeles  (Editorial CEC,  S.A. LOS  LIBROS DE EL NACIONAL. Caracas, 2010)  motivada por la empatía que me causaron las palabras de su autor  al recibir el Premio Iberoamericano de Literatura Arturo Uslar Pietri.

Su emotiva reflexión desnudó una bitácora de fracasos y de  mitos, en los cuales los venezolanos, como en el sino trágico de Sísifo, hemos  recorrido una y otra vez a lo largo de nuestra experiencia como país. Venezuela regresa en un nuevo milenio a etapas nacionales y universales superadas, al caudillismo,  a las montoneras del siglo XIX y las teorías comunistas fracasadas del siglo XX. A pesar de su mirada pesimista y desesperanzada, ésta no estuvo exenta de poesía, ni de visión de futuro.  La escritura como balsa donde sobrevivir en el turbulento oleaje del país, es el sueño que asume no sólo el novel narrador,  sino Eugenia Blanc, la protagonista de sus páginas.

Es memorable el retrato que se hace de esta joven de clase media caraqueña, ignorante hasta de los músicos populares de años anteriores. No sabe, por ejemplo quién es Bob Marley. La manera desenfadada y auténtica con la cual muestra sus limitaciones  y su confusión, es  uno de los logros en la escritura de la novela. Ella expresa un desencuentro con su madre y un desprecio por el padre, que va más allá del deseo parricida de toda nueva generación. Fotografía de manera lateral el fracaso del pasado que le antecede y las huellas de una tragedia familiar.  En el fondo, la línea que devela la miseria de un país que no encuentra el camino de  una realización digna y exitosa. Eugenia asume la memoria de su  infierno personal como Bob Dylan en la  canción,  Visiones de Johana,  tema recurrente que acompañará a los personajes en el viaje, motivo de esta novela.

 La memoria, no sólo se constituye en estas páginas como ejercicio de catarsis, sino como      testimonio   del   sentimiento de amor / odio  a  las  raíces  familiares,  culturales y  geográficas. Testimonio conmovedor de un grupo de jóvenes, en la voz de la protagonista  quien como miles y miles de venezolanos de segunda y tercera generación, busca desesperadamente a un abuelo francés, a quien no recuerda, como puente para poder largarse del país. Esta huída es la única certeza que tiene en una tierra que nada le ofrece.  La confusión, la promiscuidad sexual,  la vulgaridad de una jerga que aísla porque carece de mensaje, la mediocridad de  vidas ordinarias  expresadas   en  el  habla propia   de   jóvenes  estudiantes de bachillerato, logran una dimensión universal al retratar los  conflictos de una época. Testimonio que expresa  una ´hermosa dimensión humana en el miedo de amar. En el dolor de ese ejercicio de vivir día a día.  En la búsqueda de experiencias interesantes que den algún significado a la sinrazón de la existencia. En la presencia de la muerte con su oscura carga,  frente a los sueños irrenunciables del ser humano.

El amor, la amistad y la música  son elementos que emergen en la existencia patética de algunos personajes. El tratamiento en el lenguaje, como se dijo anteriormente, del habla de los adolescentes,  confiere autenticidad al universo deprimente y caótico que se describe.

La presencia de la música, de los cantantes que se nombran como los verdaderos profetas de estos tiempos, constituye una sordina, una especie de  meta texto. En ellos,  la droga, el sexo, los adelantos tecnológicos, son las rocas únicas, donde los adolescentes tratan de  manera desesperada, de asirse en  la nada existencial que los rodea.

Desde el título, Etiqueta azul,  se propone la metáfora en su simbología de status.   Venezuela es una sociedad que ha expresado el bienestar económico no en la repartición equitativa de una calidad de vida para todos, sino por el lujo desmedido del grupo que rodea a quienes detentan el poder. Si en el pasado, el país se constituyó en uno de los mayores consumidores del  Whiskey de 12 años, en la actual “revolución” el Blue Lavel, las Hummers, los Audis, y las camionetas explorer son los signos de los nuevos tiempos, como se aprecia en la siguiente cita:  “ …el tío Germán, que   aún no se había retirado de la  sala, dio una vuelta brusca….  ¡Buchanas´s! …Aquí en esta casa no tomamos  esa mierda, aquí se bebe Etiqueta Azul”.   Sin embargo,  la  narradora  en  un  guiño  de  humor    y   de  autenticidad  retrata la chabacanería de tales personajes en antítesis con  la marca que denota prestigio.  Chabacanería que de manera valiente encara el memorable personaje    de

Luis  Tévez cuando responde a la afirmación del tío Germán quien le dice: “mire Luis, espero que le quede claro  que en esta casa estamos con la Revolución.”   Entonces, el sobrino le responde “Quédate tranquilo,  tío, tengo muy claro  que este país está en manos de la chusma.” Después de explicarle la retórica paródica del programa de la televisión, se le planta al frente y haciéndole trompetillas se burla de su poder económico y político:  “chusma, chusma, chusma”.

La lectura de estos capítulos, nombrados por las diferentes referencias geográficas que cruzan los jóvenes en un desvencijado Fiorino, ofrece los sinsabores, los desencuentros, los personajes y el paisaje que hacen de un viaje por carretera,  la odisea moderna de quienes andan en busca de personas, no de lugares.  Lauren, el abuelo, Lauro, el poeta. Los antihéroes carecen de Dioses que les permitan el éxito de su empeño.  La referencia de esta escritura señala las novelas  americanas de los sesenta.

Esta es la primera obra publicada de  Eduardo Sánchez Rugeles.  La estructura de la narración, la conformación física y psicológica de los personajes con ese algo de torpe humanidad, el uso del habla real de los adolescentes venezolanos son indicios de una escritura con talento y oficio.  En buena hora el Premio Iberoamericano de Literatura Arturo Uslar Pietri,  escogió este título para iniciar una saga, que esperamos en lo individual e institucional, puedan iluminar  “la sombría perspectiva” de nuestro momento histórico.