Poesía


Poemario HOTEL de MARIELA CASAL .
Editorial Diosa Blanca. Caracas, 2008



En el “Hotel” de Mariela Casal podemos alojarnos poéticamente en una suite “de adentro hacia dentro”.
Podemos reposar y escuchar a la poeta que nos susurra: “yo me quedo en tu cabello / tu cabello de almohada”.
O remontarnos a 1800, cuando Humboldt hizo su expedición al Ávila, al pie de este hotel, desde donde “Galipán es púrpura”.
Mariela Casal, poeta solar, es quien anima a la luminosidad, la luz después del túnel, “sal del túnel / llego”. Llega y nos hace ver más, el colorido de la luz, “esa rama es más verde porque es más lejos”. Y nos acerca más a una luz que transparenta y devela “fuentes que nos desnudarán / a plena luz / como a una flor”. Y aún más, a la luz que viene de la oscuridad, la que se prende y apaga en el Hotel: “Paco, / enciende los catorce pisos / de luciérnagas la noche se escucha / Paco, / apaga los catorce pisos / mi amor, se fue esta mañana”.
“Hotel” es un poemario que en efecto sigue la luz y nos lleva a la fe en el amor: “-he allí una mujer feliz-”
Para escalar esa luz, para arribar al amor, es preciso atender a lo que dice la poeta: “el corazón es acróbata / de un hotel altíííííííííísimo y solo / de un altíííííííííísimo camino / de la luz, su cuerpo y cobijo / de soñar, ascender, sí”.
En este “Hotel” donde “habitar / es un ritual de amor”, Mariela Casal nos sensibiliza ante un símbolo de nuestra ciudad, abandonado, en desuso, en ruinas, “escarchada ruina”, un gran hotel de bar de caoba, arquitectura detallada, columnas de mármol, “la torre de mármol crispea su esplendor / en el vacío / estalla con su fragmento”. Nos queda el recuerdo, “vieron nuestro amor aletear en el polvo, / y es que fuimos tan grandes”. Nos deja el consuelo “mi cama es una ruina de arrecifes dorados / y más / se escucha el mar”.
Más allá de los balcones, de los catorce pisos del edificio, de la presencia constante con que se erige este hotel que aparece y desaparece, jugando con la niebla a ser fantasma, entonces lo miramos como la poeta lo mira: “águilas blancas / hotel velo de novia / nube de hotel / hotel pasa”.
Este libro además tiene la particularidad de aplicar efectos plásticos que ambientan el poemario, en primer instante, visualizamos que los poemas están caligrafiados, con los versos dispuestos como pentagramas, en el que pareciera leerse una música de fondo y tiene otra particularidad, la de poseer un video-poesía homónimo, en el cual las imágenes del Hotel Humboldt complementan la poesía del poemario, así, a la vez que oímos en voz queda a la poeta, vemos con su cámara poética, en plano secuencia, cuando sube estos catorce pisos “catorce pisos y un pedazo de sus ojos” e intenta abrir puertas clausuradas, se asoma a los balcones, a las habitaciones sin huéspedes, a los pasillos desolados, “sólo escribo solo / sólo el hotel solo”, a los ecos, al sonido del viento que retumba la soledad fantasmal, a la visión plena del atardecer centinela del amanecer y vemos a la poeta, en un instante único a lo largo del video, cuando se refleja ella misma filmando con la cámara, “hay una mujer / que me inquieta por espejo / ella se queda cuando la ignoro”.
La completitud que uno obtiene con este poemario, nos confirma que a la poeta Mariela Casal con “su hotel de amor / nada lo posterga”.
Astrid Lander


Mariela Casal, Caracas 14-1-67
Editora de CASA SOLARIEGA, editorial de video/poesía
Ha publicado y expuesto como Poesía Instalación: La Fosa, Almacigo, De-lirio, Curare-curaré-cantaré
hotel, dos de enero

esa flor es azul porque es de aire
esa rama es más verde porque es más lejos
esa casa es más alta porque es más arriba

el océano nos lleva el manto
su lejana candidez

y su sal

- - - - -

sólo sé que volveré a verte
en nuestro hotel las calles son pliegues
todo el siglo es una red distante
yo me quedo en tu cabello
tu cabello de almohada
y piedras peregrinas


hotel Humboldt, viernes de enero,
la montaña

la cita no es aquí
celebremos el viernes a otro lado
desulado
el corazón es acróbata
de un hotel altíííííííííísimo y solo
de un altíííííííííísimo camino
de la luz, su cuerpo y cobijo
de soñar, ascender, sí
bajo el manto desulado
desuslabios el viento ese paisaje, celebremos:
-he allí una mujer feliz-

- - - - -

en el oficio de amar
en el oficio de amar
tallamos la torre
debajo del agua


hotel hotel
hotel hotel hotel

catorce pisos y un pedazo de sus ojos
donde la ciudad
en su insomnio
sueña
hotel hotel hotel
nosotros


- - - - -


ruinas inmensas
la torre de mármol crispea su esplendor
en el vacío
estalla con su fragmento
estatua rosada
humanidad tan alta diluida en la red
dicen
vieron nuestro amor aletear en el polvo,
y es que fuimos tan grandes



hotel, enero de 1800

habitar
es un ritual de amor
vestirse de color
transitar la montaña del Sendero
y sus nidos de papel como fuentes deshojadas
fuentes que nos desnudarán
a plena luz
como a una flor
- - - - -

catorce pisos y un pedazo de tus ojos
catorce pisos y un pedazo de ella de él de ellos de sus ojos
catorce pisos y un pedazo de aquellos ojos
mañana

- - - - -

sed
es decir amor
estas piernas que madrugan
y este juego de cartas inconclusas

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