PUBLICARTE 4/JULIO


María Antonieta Pérez Boza
Más allá de la nostalgia, del preservar un instante, del denunciar, del documentar, del comunicar o sensibilizar responsablemente, estéticamente y en contenido, al final, cada fotografía es para mi, en síntesis, un acto de amor. Cada fotografía, independientemente de la intención explícita, cuando es de verdad, contiene implícitamente al fotógrafo. Creo que la fotografía está estrechamente ligada a la poesía. Armando Rojas Guardia, define la poesía como "lenguaje analógico-metafórico y simbólico químicamente puro". Y creo que la imagen alcanza su máxima expresión cuando se convierte en una metáfora visual de la realidad, cuando los objetos que la integran se relacionan entre sí de una manera "nueva", cobrando otro significado, como lo hacen dos vocablos aparentemente inconexos en un poema. Para eso el fotógrafo tiene que nutrirse intelectual y espiritualmente y mantenerse casi al borde de los sentidos. Como cuando se entra en una especie de "trance".
Sección coordinada por Alexis Perez Luna

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